El Crucero del Hospital Real acogió de nuevo el acto de investidura de los nuevos doctores por la Universidad de Granada (UGR), que en esta ocasión –de forma excepcional– ha reunido a quienes han leído sus tesis y conseguido el más alto grado académico en los últimos tres años. La situación sanitaria provocada por la pandemia obligó a suspender la tradicional ceremonia de reconocimiento, que usualmente coincide con el inicio del curso académico, en septiembre. Ayer llegó el momento y estos investigadores fueron protagonistas, junto con la comunidad universitaria del ritual, con la pompa y boato que corresponde a este acto, “posiblemente el de mayor valor institucional”, recalcó la rectora, Pilar Aranda.

Cada año leen su tesis en la UGR unos 300 investigadores, indicó la rectora en su discurso. En esta ocasión, se celebraba el hito académico de 426 nuevos doctores del curso 2020/2021, 360 del 2019/2020 y otros 350 del 218/2019. No todos estuvieron en el Crucero, desde donde se retransmitió el evento a través de internet para que pudieran seguirlo familiares y allegados. Asistieron 85. “La pandemia no ha terminado”, recordó la rectora. Las mascarillas también hacían tener presente que todavía se está en una situación sanitaria excepcional.

El acto comenzó con el discurso del vicerrector de Docencia de la UGR, Juan Manuel Martín García, que realizó un recorrido histórico por las normas que han regulado, a lo largo de los siglos, la investidura de los doctores universitarios y reconoció el “esfuerzo” de los que han conseguido leer sus tesis doctorales pese a la exigencia y dedicación que supone su desarrollo.

Precisamente la exigencia fue uno de los elementos sobre los que más incidió la rectora en su discurso. “Se nos ha achacado que somos duros, con una exigencia y rigor que pocas universidades tienen”, señaló. Aranda también indicó que el acto supone “una inmensa satisfacción” y una “gran emoción”, aunque “no se ha podido hacer con un lleno completo” por la situación sanitaria.

“Estamos convencidos de que la generación de conocimiento requiere de rigor”, añadió Aranda, para destacar la “exigencia” particular que se pide a aquellos que consiguen finalizar su doctorado. Destacó asimismo la internacionalización de las publicaciones y el hecho de que la UGR sea “exportadora de doctores” ante la imposibilidad de absorber a todos aquellos investigadores que finalizan sus programas. Asimismo, agradeció la labor de la plantilla de la Escuela de Posgrado.

Sobre las vicisitudes vividas en este año y medio largo de pandemia, la rectora recordó que se pudo reformar la normativa para que las tesis se pudieran defender telemáticamente, una circunstancia que, ahora, permite “agilizar” el proceso.

El acto contó con la participación de Pedro Mercado Pacheco, vicerrector de Política Institucional y de Planificación; Víctor Medina Flórez, vicerrector de Extensión Universitaria y Patrimonio; Juan Manuel Martín García, y María Asunción Torres López, secretaria general de la UGR.