Granada

Investigación en Granada: ADN a medida para combatir enfermedades

  • Científicos del centro Genyo recurren a la edición genómica para modificar la reacción ante determinados tratamientos de patologías complejas

El grupo científico desarrolla su trabajo en Genyo

El grupo científico desarrolla su trabajo en Genyo / Carlos Gil

La modificación del ADN a medida de los pacientes es la nueva estrategia terapéutica que los investigadores del centro Genyo, ubicado en Granada, han puesto en marcha para hacer frente a complicadas patologías. Esta edición genómica, centrada en linfomas y leucemias de tipo B y la Enfermedad de Pompe, se erige como una alternativa eficaz que repara e impide la progresión de las enfermedades.  

"La edición genómica es como la de un libro. Los editores ponen, quitan o sustituyen letras para que la obra quede perfecta y se pueda leer correctamente. Nosotros insertamos, eliminamos o reemplazamos secuencias de ADN para reparar las mutaciones causantes de las patologías o para que nuestro organismo pueda hacer frente a ellas", compara Francisco Martín Molina para explicar la terapia génica desarrollada.

Los equipos de los doctores Martín Molina y Karim Benabdellah se centran en el estudio de la edición genómica aplicada a patologías específicas: linfomas y leucemias de tipo B y la Enfermedad de Pompe (un trastorno genético que crea debilidad muscular y empeora con el tiempo).

Benabdellah detalla que "la edición genómica es una herramienta muy potente que nos permite modificar el genoma de manera muy precisa bien para reparar las mutaciones causantes de las patologías o bien lograr la expresión de genes terapéuticos que impidan la progresión de la enfermedad o, en el mejor de los casos, su curación".

Mejora de las terapias

Una de las estrategias terapéuticas que más éxitos está cosechando en los últimos años para combatir leucemias y linfomas refractarios (aquellos que no responden a ningún tratamiento) es la infusión de células CAR-T. Consiste en la modificación genética de las células T (unas células de la sangre involucradas en la defensa contra agentes infecciosos y cáncer).

A estas células T se les coloca un receptor de antígeno quimérico (CAR, por sus siglas en inglés chimeric antigen receptor) con el propósito de que se adhieran a las malignas y las destruyan. Actualmente existen dos medicamentos con estas características que se están utilizando en el Sistema Sanitario Público de Andalucía.

Las células CAR-T se obtienen de las propias células T de los pacientes, mediante modificación genética para que sean capaces de reconocer y eliminar las células tumorales. "Sin embargo, la utilización de su propia sangre para obtener este medicamento hace que sea muy costoso, que se tarde entre 3-6 semanas en su producción y que, en muchos casos, las células T no tengan la suficiente 'calidad' para producir el medicamento", explican los investigadores. El resultado es que muchos pacientes no pueden ser tratados.

Una solución es utilizar células T de donantes sanos para crear CAR-T universales y, así, que estén disponibles cuando sea necesario. El problema: las CAR-T son capaces de atacar también a células sanas del paciente generándose así la enfermedad de injerto contra huésped. Además, el organismo que las acoge también responde reconociéndolas como extrañas y eliminándolas.

Aquí es donde la edición genómica presenta su elevado potencial, ya que con ella es posible modificar esas CAR-T para eliminar la parte celular que interviene en el rechazo y en la enfermedad de injerto contra huésped. Así, el paciente no reconoce estas células como cuerpos extraños y las células CAR-T solo actúan contra las tumorales. "Las células T de un donante sano podrían universalizarse con garantías de seguridad y eficacia", apuntan los investigadores.

Actualmente, esta tecnología se aplica fundamentalmente en leucemias y linfomas, pero los científicos se muestran esperanzadores ante tumores sólidos. Martín Molina y Benabdellah consideran que se puede fortalecer la inmunoterapia con técnicas de edición genómica.

"Podemos conseguir células CAR-T más potentes y seguras para que ante un tumor sólido no se pierda la batalla. Estas células son capaces de detectar las tumorales, pero se encuentran con un entorno muy 'hostil' y no pueden acabar con ellas. Con la edición genómica se puede lograr que las células CAR-T no pierdan su potencial en presencia del tumor y puedan así destruirlo", explican.

La Enfermedad de Pompe

En el caso de la Enfermedad de Pompe, considerada una enfermedad rara, los pacientes sufren una carencia de la proteína alfa glucosidasa ácida (GAA) cuya función es descomponer el glucógeno (un azúcar complejo) en glucosa (azúcar simple y la mayor fuente de energía del cuerpo). La carencia de dicha proteína se resuelve administrándola de forma intravenosa pero sus resultados no son muy duraderos.

Por ello, Martín Molina considera que "con la edición genómica de células troncales hematopoyéticas (aquellas que originan todas las células de la sangre en nuestro organismo) podemos hacer un caballo de Troya. A estas células las modificamos para que contengan esta proteína y sean capaces de secretarla en la sangre”.

Otra estrategia en la que se está trabajando en el grupo de investigación es la reparación directa de las mutaciones que causan la enfermedad mediante la administración de los sistemas de edición genética directamente en los pacientes.

 

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