Los investigadores de la Universidad de Granada que han sacado a la luz la existencia de editoriales 'depredadoras' en el ámbito académico
Emilio Delgado López-Cózar y Alberto Martín Martín señalan a cabeceras científicas que son adquiridas por empresas que suben los precios por publicar al tiempo que bajan su calidad editorial
"Manipulación" y "datos adulterados" para "resplandecer en los rankings"

"Parece clarísimo que el principal móvil es el económico, aunque creemos que puede haber otras motivaciones". Emilio Delgado López-Cózar, catedrático de la Documentación, y Alberto Martín Martín, profesor titular de la Facultad de Comunicación y Documentación de la Universidad de Granada (UGR), apuntan a la pista del dinero en el entramado que revelan en su último trabajo académico, Invasion of the journal snatchers: How indexed journals are falling into questionable hands (Invasión de los ladrones de revistas: Cómo las revistas indexadas están cayendo en manos cuestionables), que puede consultarse en este enlace.
"Hasta el nombre, Oxbridge... es tan grosero", critica López-Cózar sobre la editorial que han analizado en su trabajo. De la mezcla de Oxford y Cambridge sale Oxbridge, un nombre que quiere aparentar la seriedad de dos instituciones académicas de primer nivel y que, sin embargo, apunta a algo más oscuro.
Oxbridge Publishing House, con sede en una casa en Birmingham, ha adquirido al menos 36 revistas científicas. Siete de esas cabeceras son españolas. Todas tienen una reputación que ahora parece que está en entredicho. Martín y López-Cózar empezaron a sospechar cuando conocieron la compra de estas publicaciones por parte de una editorial "desconocida", apunta Martín. "Nos resultaba muy extraño y nos pusimos a investigar".
La primera noticia de estas adquisiciones les llegó en noviembre de 2023. "Ahora tenemos los suficientes datos para presentar el trabajo" ya mencionado, en el que apuntan a prácticas "claramente negativas". De este trabajo de investigadores de la UGR se han hecho eco medios como El País o El Diario.
Las revistas adquiridas por Oxbridge Publishing House cambiaron rápidamente su modelo de gestión, sobre todo en cuanto al cobro a los autores por publicar. "La mitad de las revistas en nuestro análisis no cobraba antes" de ser adquirida por la entidad de Birmingham. Ahora sí. Las que antes cobraban han registrado un "significativo" incremento en las tarifas.
Además de este cambio sustancial, las revistas de esta editorial utilizarían identificadores falsos. "El DOI en las publicaciones científicas es como el DNI de una persona", explican los investigadores. "Ese DOI, ese código, se registra y cualquier persona lo puede buscar". En el caso de la editorial que han investigado se ha constatado el uso "generalizado de DOI falsos", una señal que alarma especialmente a estos científicos.
"La venta de la revista tiene una alta opacidad", añaden los dos investigadores. Las publicaciones deben señalar en un lugar visible de su web quién es su propietario. Esto no ocurre con las revistas adquiridas por Oxbridge. Además, el listado de miembros del consejo editorial no aparece actualizado, de tal manera que figuran personas que ya no desempeñan ese cargo o que directamente han fallecido. Esos nombres se mantienen por el prestigio que transfiere a la publicación.
"Una editorial que sea depredadora no puede constituir un comité editorial serio, o un consejo asesor con científicos relevantes", apunta López-Cózar. Junto con Martín señalan el caso de la revista Profesional de la Información, vendida a primeros del pasado año y cuyo editor pasó a ser editor únicamente para Europa y América. "Ahora publican ahí chinos, malayos... ¿Y quién gestiona los artículos que llegan de Asia?".
Porque esa es una de las claves. Si antes estas revistas de ámbito hispano tenían una mayoría de publicaciones de investigadores hispanos, ahora la balanza apunta a una generalidad de investigadores de origen asiático. "En el último número de esta revista hay doce artículos. Tres son de articulistas hispanos y el resto, de asiáticos", especifican los investigadores.
Jordanos, malayos, indonesios... Hay nacionalidades que "no tenían nada que ver con la comunidad de la revista" y que ahora sí firman en estas publicaciones. En sus conclusiones señalan también a un "drástico" incremento en el número de artículos.
¿Por qué ocurre? "Las revistas están indexadas en bases de datos que se emplean para avanzar en la carrera investigadora", detallan. A más publicaciones, más posibilidades de medrar. Y la demanda es muy alta.
"De las 36 revistas analizadas la mitad antes no cobraba. O bien porque eran financiadas o porque tenían suscripciones o publicidad". La otra mitad cobraba "algo". "Ahora todas cobran. Vemos una clara intención de explotar económicamente" esas cabeceras, señalan los dos investigadores.
Esta finalidad no es reprobable, especifican los autores de este trabajo, pero sí ven un "problema cuando baja la calidad científica". "En algunas bases de datos como Web of Science ya han echado a algunas de estas publicaciones", añaden. Y todo esto ocurre sin que los investigadores que publican en estas revistas sepan qué pasa, lo que les genera la evidente preocupación y desasosiego.
Un modelo con sombras
Hace dos décadas que se expandió el modelo por el que los científicos pagan por poner en abierto en una revista su publicación. A más prestigio de la revista, más capacidad de difundir la investigación y mejor para el investigador en una secuencia que parece lógica y que, sin embargo, tiene sombras, como las que apuntan estos investigadores de la Universidad de Granada.
"Estamos encontrando otras revistas con patrones similares", adelantan sobre sus pesquisas estos dos investigadores. López-Cózar suma tres décadas dedicado a este tipo de trabajos académicos. "Ahora desgraciadamente estamos concentrados en los efectos negativos de esta cultura" del pagar por publicar.
La Facultad en la que los dos trabajan es referente internacional en estudios bibliométricos, con excelentes resultados en las clasificaciones más prestigiosas, como Shanghai.
"Hablar de fraude es desagradable, pero necesario", apostilla López-Cózar que con Alberto Martín desentrañó las prácticas académicas del actual rector de Salamanca, Juan Manuel Corchado. El rector amenazó con denuncias por "varios delitos" como vulneración del derecho al honor o protección de datos personales, demandas de las que los investigadores de la UGR aseguran no tener conocimiento.
Corchado también anunció que rebatiría los resultados de los granadinos con un informe. "Lo que importan son los datos. Los datos son 75 trabajos retractados por Springer Nature. Y en el informe no contestó nada", arguye López-Cózar.
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