La Guardia Civil investiga por un delito de lesiones por negligencia a los tres responsables del 'escape room' de Cájar en el que una mujer de 42 años sufrió el pasado domingo quemaduras muy graves tras ser rociada con un líquido que llevaba gasolina, asunto por el que permanece ingresada en la UCI de la unidad de Quemados del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla con pronóstico grave.

Uno de los juegos consistía en recibir lo que en principio debía de ser agua de un cubo, si bien el líquido del mismo fue inflamable al contacto con el fuego, por lo que la mujer ardió. La Guardia Civil ya ha tomado declaración a los tres responsables de este negocio en compañía de sus abogados en el marco de las diligencias que deben ser remitidas al Juzgado, según han informado a Europa Press fuentes del Instituto Armado, y el establecimiento permanece precintado a la espera de las decisiones que pueda tomar el juez.

En un primer momento la herida, que sufre quemaduras de segundo grado, fue trasladada a un centro sanitario en Granada, si bien, dado su estado fue trasladada en helicóptero a la Unidad de Grandes Quemados del Hospital Universitario Virgen del Rocío, en Sevilla, donde permanece desde entonces ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos con pronóstico grave, según han detallado a Europa Press fuentes sanitarias.

Las empresas dedicadas al ocio del llamado escape room de la provincia de Granada han reaccionado al accidente grave sufrido por una mujer en una de estas instalaciones en el municipio de Cájar. Reivindican que su actividad es "segura" y se sienten perjudicados por la repercusión del suceso. 

El colectivo ha hecho público un comunicado en el que pretenden "dejar constancia de que todas las salas de escape room de la provincia siempre nos hemos preocupado por cumplir todas las normas y protocolos de seguridad que se nos aplican, intentando ofrecer a los clientes un servicio de calidad y, obviamente, sin peligro".

Estas empresas señalan directamente a la sala involucrada en este "desafortunado incidente" porque "decidió hace unos meses, sin el conocimiento pleno de las demás empresas, incluir actividades con un nivel de riesgo y peligrosidad que no se corresponden con el concepto de un escape room". Al parecer, la víctima fue rociada por accidente con un líquido inflamable cuando participaba en un juego de aventuras en un inmueble de Cájar. 

"Queremos dejar clara constancia de que incluir actividades que implican riesgo o cualquier peligro para clientes, trabajadores o instalaciones hacen que el servicio ofrecido no pueda, bajo ningún concepto, denominarse escape room, por mucho que se incluyan también pruebas habituales en una sala de escape". A juicio de estas empresas, lo organizado por el local del accidente es "otro tipo de actividad con la que no nos sentimos identificados y que debería ser regulada de forma independiente".