Patrimonio

El jeque que quería derribar un carmen del Albaicín para hacerse un 'oasis' catarí

El Carmen de San Agustín está en el carril de las Tomasas, a pocos metros del mirador de San Nicolás, y es de los más grandes del albaicín

El Carmen de San Agustín está en el carril de las Tomasas, a pocos metros del mirador de San Nicolás, y es de los más grandes del albaicín / José Velasco / Photographerssports

En 2019 el emir de Qatar, Tamim Bin Hamad al-Thani, se convirtió en vecino del Albaicín al adquirir por 17 millones de dólares el Carmen de San Agustín, situado en el Carril de las Tomasas y con inmejorables vistas a la Alhambra. Sus casi 6.000 metros cuadrados lo convierten en uno de los cármenes más grandes del Albaicín y con esta operación de compra, que se gestó durante dos años tras enamorarse de Granada en un viaje privado, se propiciaba que un emir árabe volviera a tener una residencia propia en Granada tras cinco siglos de ausencia. 

Pero el proyecto del emir para hacerse una residencia oficial en este carmen ha topado con la normativa urbanística que rige en el barrio, el Plan Albaicín, sus planes especiales y las limitaciones existentes por ser un barrio declarado patrimonio mundial por la Unesco y tener el carmen una protección nivel 3 dentro de ese documento de catalogación. De hecho, el plan de obras remitido inicialmente al Ayuntamiento y la Junta para intervenir en el carmen ha sido ya rechazado una primera vez ya que las pretensiones sobre la propiedad no cuadran con las normas de obligado cumplimiento cada vez que se mueve una piedra o una teja en el barrio. Tampoco aunque seas un jeque y tengas una fortuna millonaria. Con todo, las conversaciones persisten aunque no se ha presentado todavía una adaptación a ese primer planteamiento denegado.

Según ha podido saber este periódico, lo que primero quería hacer el emir era demoler el carmen, el jardín y hacer una nueva construcción con un estilo más típico de Qatar que del Albaicín. Quería tirar el carmen (que perteneció al fallecido empresario granadinos Rafael Pérez-Pire, fundador de Puleva, que lo compró en 1943) para hacer una nueva construcción consistente en una edificación en forma de cubo pequeño, con techos cenitales (con los que cumplía su sueño de ver las estrellas desde la casa) y una arquitectura contemporánea completada con un jardín de palmeras. Además, planteaba horadar el carmen para construir unos sótanos para albergar todos los servicios de la casa y las necesidades del séquito que suele mover en cada viaje. Para eso se necesitaría hacer una losa de hormigón en el terreno que desdibujaría también el jardín histórico actual, también protegido, para sustituirlo por una especie de oasis de palmeras. La respuesta, evidentemente, fue un no rotundo a ese primer proyecto presentado oficialmente y que estudiaron tanto desde Urbanismo del Ayuntamiento de Granada como desde la comisión de Patrimonio de la Junta de Andalucía, que tiene que dar su visto bueno a la operación antes de cualquier licencia. 

Después de esa negativa se consultó un cambio en el proyecto que de nuevo incluía la demolición del carmen pero esta vez contemplaba su reproducción exacta desplazándolo de su ubicación actual para adelantarlo unos metros y soterrar la zona de servicios en la parte delantera. Pero a ese planteamiento se añadía también que se encontraron restos de muralla en el terreno, lo que dificultaba además el cambio contando con que seguía siendo inviable la demolición del carmen y su desplazamiento porque para eso se necesitaría descatalogar el carmen, que tiene un nivel 3 de protección (protección integral) en el Pepri Albaicín, que permite obras de reforma o reestruturación, como paso previo a unos complejos trámites urbanísticos. Pero a esa descatalogación no estarían dispuesta tampoco las autoridades urbanísticas. 

Otra mirada de la fachada del Carmen de San Agustín Otra mirada de la fachada del Carmen de San Agustín

Otra mirada de la fachada del Carmen de San Agustín / José Velasco / Photographerssports

Tras esa segunda opción, mejor que la primera pero que tampoco iba a contar con los vistos buenos pertinentes, las conversaciones entre el Ayuntamiento y la Junta acuerdan que el emir tiene que tomar como punto de partida lo que hay, es decir, conservar el carmen actual rehabilitándolo. Una única opción legal pero que es a la que obliga cuando uno se compra un carmen en el Albaicín pese a que sea un jeque y tenga una fortuna millonaria: que es una casa catalogada en un barrio patrimonio mundial, no un solar. De hecho, Tamim Bin Hamad al-Thani es el dueño, entre otros, de la cadena de televisión Al Jazeera, de los almacenes Harrods y fundador de la organización deportiva que posee el club de fútbol París Saint-Germain. También le pertenecen los estudios Miramax o la firma mundial de joyería Tiffany. A lo que se le une la riqueza en hidrocarburos o gas natural del país que regenta. 

Valor arqueológico

Además, plantear realizar una zona construida bajo tierra en esa zona es delicado ya que no solo pasa la muralla sino que en el año 1998, cuando se vino abajo la pared del carmen, se descubrieron restos del antiguo claustro del convento de San Agustín, en concreto de la cripta, por lo que la parcela tiene un valor arqueológico importante.

En su proyecto también quiere abrir una calle de separación más ancha con el carmen vecino, el de García de Paredes, para abrir una especie de plaza, una intervención diferente a la que contempla ya el plan Albaicín, que sí incluye una calle pero más estrecha y con una orientación diferente.

Aunque la única consulta formal fue la primera hace más de un año, después se han mantenido conversaciones pero no se ha presentado aún oficialmente otro proyecto para analizar su viabilidad, por lo que se está a la espera de ver finalmente cuál podrá ser el proyecto que permita establecer esta residencia oficial del emir de Qatar en Granada en un carmen que también eligió por estar perfectamente orientado hacia la Meca. Entre sus vistas, no solo la Alhambra, sino también el cauce del Darro que baja desde Valparaíso, Sierra Nevada, el Sacromonte y el alto Albaicín, con la muralla nazarí, además del antiguo centro histórico granadino de la Morería o Medina. 

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