Día de la Mujer 2022

Una jornada de 8M para acompañar a la mujer en su camino hacia la igualdad a través de Cáritas Granada

  • Los problemas de brecha de género en el mundo laboral y las dificultades para la conciliación y la corresponsabilidad en los cuidados siguen vulnerando sus derechos humanos 

Cáritas reivindica los derechos de las mujeres

Cáritas reivindica los derechos de las mujeres

La celebración del Día Internacional de la Mujer, el 8M, ofrece un año más la oportunidad de poner el foco sobre la realidad de vulnerabilidad que acompaña a las mujeres día a día y que se encuentra asentada sobre un sistema de desigualdad entre hombres y mujeres de manera estructural e histórica, con consecuencias directas sobre todas ellas. Así lo entiende Cáritas Diocesana de Granada, que además advierte de que estas desigualdades recorren todos los ámbitos de nuestra sociedad y queda patentes cuestiones como la brecha en el mundo laboral y las dificultades para la conciliación y la corresponsabilidad, hasta cuestiones tan serias como la violencia sexual y los feminicidios. 

En España, el último informe FOESSA da constancia del aumento de la brecha de género en nuestro país y un retroceso para muchas mujeres en términos de la integración social. Sin embargo, la tendencia general en hogares encabezados por los hombres ha sido el descenso de la integración plena a la precariedad y en los hogares encabezados por mujeres, ha prevalecido el descenso de la integración precaria a la exclusión.

Según los últimos datos facilitados, Cáritas acompañó en torno a 5700 mujeres a través de diversos programas y servicios realizados en la diócesis de Granada. 

Cáritas Diocesana de Granada, desarrolla el proyecto "Caminando Juntas" en el cual se atienden a 120 mujeres de las que 34 se encuentran en unos contextos bastante negativos: prostitución y víctimas de explotación sexual. A este programa acuden en su mayoría mujeres inmigrantes en una situación económica irregular puesto que a raíz de la pandemia han perdido sus trabajos, y generalmente han estado al cuidado de personas mayores. Además no tienen derecho a ningún tipo de prestación social, retribución económica o ayuda. 

Según Bienvenida, responsable y técnico de este programa: "el perfil habitual del programa es el de una mujer inmigrante, con cargas familiares no compartidas y con una fragilidad anímica evidente. La mayoría de los casos, en situación administrativa irregular, lo que supone estar “fuera” del sistema de protección social"

A este programa también acuden mujeres nacionales a las que no llegan las correspondientes ayudas sociales, como por ejemplo, el Ingreso Mínimo Vital, sobre todo a causa de las incidencias y problemas en la gestión de los trámites y la brecha digital. 

En el Programa diocesano de Empleo, participaron 499 mujeres en el año 2020, lo que supone un 75% de las personas atendidas en este ámbito de actuación. 

En relación a la desigualdad de género en el ámbito laboral: el último informe de la OIT, se concluye que en el ámbito laboral, la desigualdad entre hombres y mujeres se ha agravado de sobremanera. En el año 2021 el 43,2% de las mujeres en edad de trabajar tenía empleo, frente al polo opuesto, el de los hombres, el cual un 68,6% tenían trabajo. 

Las mujeres siguen ganando un 20% menos que los hombres y sus salarios se ven más perjudicados cuando estas pertenecen a minorías étnicas. En el caso concreto del empleo de hogar, hecho mayoritariamente por mujeres, es especialmente grave la situación de vulneración de sus derechos laborales. 

En este jornada internacional del 8 de marzo, día internacional de la mujer, Cáritas hace un llamamiento a las Administraciones públicas, a los políticos, a los agentes económicos y sociales, a la comunidad cristiana y a toda la sociedad en general con las siguientes propuestas para lograr la equidad e igualdad entre ambos géneros:

-Construir un marco de relaciones entre hombres y mujeres sin barreras ni divisiones. Donde los derechos de las mujeres y de las niñas sean protegidos, respetados y garantizados. 

-Trabajar por un mundo libre de violencias machistas en el que no se criminalice a las víctimas, sino a los culpables, que evite así pues, la politización de las violencias vividas por las mujeres y que, desde la conciencia de que no son hechos aislados, reclaman respuestas públicas valientes y unánimes

-Apostar intensamente por una educación basada en la igualdad de roles, la responsabilidad compartida y la tolerancia que sirva como base para lograr erradicar todo tipo de conducta machista

-Asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres en la vida política, económica y pública. 

A través de la puesta en marcha de políticas públicas reales, dotadas de recursos y encaminadas a erradicar las desigualdades existentes tanto en el ámbito internacional como local, se conseguirá una sociedad auténticamente igualitaria, inclusiva y sostenible. 

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