El joven que mató al dueño de una discoteca en Churriana se enfrenta a 20 años de cárcel

Un jurado popular enjuiciará desde hoy en la Audiencia de Granada a un joven, para el que la Fiscalía pide 20 años de cárcel, acusado de asesinar al dueño de una discoteca en la que se celebraba una fiesta de Halloween. El juicio, que tendrá lugar en la Sección Primera y se iniciará una vez que se conforme el jurado popular, sentará en el banquillo de los acusados a Juan Antonio H.B., quien según recoge el relato de la Fiscalía cometió el apuñalamiento con un cuchillo antes de huir, para lo que además robó una bicicleta.

Según el escrito de conclusiones provisionales del Ministerio Público, los hechos se produjeron sobre las 4:20 horas del 1 de noviembre de 2014 en una discoteca ubicada en la calle Boabdil de Churriana de la Vega. El acusado, con antecedentes penales, había acudido a este establecimiento con su hermano, su pareja y un grupo de amigos.

En la discoteca se celebraba una fiesta y, según la Fiscalía, aprovechó la alta concentración de personas y la escasa luz para provocar junto a sus acompañantes diferentes incidentes que motivaron la presencia del personal de seguridad del local.

El último estuvo causado por uno de sus amigos que rompió sobre la barra del bar varias botellas, lo que hizo que la víctima, el dueño de la discoteca, se acercara al grupo acompañado de uno de sus empleados. Cuando intentaron reducir al amigo de Juan Antonio para que no causara más destrozos, el acusado "con intención de causarle la muerte de forma inopinada y sorpresiva", según el Ministerio Público, le clavó de un solo golpe en el abdomen una navaja que llevaba, de 17 centímetros de hoja "sumamente punzante".

La herida, que penetró once centímetros en el abdomen de la víctima, le provocó lesiones intestinales y afectó a la arteria ilíaca, lo que le causó una fuerte hemorragia y la muerte.

El procesado huyó entonces por una puerta trasera de emergencias, momento en el que encontró a otro hombre que circulaba en bicicleta, al que golpeó en el pecho para arrebatársela y usarla para abandonar la zona en un trayecto que aprovechó para tirar la navaja a una tubería.

La víctima, dueña del local, tenía entonces 33 años, estaba casado y con tres hijos de uno, siete y diez años.