Granada

El joyero del Zaidín que mató a un joven sacó la navaja "para intimidarle"

  • Su defensa y la de su padre, también acusado, piden que el jurado popular examine el lugar donde ocurrió la pelea

"Yo me iba hacia atrás y él seguía y me avasallaba con la barra; le dije muchas veces, muchas, que no se acercase o le pinchaba". David A.A., el joven joyero que mató a Ángel Luis Rueda Robledillo, alias 'El Kinder', el 5 de enero del año pasado en el Zaidín, describió de este modo ayer en la Audiencia la situación en la que se produjo el mortal apuñalamiento, por el que también se sienta en el banquillo de los acusados su padre. "Yo saqué la navaja para intimidarle", aseveró.

Durante la primera sesión del juicio con jurado que se celebra por aquel homicidio, David, para quien el fiscal solicita 17 años de prisión, negó en todo momento haber provocado y retado a la víctima. Según su versión, los problemas entre ambos comenzaron dos años antes debido a un encargo de joyería con el que un familiar de 'El Kinder' no había quedado satisfecho. Desde entonces, éste no había dejado de proferir contra él "insultos y amenazas". Por eso David, que era conocedor del amplio historial delictivo del fallecido -le constaban más de 15 detenciones y tenían antecedentes por una tentativa de homicidio-, decidió llevar una navaja encima. "La llevaba para sentirme un poco más seguro, pues sabía que él era un pistolero", expresó.

El día de autos, David y 'El Kinder' coincidieron en la calle, cerca de su taller de joyería, y éste le llamó "maricón", un insulto que fue el detonante de la pelea, que se desarrolló delante de la mujer y el hijo pequeño de la víctima. La trifulca comenzó con puñetazos y se agravó cuando 'El Kinder' cogió una barra de hierro y atacó a David, que "siempre actuó en legítima defensa", según su abogado defensor, Pablo Luna.

El letrado informó a los miembros del jurado de que tanto su cliente como el padre de éste, que está acusado como coautor del crimen por haber agarrado a 'El Kinder' durante la pelea, ya han indemnizado a la viuda y a su hijo pequeño con 90.000 euros "por una obligación moral". Luna comunicó esta circunstancia antes de que comenzase el interrogatorio, a la vez que solicitó a la magistrada presidenta del tribunal que admitiese una nueva e interesante prueba: que los miembros del jurado visiten el lugar donde ocurrió la pelea, a fin de comprobar la distancia que hay entre el taller y el escenario del crimen, entre otros detalles fundamentales para la resolución del caso. El abogado del padre, Diego Fernández, se sumó a esta petición y la magistrada declaró la visita pertinente, si bien la condicionó a la práctica de la prueba y a que las defensas reiteraran su petición.

Durante su interrogatorio, David aseguró que se marchó del lugar del crimen junto a su padre sin saber que había matado a su oponente, que presentaba tres heridas de arma blanca: una superficial, otra leve y la última en el corazón. Ambos se presentaron en la comisaría del Zaidín, donde les remitieron al cuartel de la Guardia Civil de La Zubia. Allí contaron lo que había pasado: "Dije que él me había atacado y que me había defendido. Yo no sabía que lo había matado", señaló el chico, quien afirmó entre sollozos que no quería matarlo.

El padre de David, Carlos A.O., que padece artrosis y tiene su capacidad visual mermada, declaró por la tarde que él no vio la navaja que portaba su hijo. El hombre explicó que bajó de su taller al ver en la calle, frente a su hijo, a una persona con una barra, a la que cogió por el cuello, cayendo ambos al suelo. El juicio continúa hoy.

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