El largo proceso del soporte de la Información
El procedimiento de obtención de algo tan usual como el papel es complejo, además de extenso · Torraspapel, dedicada a ello, es la principal industria de la Costa
En todos los tiempos, el papel ha sido el material más profusamente empleado por los hombres para dibujar y escribir, dos rasgos diferenciales del grado de civilización del ser humano. La aparición del papel (su origen se cree que estuvo en Mesopotamia, aunque los primeros indicios datan del año 3.000 a.C., con los egipcios) estuvo forzada por la necesidad de encontrar un nuevo soporte de transmisión de información de fácil obtención, manejo y almacenamiento, ventajas indudables que el papel presenta sobre otros soportes como eran anteriormente lajas de piedra y superficies de edificios.
El proceso de obtención del papel es largo y complejo. Contemplarlo significa admirar cómo el hombre aprovecha materias primas de la Naturaleza y obtiene una herramienta que, si no existiera, cambiaría completamente la Humanidad tal y como la conocemos.
En Motril se encuentra Torraspapel, la principal industria de la Costa. Desde 1962 se dedican a fabricar papel. En sus inicios, se instaló en Motril, zona eminentemente agrícola y cañera, para aprovechar la celulosa de bagazo. En la actualidad, esta empresa, primera en fabricación y distribución de papel estucado, pasta química y papeles especiales de la península ibérica, pertenece al grupo Lecta, segundo mayor fabricante de papel estucado del mundo.
La visita a la fábrica más conocida como La Celulosa comienza por dos almacenes gemelos de 12.000 toneladas. La capacidad de la fábrica de Torraspapel es de 230.000 toneladas de papel al año.
Los formatos que elaboran son dispares. Pueden hacer palets block, a granel o resmas (conjuntos de 500 pliegos de papel), venta al por mayor o al por menor. Todo depende de las preferencias de los clientes, ya que trabajan bajo pedido.
Al abandonar el enorme almacén, uno de los elementos que más llama la atención es la torre E-21, donde se gestó el germen de la antigua fábrica. En este lugar se hacía la pasta de bagazo, que se trataba de un subproducto resultante de moler la caña de azúcar, que se almacenaba en los polígonos industriales de la zona y se transportaba mediante cintas hasta el edificio.
La visita continúa hacia la zona en la que se obtiene el agua necesaria para obtener el papel. Dicho elemento se extrae de un pozo radial de la N-340, del que toman tan sólo el que necesitan, realizando así un uso ecológico de mismo y cuya calidad está exhaustivamente controlada.
A continuación, se pasa a la fábrica de papel.
En la composición de la pulpa para la fabricación de papel se añaden productos químicos no fibrosos denominados cargas y aditivos. Los mismos tienen como objetivo dar o reforzar ciertas propiedades específicas que necesita tener el papel según requiera su utilización futura. Entre los aditivos, están el látex, el carbonato o el almidón.
Torraspapel maneja unas 10.000 toneladas de pasta al mes. Se prepara en un aparato llamado pulper, que es una gran cuba en cuyo interior se encuentra una gran hélice. Al añadir la pasta de papel, comienza el proceso de disgregación de fibras, primero por el impacto al caer los fardos, después por el rozamiento de la hélice con la pasta y finalmente por el rozamiento de las mismas fibras entre sí. Esta acción genera calor que ayuda a la dispersión. Después, las fibras en suspensión se han de tratar físicamente mediante un proceso de fricción, para aumentar su capacidad de afieltrarse y unirse entre sí. A este proceso se le llama refino.
Una vez refinado, pasa por varias tinas (contenedores de líquidos) donde se le añaden aditivos tales como colorantes, cargas minerales (para añadir blancura, disminuir porosidad, etc.) y productos especiales (para aumentar la resistencia al agua, a la tracción, etc.). El agua y la pasta van a unas tinas de 500 metros cúbicos cada una.
Cuando se le han añadido todos los elementos y la pasta ha reposado para eliminar la latencia (propensión de la fibra a enredarse, convirtiéndose en pegotes), llega a la máquina de papel donde se formará la hoja y se eliminará el agua en distintas etapas, mediante vacío, prensado y en secadores calentados con vapor de agua.
La batería de depuración trabaja con elementos que, individualmente, pueden pasar a una velocidad de 500 litros por minuto. Luego la pasta es llevada a la caja de entrada mediante el distribuidor que transforma la forma cilíndrica de la pasta (venía por tubos) en una lámina ancha y delgada.
Después llega a la mesa de fabricación. Las telas transportan al papel por unos elementos desgotadores o de vacío. Su función absorber el agua que está junto a las fibras, haciendo que la hoja quede con un buen perfil homogéneo a todo el ancho.
Hay un ordenador que dispone de un elemento emisor de luz y cuatro cámaras de alta velocidad. En todo el proceso, las computadoras ayudan a interpretar lo que ocurre.
Después, la hoja pasa por las prensas, éstas están provistas de unas bayetas que transportan el papel y a la vez absorben el agua de la hoja cuándo ésta es presionada por las prensas. A continuación, la hoja se seca mediante unos cilindros que son alimentados con vapor.
De los secadores el papel llega a la calandria o calandra, que son cilindros superpuestos verticalmente y apretados entre sí que en su interior puede circular vapor para calentar el papel, o agua para refrescarlo (según el tipo de papel que se desee fabricar).
Finalmente el papel llega a la enrolladora donde se procede a recogerlo en una bobina. Aquí hay jumbos o bobinas madre y bobinas hijas. Las máquinas de papel van a 900 y 1.170 metros por minuto, respectivamente. La estucadora a 1.400 metros por minuto. Manejar este tipo de velocidades supone que se puede cubrir la distancia de Motril a Granada en 45 minutos, cubriendo la distancia de papel.
Pasa por unas prensas donde se aplica almidón en superficie y por una lisa, que "plancha" el papel (como una camisa). Al final del proceso de fabricación de papel (cuando está en los palets) se puede ver cómo un robot coloca una etiqueta de la procedencia de papel, así como de los sellos de los distintos controles y certificados medioambientales. En la fábrica motrileña consumen tan sólo pasta de celulosa procedente de plantaciones especiales para este fin.
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