La última huerta que queda en Granada entra en la Lista Roja de patrimonio en riesgo de desaparecer

Ya se ha ordenado el desalojo para la demolición de la Huerta de la Mariana, finca propiedad de la familia del autor 'El segundo hijo del mercader de sedas' y que figura en los registros desde mediados del siglo XIX

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Huerta de la Mariana, en Granada capital.
Huerta de la Mariana, en Granada capital. / Hispania Nostra

La Lista Roja del patrimonio en peligro de desaparecer en Granada se amplía con un nuevo inmueble en riesgo. Se trata, según la información de la entidad Hispania Nostra, que es la que elabora esta compilación, de la Huerta de la Mariana, que se define como "la última huerta tradicional de la Vega de Granada que aún se conserva dentro del casco urbano".

Ubicada junto al río Beiro, cerca de las calles Albondón y Ramón y Cajal, se teme su desaparición por los proyectos urbanísticos planteados en la zona.

El cortijo data de mediados del siglo XIX. En el año 1864 la Huerta de la Mariana aparece ya inscrita en el Registro de la Propiedad. Tenía una función agrícola, un inmueble de los que tradicionalmente se construían en la Vega. Otro ejemplo es el de la Huerta de San Vicente, en el parque García Lorca, actualmente destinado a uso cultural.

"Desde 1908 ha pertenecido a la familia del escritor granadino Felipe Romero Olmedo (1929–1998), autor de la novela El segundo hijo del mercader de sedas, en la que evocó las tradiciones agrícolas y la convivencia en el Reino de Granada de las culturas cristiana, musulmana y judía", destaca Hispania Nostra sobre el periplo de este inmueble. Romero Olmedo incluso cuenta con una calle en Granada que lleva su nombre. Esa calle está muy próxima a la Huerta, como reconocimiento al autor por su vinculación al territorio.

Durante el siglo XX, el cortijo permaneció con el uso tradicional. En 1989 la Huerta fue incluida, según Hispania Nostra, en el Plan Especial de Protección de la Vega que fue aprobado por el Ayuntamiento de Granada. Con esta inclusión se reconocía el "valor histórico y patrimonial" del edificio. Esa figura fue retirada y actualmente, la finca no cuenta con ninguna figura de protección efectiva, destaca la entidad.

Actualmente la finca se encuentra en estado de "abandono y deterioro debido al proceso de reparcelación forzosa iniciado en 2006 que ha impedido a su propietaria mantener la finca en buenas condiciones". El edificio presenta humedades, pérdida de tejas, desplomes parciales y grietas estructurales, enumera Hispania Nostra, que reconoce que los cultivos "han quedado destruidos por intervención municipal en mayo de 2025, perdiendo por tanto su función agrícola y la esencia productiva de la huerta".

"Sufre una amenaza urbanística por parte del Ayuntamiento de Granada que está impulsando un proyecto que contempla su demolición, para la cual ya se ha ordenado el desalojo", concluye la entidad, que asume que existe una "amenaza real e inminente" de demolición.

Por su historia y fisonomía "su pérdida sería irreparable para la identidad cultural de Granada", asume Hispania Nostra, que señala que la finca es el "último ejemplo" de huerta con cortijo "en el casco urbano" de la capital. En la zona no existe ninguna construcción con esa antigüedad y suma valores "agrícolas, arquitectónicos, culturales y paisajísticos de primer orden".

55 bienes en riesgo

La inclusión en la Lista Roja se ha producido este mismo mes de octubre. En Granada existen 55 inmuebles dentro de la Lista Roja del patrimonio. En los últimos doce meses esta compilación ha crecido con la inclusión de la muralla Nazarí y el carmen de los Mascarones, las dos en la capital granadina, y el Molino de San Andrés y la portada de la Piedad de la Iglesia de Santa María de la Encarnación, las dos en Baza.

Hispania Nostra comenzó a recopilar elementos patrimoniales en riesgo de desaparición en 2007 para llamar la atención sobre la necesidad de cuidar estos bienes culturales y naturales. Cualquier persona puede solicitar la inclusión de un elemento en la Lista. Un comité científico analiza las denuncias y, una vez analizada la situación, se decide la inclusión en la Lista Roja cuando exista riesgo de que ese bien se pierda. En el caso de desaparecer pasan a formar parte de la Lista Negra. En el caso de recuperarse, se integran en la Lista Verde.

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