Granada

061: una llamada de salud

  • El centro coordinador de emergencias sanitarias trabaja sin descanso para atender las demandas de atención sanitaria y emergencias de la provincia con un protocolo fijo rápido y eficaz en la gestión

El tiempo es vida. Esta es la máxima con la que se trabaja en el 061. Y no es fácil. Cada día es diferente y se lleva sobre los hombros la responsabilidad de salvar vidas y atender emergencias. Y lo hacen sin pausa y con la cabeza fría para que la parte emocional no condicione la atención. Después, la satisfacción del trabajo bien hecho. Pero es duro. Muy duro.

En el 061 no hay descanso. Y esa actividad se nota en el centro coordinador, situado en el edificio CMAT del Parque Tecnológico de la Salud desde 2005. En el servicio trabajan 24 médicos, 15 enfermeros y 15 técnicos en gestión de emergencias (los operadores).

El centro de operaciones es la sala de coordinación, donde se atienden las llamadas y desde donde se activan los servicios. El protocolo está muy definido con un programa informático.

A la sala entran todas las llamadas que se hacen al 061 pero también las del 902 505 060 y las que deriva el 112 y la teleasistencia. Cuando se atiende al usuario, según la emergencia, se activa un protocolo de demanda. Porque están divididos por patologías. Así, según la dolencia se le despliega al operador un listado de preguntas que sirven para orientar a los médicos sobre el diagnóstico, la gravedad y los recursos que necesita.

Porque, además, cada llamada la escucha también un médico que se encuentra en la sala. Suele haber dos durante el día y uno por la noche en guardias de 12 horas que compaginan con el trabajo en ambulancia. También rotan médicos de los Dispositivos de Cuidados Críticos y Urgencias del Distrito. Los médicos solicitan internamente información al operador para que le pregunte al paciente. De esta forma, se hace una idea rápida de lo que pasa y manda los servicios.

Además, desde principio de julio trabajan con unos planes expertos, un programa que para determinados protocolos graves (accidentes de trabajo, de tráfico, inconscientes, dolor torácico, precipitados, amputados, ahogamiento o accidentes eléctricos) indica según las respuestas del que llama la necesidad de mandar un equipo urgente. En la pantalla sale el mensaje: "Posible emergencia. Active rápidamente equipo de emergencia 061". El operador acepta y se envía al equipo, ahorrando tiempo.

Una de los médicos es Carmen Bravo, que lleva 12 años trabajando en el 061. Rota entre la sala de coordinación y el equipo de calle, que es lo que más le gusta por la atención directa al paciente. "Este trabajo es difícil porque se viven situaciones angustiosas. Cuando estás en sala tienes la responsabilidad de saber indicar la prioridad de la urgencia y mandar el recurso necesario. Y todo con la mayor rapidez y muchas veces con poca información", indica mientras tiene que cortar la conversación varias veces para escuchar llamadas. Porque no paran de entrar desde cualquier punto de la provincia. Y cada una tiene su importancia. Bravo reconoce que el trabajo en sala es agotador. "Cuando sales tras 12 horas escuchando llamadas estás saturado, pero ves lo importante que es el trabajo en equipo y lo que ayudan los compañeros. Son geniales", matiza.

Un veterano en la sala es José Sarmiento. Trabaja desde 1995 recepcionando llamadas de emergencia al 061. Y valora mucho la formación y la forma de hablar con la gente. "Tienes que conseguir, transmitiendo tranquilidad y confianza, que se centren en la realidad. Hay veces que se exageran síntomas y otras que la llamada es demasiado calmada para la gravedad del caso. Tienes que tener mucha templanza para hacer lo más importante, que es guiar la llamada", indica. Sus turnos son de siete y diez horas más guardias localizadas. "Es un trabajo muy duro pero muy productivo y activo".

El número de gestores de emergencias se adapta a los picos de llamadas, que se producen desde el mediodía hasta las 15:00 horas y desde las 16:00 a las 22:00 horas. Lo habitual es que haya cinco o seis, pero se ajustan con más personal cuando hay fiestas o dispositivos especiales y los fines de semana.

Las llamadas se dividen en emergencias (no demorables), urgencias (demorables) y avisos domiciliarios. En cada caso se manda un recurso. Para las emergencias se activan las UVI móviles del 061 e incluso el helicóptero, para las urgencias se trabaja con los servicios de urgencias (DCCU) de los centros de salud (Chana, Zaidín y Gran Capitán) y en los avisos domiciliarios se pasa notificación al médico de familia del paciente para que vaya a verlo al domicilio.

Al mandar los recursos también tienen que mirar su disponibilidad. Del 061 hay dos UVI móviles para toda Granada y Área Metropolitana (de 20:00 a 08:00 horas sólo una), más una en Motril las 24 horas y el helicóptero, que tiene sede en Baza. Son los medios que hay para verdaderas emergencias.

Una vez se moviliza el recurso, el trabajo pasa al equipo de ambulancia. En cada una del 061 siempre va un técnico, un enfermero y un médico. El aviso les llega por radio o teléfono. En ese momento, la ambulancia se activa y las sirenas comienzan a sonar. Están camino de una emergencia y el tiempo es oro. Lo primero que les dicen es la dirección. Después, ya en camino, les van diciendo más datos del paciente.

El pasado lunes estaban de turno el médico Gonzalo Muñoz, la enfermera Marian Altea y el técnico Francisco Ortega. Los tres son unos apasionados de su trabajo y no lo cambiarían por nada. Lo que verdaderamente les gusta son las emergencias, aunque aseguran que la mayoría de las veces que acuden son cosas que después resultan leves. "Este trabajo te tiene que gustar. Es muy gratificante cuando haces lo tuyo, atender una emergencia como el otro día en un accidente de tráfico con seis heridos graves que había que estabilizar. Somos los primeros en llegar", relata el médico.

En cuanto a los pacientes, los tres coinciden. Las emergencias con niños son las más difíciles, "pero tienes que saber que no te pueda el lado humano y actuar rápido y sin dudas. No se permiten despistes". Y luego separar el trabajo de la vida personal. En la última guardia, Muñoz tuvo dos muertos y seis heridos graves. "Son situaciones extremas pero tienes que saber diferenciar. Si no, no podrías trabajar aquí", comenta la enfermera.

Otro aspecto es el tiempo. "Es decepcionante cuando te dan un aviso y tardas mucho en llegar porque está lejos y no hay otra forma de atenderlos", dice Ortega, el encargado de conducir la ambulancia y hacerlo lo más rápido posible.

Cuando llevan al paciente al hospital ya pierden la pista y toca volver a empezar de nuevo. Activar el mismo protocolo. Suena una nueva llamada. La ambulancia activa sus sirenas. La ayuda va en camino.

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