Los locales tiran los precios para llenar en Nochevieja

Los cotillones en la capital de Granada han vuelto a los precios que tenían en los años ochenta. Con estas palabras el gerente de Central de Entradas, Francisco Garrido, resume la situación actual en cuanto a fiestas de fin de año 2012. Y es que el precio de las entradas ha bajado hasta mínimos históricos en un claro afán por captar clientela. La crisis económica, sumada a las recientes polémicas que envuelven a las macrofiestas después del triste caso acaecido en el Madrid Arena, han motivado que los propietarios de estos establecimientos tiren este año los precios.

Por ejemplo, la discoteca Mae West, una de las más exitosas de la capital, cuesta este año 40 euros a las chicas y 55 a los chicos. Una cifras que sorprenden muchísimo, sobre todo si se tiene en cuenta que en 2009 el precio de la entrada general, independientemente del sexo, fue de 65 euros por persona.

El resto de las discotecas y pubs granadinos han seguido esta tendencia a la baja, pues no están los tiempos para derrochar. Granada 10, cuya entrada costaba en 2009 50 euros, también ha sufrido una importante rebaja. Este año se puede disfrutar de una fiesta con barra libre en este establecimiento por 38 euros.

Para los que no desean una noche de copas ilimitadas también hay diversas ofertas. La discoteca Forum, por ejemplo, ofrece entrada con dos copas por 20 euros, 30 euros con cuatro copas. En pub D'Cuadros más de lo mismo: por 25 euros puedes tomar 3 copas.

En este sentido, el gerente de Central de entradas explica que "todos los precios han sido rebajados por miedo a no llenar", pensamiento que en años anteriores era imposible, pues nadie quería perderse la fiesta de Nochevieja. Así, en este establecimiento venden tickets para todos los bolsillos, desde "trece euros". Entradas que incluyen desde copas sueltas en pubs hasta barra libre en grandes espacios y discotecas.

Otra de las tendencias que Garrido ha percibido este año "es que la gente está esperando hasta el último momento para comprar". Según relata, cuando abrieron las dos taquillas de este negocio, situadas en el Centro Comercial Neptuno y en Serrallo Plaza, apenas notaron afluencia de gente. Sin embargo en los últimos días han estado desbordados. Aun así, "otros años por estas fechas ya teníamos venidas 7.000 entradas, mientras que este llevamos alrededor de 4.000".

La mayor parte de las entradas vendidas son de la discoteca Mae West, pero también tienen bastante éxito Privilege Party en el Complejo del Capricho (45 euros), Granada 10 (38 euros), Avalon (35 euros para chicos, 25 para las chicas), etc. Además, Garrido explica que como en Central de Entradas también venden a través de Internet, saben que muchas personas vienen desde diversos puntos de España para disfrutar la Nochevieja en esta ciudad. En este sentido, destacó que la mayor parte de estos visitantes provienen de Alicante, Murcia y Castellón.

Laura Díaz, que tiene 21 años y estudia grado superior de Modelismo de indumentaria, irá este año a la discoteca Forum. Según explica, en esta ocasión prefiere no pagar por ir a un local con barra libre "porque luego es muy agobiante y tardas mucho en conseguir un cubata", hasta el punto de que el año pasado, que estuvo en Tercer Aviso, "terminamos pidiendo las copas de cinco en cinco". Por ello, ha preferido ir a la Forum y comprar la entrada de dos copas 20 euros, que sale más económica y también cree que estará "muy bien".

Alicia Alonso, que tiene 24 años y estudia Magisterio en la Universidad de Granada, estuvo el año pasado en Ganivet 13. Sin embargo, este año ha decidido irse con sus amigos a una casa rural, una moda que cada vez se extiende más entre los jóvenes. Según cuenta, como la casa es suya han calculado que con 30 euros por persona tendrán para comer y beber los dos días que piensan pasar allí.

Frente al ocio, también están los que trabajan esa noche. Porque para poder pedir copas, tiene que haber alguien que las sirva. Elvis Francisco Vigil, que trabaja en la Coctelería Alexander, trabaja esa noche. Lo bueno es que podrá cenar tranquilamente y comerse las uvas, pues no entra hasta las 01:00 de la mañana. Después tendrá que irse hasta el local para trabajar de camarero, pues "en estos tiempos no se puede decir a nada que no".