Es oficial. La feria de Granada empezó por todo lo alto. A pocos minutos del tradicional alumbrado en la puerta del recinto ferial, se congregaron cada vez más personas para dar la bienvenida a las luces que indican que ya sí, que estamos de feria. Y no cualquiera, la de Granada. 

El espectáculo de luces que se 'levantaron' al unísono despertaron la euforia, aplausos y hasta emoción entre los más pequeños. "Papá, ahora ya podemos ir a los columpios, ¿no?", preguntó con un grado de exaltación un pequeño con no más de siete años. Ni las posibles tormentas pudieron sucumbir a un momento tan mágico como el comienzo de la feria, ahí no cabía más un alma. "Vinillo, vinillo vinillo", gritó una joven entre su grupo de amigas; "y después el rebujito", vaticinó otra chica del mismo corro. A estas jóvenes les tiene que sonar el dicho más común entre los millenials: 'noches de desenfreno, mañanas de ibuprofeno'. Hubo sábado para aburrir. 

Entre los presentes había una familia de origen belga que jamás habían visto algo igual. "Es el primer año que vivimos esto porque nos acabamos de mudar a Granada, además es el cumple de uno de nuestros hijos", explicó el padre. El pequeño, abrumado con tanta fiesta, tenía un aura de esperanza que esta feria fuera por su cumpleaños. Y sí, aquí puede venir cualquiera a celebrar lo que le apetece. A ese niño hay que decirle que menuda suerte soplar las velas el día que Granada se tiñe de feria.

Un poco antes del 'vamos allá' con este Corpus, hubo varios espectáculos de baile y cante. Algo, también, tradicional en la feria granadina. Los artistas desplegaron alegría, talento y mucho poderío para empezar por todo lo alto. Se fue a bailar, a cantar, a celebrar y a observar...todo en un mismo recinto. 

Tampoco dejó a nadie indiferente los fuegos artificiales. Esto también causó mucha expectación entre los pequeños presentes durante el alumbrado. Los balcones de la zona se empezaron a llenar de 'cabezitas' para no perderse nada. "Mamá, el cielo es de muchos colores", dijo impactada una chiquilla de unos cinco años. Fue de colores, de muchos, pero sobre todo, fue de emociones. Parejas de la mano, dándose un beso, abrazos entre los más mayores, euforia entre los 'enanos', caricias entre amigas y hasta alguna lagrimita con los ojos puestos al cielo. Puede que más de uno enviara algún abrazo desde el mundo terrenal y pensara que sí, el cielo es de colores. 

El alcalde de Granada tampoco faltó a su cita con el Corpus, esta vez, sabiendo que es el último que alumbrará durante estos años. Paco Cuenca se vistió de feria para dar la bienvenida a la fiesta más icónica de la ciudad. 

Minutos antes del inicio de la feria

Previo al encendido de las luces ya se pudo observar un gran ambiente de feria entre los granadinos. Desde la puerta donde se produjo el encendido el goteo de asistentes no dejó de cesar, uno por uno. 

En el ambiente se respiró ganas de fiesta y de disfrutar de un nuevo Corpus que parece prometer cumplir con todas las expectativas como cada año. Por otro lado, los más pequeños empezaron a disfrutar de las múltiples atracciones que hay para ellos, como el Grand Prix, donde los niños realizaron un recorrido en el que tienen que superar algunas pruebas. Los padres, sin ánimo de lucro, también se divirtieron. 

También se pudo disfrutar de atracciones clásicas, como la súper olla, los coches de choque, el tren de la bruja o pepito grillo. Para aquellos que prefirieron menos adrenalina pudieron disfrutar de la noria, que no deja a nadie indiferente con sus vistas. 

En las casetas ya hay ambiente y es que no se pueden aguantar estas ganas de feria. Así lo hacen saber lo de 'La Espuela', que abrieron desde las 12:00 del mediodía para los socios y ya no cabe un alfiler. Así espera todo el mundo que se encuentre el recinto ferial durante esta semana. Feria y salud.