Drogas y enganches de luz ilegales

La lucha contra la marihuana en Granada, desde dentro: así es un golpe policial al negocio que deja 12.000 euros al trimestre

  • Granada Hoy es testigo de un operativo de la Policía Nacional contra el cultivo de cannabis y fraude de fluido eléctrico

  • 367 plantas decomisadas, 38 registros y 7 identificados, los resultados de la intervención

Los agentes procedente a cortar las plantas encontradas.

Los agentes procedente a cortar las plantas encontradas. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Miércoles 29 de diciembre, 8:30 de la mañana, en la Jefatura Superior de Andalucía Oriental de Policía Nacional. Tres inspectores de la unidad policial del Distrito Norte de Granada conversan entre ellos acerca de los detalles del operativo que van a iniciar pocos minutos después. La Unidad de Intervención Policial (UIP) se prepara en sus furgones para dotar de la máxima seguridad a la actuación. Junto a ellos también les acompañan técnicos de Endesa. Es un día más en la vida de estos agentes, una preparación habitual, un operativo que ya se ha convertido en costumbre. Todos a sus puestos y arrancan todos los vehículos. Desde ese momento, todos forman un equipo. Dirección: la barriada de Almanjáyar, en la zona Norte de Granada, una de las más afectadas por los cortes de luz. ¿Por qué? Por los enganches eléctricos ilegales, los cuales en muchos casos encuentran su causa en el cultivo ilegal de marihuana, la gran lacra de la provincia y de muchos vecinos que pagan con frío y oscuridad la actividad delictiva de otros. Así arrancó el último operativo de la unidad policial del Distrito Norte de Granada con Granada Hoy como testigo in situ

Esta actuación, que se enmarca en la lucha contra una problemática que une los delitos de defraudación de fluido eléctrico y tráfico y cultivo de marihuana, en esta ocasión obtuvo como resultado el registro de 38 viviendas, las mismas en las que se comprobó que no tenían contratos de luz y todas obtenían electricidad a través de enganches ilegales. Por esta infracción se identificaron a siete personas. Además, se registró, con el consentimiento de los propietarios, el interior de dos de estas viviendas por cultivo de marihuana en el que, por un lado se decomisaron 250 plantas y por otro 119, haciendo un total de 369 plantas. Ambos responsables están investigados por sendos delitos de defraudación eléctrica y cultivo de marihuana.

Los técnicos de Endesa comprueban la potencia eléctrica de los pisos. Los técnicos de Endesa comprueban la potencia eléctrica de los pisos.

Los técnicos de Endesa comprueban la potencia eléctrica de los pisos. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

"Es la primera vez que lo hago señor agente, en esta casa ya no se va a sembrar más de esto", decía una de las propietarias de una vivienda en la que se encontraron plantaciones de marihuana en varias de las habitaciones. Sin embargo, la frase no es nueva para los agentes. Se trata de una excusa más que sonada cuando los investigadores dan con estos pisos dedicados al cultivo, señal que denota que la marihuana en Granada ha alcanzado una dimensión fuera de lo normal. Y es que el enorme beneficio que pueden conseguir y la poca pena que pueden pagar a cambio, a muchos les sale "rentable". 

Los dueños de este tipo de viviendas, con dos o tres habitaciones dedicadas al cultivo, pueden sacar entre 10.000 y 12.000 euros cada tres meses. La pena, a priori, sería entre uno y tres años de cárcel. Como aditivo, cada vivienda puede tardar años en ser detectada, ya que son muchas las que tienen esta dedicación, lo que aumenta que se "arriesguen" a llevar a cabo este delito.

La compañía eléctrica y la Policía trabajan conjuntamente y de forma coordinada para llevar a cabo este tipo de redadas. Y es que es habitual detectar cortes de luz continuados de los que Endesa o la Policía se informan mutuamente para atajarlos. Tras ello, se monta la operación, como esta, y, una vez plantados en los bloques donde se percataron de estas acometidas ilegales, los técnicos de Endesa proceden a entrar a los portales. 

Al principio, se resisten a abrir los vecinos, pero finalmente acceden. Una vez dentro, se procede a identificar qué pisos están sin contador, es decir, sin contrato de luz, y luego miden la potencia para saber quién está utilizando más cantidad de vatios de la lógica para una vivienda normal. Ahí comienza a extenderse el puente hacia el otro eslabón del operativo. Es en esta parte del proceso donde en muchas ocasiones, por no decir que en casi todas, la defraudación del fluido eléctrico se mezcla con la lucha contra la droga. 

El olor al llegar a estos edificios de viviendas es brutal. En ocasiones, casi insoportable. En este operativo, cuando los agentes subieron a uno de los pisos, comprobaron mucho movimiento además de incentivarse más aún dicho perfume. El primer paso es proceder al registro "sin jaleo". Los agentes hablan con los dueños para hacer un acta voluntaria y proceder a la inspección e incautación de las plantas. Y esta vez, todo fue "sin problemas": ambas viviendas accedieron a colaborar.

Una de las habitaciones con marihuana llena de lámparas y aires acondicionados enganchados ilegalmente al fluido eléctrico. Una de las habitaciones con marihuana llena de lámparas y aires acondicionados enganchados ilegalmente al fluido eléctrico.

Una de las habitaciones con marihuana llena de lámparas y aires acondicionados enganchados ilegalmente al fluido eléctrico. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

"Necesito pagar unas multas que me llegaron, agente, por eso me metí en esto. No hay trabajo, está la cosa muy mala y con el bicho este... Ojalá nos dieran un trabajillo a mí y a mi marido, pero nada. Le juro que es la primera vez que hacemos esto y ya no lo vamos a volver a hacer más", señaló la propietaria. Su marido, el otro inquilino de la casa, se refería a la propiedad medicinal de la marihuana como pretexto para su cultivo. "Todo está minado de esta cosa, aquí, en Pinos Puente, en cualquier pueblo, por eso dije pues lo hago yo también y pago todas las deudas", continuó explicando la dueña de la vivienda de la que Granada Hoy fue testigo de su registro.

Sin embargo, el perjuicio para la sociedad es enorme. Si lo hace un individuo, lo puede hacer otro. Es una cadena que cada vez se contagia más, nunca mejor dicho, sin ver la luz al final del túnel. En estos habitáculos dedicados al cultivo hay aires acondicionados y lámparas que actúan como las conocidas luces de cultivo para que se dé correctamente el crecimiento de las plantas. De esta forma, una sola habitación, con todos los utensilios que en ella se instalan, puede llegar a consumir 600 vatios, con un amperaje de 40 amperios, lo que equivale a la potencia eléctrica que mantiene con luz dos bloques de ocho alturas con unos treinta pisos en total. De ahí los consecuentes cortes de luz al saltar los transformadores eléctricos en el barrio. De hecho, a raíz de esta problemática se ha creado la mesa Distrito Norte por la Luz, la cual está activamente implicada en la lucha para que se consiga acabar con una lacra que no permite una vida digna a miles de familias. 

El operativo acabó con buen resultado y los técnicos y agentes de policía abandonaron el lugar ante la atenta mirada de muchos de los vecinos del barrio, que se aglomeraron en la calle viendo lo que pasaba en estos bloques. Operación Agosto, Otrofrente, Subota-Espinosa, Cerro, Vaguana o Naranja, son algunas de las más recientes en el marco de la lucha contra el cultivo de cannabis en Granada y que se extiende a toda la provincia.

La redada a la que este medio asistió se resolvió de forma pacífica y sin lamentar males mayores, pero en otras ocasiones no es así. El cannabis también provoca la entrada en escena de la violencia llegando incluso a producirse intercambios de disparos.

Marihuana y enganches ilegales de luz. Es el menú diario que atajan en la Policía Nacional de Granada. Y es que la provincia entera, con la capital al frente, ha conseguido un alcance internacional con el tráfico y cultivo de marihuana. Tanto es así, que a día de hoy sigue sobre la mesa el debate de la regulación de la misma para acabar con este delito y las mafias que manejan el cotarro y todo el dinero que se produce a través de él.

Día sí, día también. Las investigaciones que dan lugar a este tipo de redadas se han convertido en habitual para los agentes de la Policía Nacional. Son pequeñas batallas en una guerra que parece eterna y que sigue haciendo mella en los vecinos que trabajan al margen de este ámbito delictivo, pero que son quienes más lo padecen.

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