Luciano Palazzo: “Atacar a los sindicatos es atacar a la democracia”

Luciano Palazzo (Rosario, Argentina; 1978) accedió a la Secretaría General de la Federación de Servicios de la Ciudadanía de CCOO hace casi un año tras la celebración de un Congreso Extraordinario en Cuenca. A partir de hoy y hasta el jueves se celebra en Granada el quinto Congreso de la federación más numerosa del sindicato en el que con total probabilidad será reelegido, ya para un periodo normal de cuatro años.

Lleva ya 20 años en el mundo del sindicalismo.

Empecé tras sacar las oposiciones en Correos y ahí empiezo a tener una vinculación con el sindicato como trabajador porque considero que es una herramienta útil. Me voy implicando y me eligen como delegado de centro hasta que me proponen la posibilidad de estar a tiempo completo.

Tras ocupar varios puestos, ¿qué le mueve a presentarse a secretario general de la federación más importante de CCOO?

Fue una decisión compleja porque es una gran responsabilidad porque tenemos más de 230000 afiliados y tenemos un montón de sectores estratégicos, lo que supone tener un conocimiento muy amplio. El paso lo doy por sentido de la responsabilidad porque en ese momento era un candidato de consenso entre diferentes sensibilidades que entendían que podía hacer un buen papel para llevar a nuestro sindicato a este congreso con mayor grado de unidad.

¿A qué le ha dado tiempo entre el Congreso Extraordinario y el que empieza hoy?

En Cuenca dije que quería construir un sindicato, una federación que es estratégica para la construcción del Estado del bienestar en nuestro país, con más afiliación, con más representación y con más capacidad de condicionar las políticas que a la postre son las que condiciona la vida de las personas a las que representamos. No me he tomado este año como una interinidad, sino como un ejercicio de continuidad. Lo que va a pasar en este congreso es la continuidad de lo que llevamos haciendo un año.

¿Qué balance hace de este año?

Voy a presentar hoy el informe general y el balance dibuja un poco lo que ha pasado a nivel sociopolítico y económico en este tiempo. Once meses dan para mucho. Si miramos hacia atrás y dibujamos la realidad que había en aquel momento y analizamos la de ahora, el sindicato se han hecho cosas. Hemos negociado, como con empresas estratégicas donde hay negociación colectiva. Este tiempo ha dado para mucho en todo lo que tiene que ver con el trabajo sindical y para mucho en el interno. Hemos dado pasos en ser una federación más sólida y más fuerte. Creo que el balance es positivo

Ahora tendrá cuatro años por delante. ¿Cuáles son sus retos?

Los retos de la organización son los de siempre. Queremos participar en la construcción de lo que la gente viene denominando un nuevo contrato social, un nuevo modelo, un nuevo mundo, un nuevo paradigma. Los acontecimientos se están dando de forma acelerada con las transiciones demográfica, tecnológica y medioambiental, ante lo que el sindicato tiene que ser un agente principal en la toma de decisiones. Si eso lo dejamos solamente en manos de la contraparte, sabemos que será de constricción del gasto, de recortes en derechos en sanidad, educación... en lo público y esto afecta a la calidad de la vida de la gente. Tenemos retos en la administración pública como su modernización, pero que el impacto de la digitalización no vaya acompañado de pérdidas de puesto de trabajo; hace falta rejuvenecerla, acabar con la temporal. Y queremos que no se privatice lo que es público.

Lo que va a pasar en este congreso es la continuidad de lo que llevamos haciendo un año"

¿Qué importancia tiene el congreso que hoy empieza?

La de definir bien nuestras estrategias de futuro e intentar conseguir una mayoría consolidada que lo afronte desde el debate y la normalidad. Hemos de situar al sindicato en el centro del debate. El sindicalismo de clase es fundamental para construir democracia y país. Esta federación tiene que ejercer ese liderazgo en nuestro universo confederal.

Está previsto analizar la situación sociopolítica del país. ¿Cómo está España?

El país te está a dos velocidades, una con la que tiene que ver con lo político que tiene una aritmética parlamentaria que lleva a la imposibilidad de presentar presupuestos, lo que dificulta el diálogo social. A pesar de esto es sorprendente que el FMI diga que somos la única excepción positiva en crecimiento. Los datos macroeconómicos son buenos: uno de cada cuatro empleos de la Unión Europea se generan aquí.

Pero España sigue es desde hace muchísimos años el país con mayor tasa de paro de la UE

Sí, el diez y pico por ciento está muy alto cuando la media europea está en el cinco y pico. Podemos aspirar al pleno empleo porque se dan las condiciones y se ha demostrado que generando empleo las empresas son productivas y tienen beneficios. Y también que tejiendo un escudo social y haciendo políticas para la gente se pueden conseguir buenos resultados, también para las empresas.

¿Cómo se explica lo de reducir la jornada laboral y que no se hable de volver a bajar la jubilación a los 65 años?

Creo que son dos cosas diferentes. La reducción de jornada tiene que ver con tener más tiempo, con la política de cuidados, con la calidad de vida porque se habla de reducir la jornada pero no los sueldos. Se ha demostrado en aquellos sitios donde la jornada está reducida que no pasa nada, las empresas no se hunden ni la productividad baja. En los acuerdos de pensiones también ponemos encima de la mesa la posibilidad de tener jubilaciones anticipada. Pero son dos temas distintos que van en paralelo, no los juntamos.

El sindicalismo de clase es fundamental para construir democracia y país"

¿Qué cree que es lo que más preocupa al trabajador en general?

La primera preocupación es tener trabajo para toda su vida laboral y que el salario que tenga le dé para vivir de forma digna, tener una casa, poder mantener a la familia y disfrutar de la vida que tiene. Creo que es lo básico.

¿Qué imagen considera que tiene la gente de a pie de los sindicatos?

Creo que la imagen se puede mejorar. Hay un interés en dar una imagen de las organizaciones sindicales como chiringuitos de gente que vive de lujo. Creo que viene de intereses que tiene que ver con que somos esa parte que se contrapone a todo lo que quieren hacer. Pero es verdad que luego el reflejo que nosotros tenemos de cara a la gente que representamos es positiva. Somos una organización que a nivel confederal hemos estado por encima del millón de afiliados en un sistema laboral que no favorece la afiliación. Negociamos convenios colectivos que afectan a toda la clase trabajadora, no solamente a los afiliados. Somos la organización social más grande de este país, con un mayor número de afiliación. Hay una asimetría entre la imagen que se vende de los sindicatos a través de algunos medios de comunicación y lo que para mí es la percepción de utilidad que tiene la clase trabajadora, que es a la que nosotros representamos. Invitaría a los medios a que hagan una especie de análisis del porqué de esta intención de poner etiquetas tan bajas los sindicatos y darnos una imagen tan mala cuando atacar a los sindicatos al final es atacar a la democracia porque representamos pilares fundamentales de la democracia.