Ayer y Hoy

La madre de Espronceda era de Granada

  • María del Carmen Delgado, oriunda del Valle de Lecrín, fue la madre del romántico poeta liberal

  • Tal vez por nuestras venas haya circulado la cálida sangre de Espronceda y Delgado

José de Espronceda y Delgado es el nombre del poeta representante del mejor romanticismo español, cuyos versos se recitaban en las escuelas casi de memoria y de la mano de maestros sensibles y, aunque nació en un pajar, cerca del bonito pueblo extremeño de Almendralejo en 1808, era hijo de la granadina de Pinos del Valle María del Carmen Delgado y Lara; mujer de noble cuna, de parientes militares y eclesiásticos, que contrajo matrimonio con el también militar y viudo Juan José de Espronceda y Fernández Pimentel, poco antes de la guerra contra los franceses de Napoleón invasores de la península y que tanto tuvo que ver con el desarrollo del Romanticismo en España.

María del Carmen Delgado era mujer de posibles; venía de buena familia y, según las biografías, aportó sustanciosa dote al nuevo matrimonio, además de atribuirse el mérito de ser la madre del poeta. Poco sabemos de ella pero quisiéramos creer con orgullo que por la sangre y la sensibilidad del romántico Espronceda corren los aires granadinos del idílico valle de Lecrín, valle de la alegría y, por cierto, patria de mis antepasados por línea paterna.

Recordemos con este pretexto algo de la vida y la obra de este casi granadino, aunque extremeño de nacimiento, pues parece que nació por casualidad en Pajares de la Vega, cuando el matrimonio se dirigía de viaje a Badajoz. De temperamento inquieto y algo exaltado y aventurero amante de la libertad, seguidor de Lord Byron y lector de Shakespeare, militó en la sociedad secreta Los Numantinos de carácter liberal y patriótico, librepensador comprometido contra el absolutismo de Fernando VII; marchó a Inglaterra detrás de la que sería su musa enamorada Teresa Mancha a la que a su muerte dedica el elegiaco Canto a Teresa (canto II del Diablo Mundo); ese que empieza "¿Por qué volvéis a la memoria mía,/tristes recuerdos del placer perdido?...Aún parece, Teresa, que te veo/ aérea como dorada mariposa…".

Turbulenta relación amorosa esta, pues Teresa estaba casada y con ella huyó, siendo luego perseguido, encarcelado y desterrado. Vida complicada la de este hijo de granadina dado demasiado a la aventura y a las inquietudes políticas en aquella España que basculaba entre el Sexenio Absolutista, el Trienio Liberal y la Década Ominosa (1814 al 1833), periodo que ocupó buena parte de su vida. Viajó por Francia, Polonia, Holanda y hasta acabó de diputado por Almería. Enfermo de difteria murió a los 34 años. Si hubiera vivido en nuestro alegre y romántico Valle de Lecrín aún estaría vivo.

Pinos del Valle. Rótulo con la calle Espronceda Pinos del Valle. Rótulo con la calle Espronceda

Pinos del Valle. Rótulo con la calle Espronceda / J. L. D.

Hoy recordamos algunas de sus obras como El estudiante de Salamanca o El Diablo mundo (1840) y ese poema tan repetido en la escuela y que más de uno aprendimos a recitar de memoria, La canción del pirata, un precioso canto a la libertad sin leyes, escenificada en el mar, y que comienza con aquello de "Con diez cañones por banda,/viento en popa a toda vela,/no corta el mar,/sino vuela/un velero bergantín;/bajel pirata que llaman,/por su bravura, el Temido,/en todo mar conocido/del uno al otro confín…".

No olvida Espronceda en sus escritos reivindicativos a los marginados sociales como refleja otra de sus obras, la Canción del mendigo; fue por ello calificado por algunos estudiosos como "el poeta del pueblo". Así empieza y de nuevo es un canto a la libertad "Mío es el mundo, como el aire libre/ otros trabajan porque coma yo…".

¿Qué le queda a Espronceda de sus antepasados granadinos? Tal vez su sentido del humor, su ironía, su sarcasmo, su cercanía al pueblo. Y ese segundo apellido Delgado que viene a coincidir con el de mis antepasados que también eran originarios de Pinos del Valle. Me ilusiona pensar que por mis venas haya circulado la romántica sangre de José de Espronceda y Delgado.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios