Cuando el mar se tiñe de rojo

Naturaleza acuática La alta concentración de un organismo vivo alertó a los bañistas

La noctiluca es un alga microscópica que prolifera en la Costa granadina cuando se dan las condiciones ambientales adecuadas cambiando el color del agua y produciendo un efecto brillante por la noche

Rosa Fernández / Motril

13 de agosto 2012 - 01:00

Adentrarse en el mar siempre resulta inquietante. Las sombras que parecen presencias, alimentadas por el cine, con películas como Tiburón de Spielberg... En los últimos años, las medusas no sólo han producido picaduras, sino también el efecto psicológico de que ya nunca nadie volverá a bañarse sin la inquietud de encontrarse con alguna. Hace algunas semanas, también hubo una proliferación de algas en el Mediterráneo y en el Atlántico que, sin embargo, no resultaron nocivas para los bañistas.

Y es que no todas las 'plagas' que se dan en la playa son perjudiciales. Así ocurre con la presencia de huevos de peces, que tiñe de color el agua o, más frecuente, un alga que se llama noctiluca.

Para los celtíberos, Noctiluca era el nombre de la Diosa de la Luna. A esta divinidad le rendían culto en las noches de luna llena, con danzas que se prolongaban hasta el amanecer. Ahora se sabe que quizá no eran nada más que mareas rojas formadas por algas, ya que algunas de ellas se iluminan por la noche, al poseer un enzima que cuando reacciona con oxígeno, provoca un destello de luz. De ahí que creen un mágico espectáculo natural al que Jorge Drexler le dedicó una bella canción que decía "Brilla noctiluca, un punto en el mar oscuro donde la luz se acurruca".

Sin embargo, por el día no dejan de resultar manchas rojas en el agua, que preocupan a los bañistas, ya que no se saben de qué se trata, si tienen que ver con las medusas o si su presencia aconseja o no el baño sin riesgos.

El biólogo marino y presidente del Observatorio del Mar (Obsemar), Rafael Jiménez, explica que "el término marea roja se atribuye coloquialmente a una proliferación masiva de ciertas algas microscópicas que forman parte del fitoplancton, el cual se encuentra de manera natural a lo largo de nuestras costas". Y añade que "frente a ciertas condiciones ambientales, algunas especies se reproducen rápidamente, concentrándose y formando lo que se conoce como bloom". Esto ocurre en las cálidas aguas de la superficie.

Jiménez, que reconoce que "no es un fenómeno raro en las costas de Granada" se apresura en tranquilizar a la población al informar de que "nada tienen que ver con ningún tipo de vertido contaminante o de puestas de peces pelágicos, como sardinas o boquerones".

Y al igual que vienen se van. Es un fenómeno natural y pasajero, que se produce cuando se mantienen ciertas condiciones ambientales de temperatura, salinidad y nutrientes, que hacen que proliferen y así como llegan repentinamente, luego desaparecen. "Principalmente son dinoflagelados, y estos afloramientos pueden estar provocados por unas 2.000 especies y de ellas, sólo 70 pueden ser tóxicas", detalla este biólogo.

Ya se pudieron ver a principios de junio en La Herradura, Almuñécar y Salobreña, en concreto se trató de noctiluca scintillans, una especie que no es para nada tóxica. "En este caso, no tiñó el agua de rojo sangre como otros dinoflagelados, sino más bien de un tono anaranjado", prosigue Rafael Jiménez.

El Ayuntamiento de Almuñécar informó de que no se trataba ni de vertidos o aguas residuales ni de ninguna sustancia tóxica y que "los movimientos de estas algas son totalmente dependientes de las mareas, acumulándose en la orilla o en zonas de ensenadas".

Según los técnicos municipales, "el proceso se produce porque ciertas microalgas, en determinadas condiciones ambientales, crecen desmesuradamente produciendo proliferaciones esporádicas llegando incluso, en ocasiones, a cambiar el color de las aguas que las contengan".

Los marineros de la zona advierten de que, en el caso de que la mancha sea anaranjada, se puede deber al "desove de distintas especies de pescado que suele acercarse a nuestra Costa para realizar este proceso natural", y que se puede confundir con la noctiluca.

Desde las delegaciones de la Consejería se han pronunciado en el sentido de que son "inofensivas" en casos similares.

El único inconveniente que se le puede achacar es que los moluscos que se alimentan de ella, sí pueden ser tóxicos para los humanos, al producir efectos diarreicos en los casos más leves y paralizantes en los más graves, según explica Juan José Castillo, del Crema. No obstante, aclara que hay que estar tranquilos también en este caso, ya que los caladeros se cierran para los pescadores cuando hay un aviso de noctiluca y, además, la pesca aficionada de moluscos está prohibida.

Así que en el caso de que un bañista se encuentre con alguna masa de estas algas, lo mejor es que aguarde a la noche para hacer una instantánea inolvidable. Mientras que para la noctiluca (que etimológicamente significa la que brilla en la noche), la bioluminiscencia se trata de un mecanismo de defensa para asustar a sus depredadores, para sus espectadores supone una luz brillante sobre el agua de gran belleza y un regalo de la naturaleza.

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