La marcha no autorizada de los anarquistas se queda en anécdota
Concentraciones por el 20-n El acto de homenaje a Franco y José Antonio reúne a cien personas
La jornada, marcada por la fuerte presencia policial, transcurrió sin incidentes; sólo a última hora se produjeron pequeños escarceos en San Jerónimo y en plaza de Gracia
Lo habitual es que cuando se espera algo y ese algo no llega, se experimente algo parecido a la frustración, a la decepción. Pero si lo que se esperaba eran cosas como las del año pasado -contenedores incendiados, coches de policía apedreados, carreras por las calles, antidisturbios sacando a pasear las porras...- y lo que se encuentra a cambio es todo lo contrario, una calma absoluta, la sensación es de alivio.
Se preveía, un año más, una noche agitada. Falangistas y nostálgicos del antiguo régimen por un lado, homenajeando a José Antonio Primo de Rivera y Francisco Franco. Grupos de anarquistas por otro, en concentraciones no autorizadas, con el objetivo no declarado, pero desde luego latente, de guerrear contra los otros. Un panorama preocupante, en definitiva.
Decir concentraciones no es faltar a la verdad. Unos carteles, que no estaban firmados por ningún colectivo, llamaban a secundar una en la Puerta de Elvira, con un encendido lema -La lucha es el único camino- como reclamo y una llamada explícita a pelear contra la democracia, así como suena. Porque, rezaba el cartel, "hoy el fascismo se llama democracia"
Pero había al menos otra cita, en la Plaza Einstein, y según fuentes de la Policía Local, algún otro llamamiento en el centro de la ciudad.
Si la idea era diseminar a los seguidores para desconcertar a la policía y reagruparse todos en algún punto para seguir todos juntos rumbo a la catedral o hacia la Plaza de Bibataubín, puntos donde estaban sus adversarios, da la impresión de que fracasó por completo. Al estar tan divididos, los policías, esta vez muchos más que el año pasado, los controlaron con facilidad. En la Puerta de Elvira apenas había treinta anarquistas. En Einstein, aún menos. Tan pocos eran, que el furgón policial que custodiaba el lugar llegó a irse.
De esa forma, no se repitió lo de hace un año, cuando los radicales, tras concentrarse en la Plaza de la Libertad, bajaron todos juntos por San Juan de Dios y empezaron a armar bronca. Al cierre de esta edición no se había producido ningún incidente, confirmaron fuentes policiales.
También reinó la tranquilidad en la concentración-manifestación de los franquistas y falangistas. Unas cien personas acudieron a la misa celebrada en el Sagrario, tras la cual se cantó el clásico Cara al sol. Algunos desertaron justo después y otros, unos sesenta, llegaron hasta Bibataubín, donde continúa, contra vientos y mareas políticas, el monolito que recuerda a Primo de Rivera.
En torno a la plaza, y esto no es exagerar, había más policías nacionales que seguidores del dictador y/o del fundador de la Falange. Cabe aclarar, llegados a este punto, que algunos aseguraban a todo el que le quisiera escuchar que estaban allí por José Antonio y que éste en ningún caso podía asimilarse a la extrema derecha. Es el discurso que sostienen algunas facciones de la Falange, que a estas alturas, como se sabe, es una especie de marca base con distintos sufijos. Está La Falange, a secas, está la Falange Española de las Jons...
En Bibataubín se volvieron a entonar canciones muy añejas (Isabel y Fernando/El espíritu impera/Moriremos besando/La sagrada bandera y otras en esa línea) y antes de las diez la movilización se dio por disuelta. En la calle, mientras, seguía reinando la tranquilidad. Por suerte. Sólo se registraron unos pequeños escarceos entre algunos individuos y la Policía en San Jerónimo y en la plaza de Gracia.
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por Caja Rural Granada