Medio Ambiente

Investigadores de Granada confirman que el cobre mejora la capacidad de la soja de para mitigar el efecto invernadero

Imagen de unos brotes de soja

Imagen de unos brotes de soja / G. H.

Una investigación del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Granada ha confirmado que el cobre mejora la capacidad de bacterias asociadas a la soja para mitigar un gas de efecto invernadero, lo que permite avanzar hacia fertilizantes agrícolas menos contaminantes.

El estudio, desarrollado en la Estación Experimental del barrio del Zaidín, ha analizado por primera vez en un contexto de cambio climático cómo la presencia de este mineral en los suelos afecta a la actividad biológica de un microorganismo del suelo, lo que servirá para diseñar estrategias de fertilización con menor impacto.

Los investigadores se han centrado en una bacteria (Bradyrhizobium diazoefficiens) que puede vivir entre las raíces de la planta de soja y en simbiosis con ella, un microorganismo que ejerce de manera natural una función similar a la de los fertilizantes que se emplean tradicionalmente en las prácticas agrícolas, pero que no contamina.

El uso de bacterias similares es beneficioso porque reduce la dependencia de fertilizantes en la agricultura y disminuye la emisión de gases de efecto invernadero y, esta bacteria en concreto, posee la capacidad de absorber los nitratos y transformarlos en nitrógeno molecular, también conocido como "verde", un gas que no produce daño a la atmósfera.

Según ha explicado la Fundación Descubre, los investigadores han confirmado por primera vez que estos microorganismos requieren la presencia de cobre en los suelos, elemento que emplean para realizar sus procesos vitales.

El estudio busca combatir la contaminación producida por los fertilizantes que se aplican habitualmente en suelos agrícolas y que suponen un riesgo para el medio ambiente porque, en exceso, contaminan entornos acuáticos como lagos o acuíferos.

El estudio de esta bacteria vinculada a la soja, que publica el International Journal of Molecular Sciences, detalla un proceso similar al de la digestión.

La investigadora de la Estación Experimental del Zaidín María Jesús Delgado ha explicado que el equipo realizó una revisión bibliográfica y sumó técnicas para realizar análisis químicos y métodos de biología molecular para determinar la estructura y las funciones vitales de la bacteria.

Los análisis químicos y de genómica funcional servirán para que los expertos profundicen a nivel molecular en los mecanismos biológicos que hacen que las bacterias produzcan compuestos beneficiosos para las plantas y reduzcan los niveles de óxido nitroso, nocivo para la atmósfera.

Con este conocimiento, se podrán desarrollar estrategias específicas para mejorar las prácticas agrícolas, mitigar la producción de emisiones nocivas y proteger el medio ambiente.

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