Granada

Más del 20% de los menores en riesgo de exclusión son adolescentes muy agresivos

  • Un estudio de la Junta de Andalucía revela que, aunque la mayor parte de ellos proviene de ambientes marginales, en los últimos años comienza a emerger el perfil de niños que proceden de familias acomodadas

Desde que la Junta de Andalucía impulsara en el año 2000- en colaboración con corporaciones locales y diputaciones- el programa de prevención de menores en situaciones de exclusión social, la realidad a la que se enfrentan los profesionales ha cambiado notablemente. Si bien es cierto que el estudio realizado por la Junta en el periodo 2009-2010 revela que, al igual que hace una década, la mayoría de los niños provienen de entornos problemáticos y familias conflictivas, propios de los barrios marginales, en la actualidad, más del 20% de los 11.000 niños que se atienden en Andalucía anualmente, proceden de ambientes estables y normalizados. En estos niños emerge con fuerza el perfil de menores con trastornos de conducta, principalmente en la adolescencia, que desarrollan un carácter violento en su entorno más cercano debido a múltiples factores como la falta de normas o fallos en el modelo educativo que han recibido. "En un pasado hablábamos de los niños de la pobreza que venían de familias multiproblemáticas con rentas muy bajas y ahora estamos hablando de los niños de la abundancia, más en clave de normas y de pautas educativas", puntualizó la directora de Infancia y Familia, María Teresa Vega.

Así, explicó que algunos niños adoptan esta actitud porque "en un momento determinado, las normas por las que se regía su modelo familiar se vuelven muy difusas. Son menores que han visto desdibujada su realidad familiar. A partir de ahí, no asumen sus responsabilidades, no maduran y esto da lugar a que exploten con el resto del entorno familiar y social", explicó.

Por ello, Vega hace especial hincapié en que la solución es abordar este tipo de situaciones desde edades muy tempranas y prevenir implicando a todo tipo de actores sociales como a los educadores y a los pediatras para que alerten, lo antes posible, de que el menor está desarrollando esta forma de conducta agresiva.

Pero, los profesionales que trabajan con menores en riesgo de exclusión social tratan todo tipo de problemas, desde la falta de higiene, de escolarización, problemas de maltrato y "cualquier circunstancia que afecte al desarrollo del menor", concretó Ramón Fernández, psicólogo del programa.

El objetivo es que los profesionales especializados trabajen directamente con la familia y el menor de forma conjunta para evitar que la situación de riesgo se agrave y "se tengan que adoptar medidas de tutela para separar al niño del ámbito familiar".

Si hubiera que distanciar por un tiempo al menor de su entorno, éste sería derivado a una familia de acogida o a un centro de menores. Aunque, desde la Dirección de Infancia señalaron que de las 1.200 familias sobre las que se ha realizado el estudio en Andalucía, en el 81% de ellas, los menores no han tenido que separarse de sus padres. En Granada, este dato también es muy satisfactorio porque "en el 85% de los casos no han tenido que adoptarse medidas de desamparo del menor", advirtió la delegada de Igualdad y Bienestar Social, Magdalena Sánchez.

La delegada recordó que el compromiso para que los niños de dos años no tengan que ir a centros de acogida se ha cumplido, ya que en los tres últimos años, 500 niños de 0 a 4 años se adhirieron al acogimiento de urgencia en Granada.

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