mil menores en el banquillo

Son niños pero delinquen y como tal, son procesados. Las frías cifras no son ajenas a esta realidad y el último informe del Observatorio de la Infancia deja constancia de ello. Los juicios a menores se han disparado un 57% en apenas 3 años - de 692 en 2004 a 1.088 en 2007-, un hecho que no es ajeno ni a los responsables sociales ni a los judiciales que son los principales implicados en el proceso de trabajo con estos jóvenes.

En el informe del Observatorio y, según los datos del Consejo General del Poder Judicial, en Granada se enjuiciaron en 2007 1.088 menores. Situándose a la cabeza de Andalucía, sólo superada por Sevilla y por Cádiz, en este tipo de hechos. Pero, el caso es que, independientemente de la cifra, destaca que un tercio de estos menores enjuiciados no superan los 15 años, lo que supone 301 jóvenes. Los 787 restantes, llegan a los 17 años y también suponen un número importante dentro de la estadística. De los 1.088 procesos, 639 se refieren a delitos, 302 a faltas y 147 al apartado denominado sin medidas. De los menores de 15 años (301), 149 casos pertenecen a delitos; 112 a faltas y 40 sin medidas. De los menores hasta 17 (787), 490 se refieren a delitos; 190 a faltas y 107 sin medidas. En total, durante el año 2007 se enjuiciaron en Andalucía a 7.364 menores, 4.596 de ellos por conductas delictivas y 1.750 debido a faltas. El 70,2% de estos jóvenes tenían entre 16 y 17 años y en 1.018 casos se cerraron sin imposición de medidas.

La memoria fiscal de 2008 detalla las cuestiones criminológicas en la jurisdición de menores y en el caso de Granada, en 2007, los casos de robos con violencia e intimidación (169); robos con fuerza (103) y la violencia doméstica y de género (129) son las situaciones más preocupantes dentro de los 884 delitos contabilizados en la jurisdicción del menor. En lo que corresponde a faltas (923) se detallan las 378 contra la propiedad; 373 contra las personas y otras 172, que suponen también un número importante de infracciones.

Los datos no dejan duda de que la situación es más que mejorable y en eso se encuentran todos los estamentos implicados con menores. Una de las líneas más importantes de los trabajos relacionados con la juventud se pregunta el por qué de estas situaciones y cómo podrían remediarse. La realidad que rodea a estos niños, las influencias del entorno social, educativo y familiar y, por otro lado, las ganas de protagonismo o de ejercer cierto poder entre sus iguales explican parte de estas conductas delictivas e infractoras que abultan cada año las estadísticas.

Una de las líneas de trabajo que explotan los técnicos y parte de los jueces es la reinserción de estos niños. El hacerles responsables a sí mismos de los hechos (caso de las sentencias del juez Calatayud) y el que sean conscientes de lo que han hecho son parte del trabajo de estos técnicos. No en vano, las medidas impuestas en las sentencias por los juzgados de menores detallan que de las 842 medidas, sólo 123 suponen el internamiento del menor (2 casos fueron de internamiento cerrado; 112, semiabierto y 9 terapéuticos). Además, se especifican 39 de permanencia de fin de semana; 225 de libertad vigilada; 338 de prestaciones en beneficio de la comunidad; 42 amonestaciones y otras 75 medidas que suman las 719 intervenciones que se hicieron con los jóvenes.

Lo importante, quizás, al margen de lo llamativo de los datos es que más del 40% de estos jóvenes pueden llegar a encauzar su vida y tomar otro rumbo lejos de banquillos y listas negras judiciales.