El misterio de los lugares lorquianos: cuatro casas arriba del Montecarlo

El Hotel Montecarlo ha desaparecido de la ruta que proponía recorrer los lugares lorquianos de la ciudad. En su lugar, el Ayuntamiento de Granada sugiere en la web de la Concejalía de Turismo el número 50 de la Acera del Darro donde, según un informe elaborado por técnicos de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, sí residió el poeta. El cambio se produjo esta semana a raíz de la polémica suscitada después de que se diera a conocer que Urbanismo había dado el visto bueno a la demolición del céntrico hotel.

El hispanista Ian Gibson aseguraba que el poeta vivió en el establecimiento hotelero entre 1909 y 1916. Sin embargo, otras voces aseguraron esta semana que Lorca jamás vivió en esa edificación que actualmente ocupa los números 44 y 46 de la citada vía. Finalmente, tras la citada investigación realizada por los técnicos Cultura se comprobó que, en realidad, la casa de Lorca estaba en lo que hoy es el número 50 de la Acera del Darro. Ésta se corresponde con el número 66 que aparece en el padrón municipal de Granada donde se puede ver que en la vivienda residían tanto Federico como la hermana pequeña del poeta, Isabel, que describió la vivienda en su obra Recuerdos míos.

Tras este hallazgo la pregunta necesaria es: ¿se va a proteger esta edificación? El portavoz de IU en el Ayuntamiento de Granada, Francisco Puentedura, y el profesor de la UGR José Castillo creen que, como mínimo, debe ser conservada y catalogada como Bien de Interés Cultural. Y no solo ésta; también independientemente que no sea un lugar lorquiano el propio Hotel Montecarlo dado su enorme valor histórico. "Lo lógico es que si se ha concluido que es el número 50 se proteja, pues ese edificio sigue sin estar catalogado en el Pepri Centro", explicó ayer el portavoz de IU. Asimismo, Puentedura destacó que se debe incoar expediente para que entre dentro del Catálogo de Patrimonio Histórico Andaluz y evitar otra posible demolición".

Por otro lado, a juicio del concejal, el Hotel Montecarlo debe también ser protegido "independientemente de que sea un edificio lorquiano o no. "Estamos hablando de una edificación de finales del siglo XIX principios del siglo XX y no entendemos por qué sigue sin estar catalogada a pesar de tener un interés y contar con una tipología y una tradición arquitectónica de la Acera del Darro que, con su demolición, está desapareciendo". "Es de las pocas edificaciones que quedan de ese periodo y si las derribamos estamos cambiando la fisonomía de la ciudad", remarcó.

El profesor de la Universidad de Granada José Castillo también se opone al derribo del Hotel Montecarlo al entender que, con independencia de la presencia de Lorca en él, "dispone de notables valores artísticos (arquitectónicos y urbanísticos) para seguir en pie". Por eso, insta al Ayuntamiento a que reconsidere la licencia de derribo y evite "un atentado contra el patrimonio histórico de la ciudad".

Respecto a la edificación ubicada en el número 50 de la Acera del Darro, donde se ha demostrado que estaba la vivienda de Lorca, Castillo instó también a protegerlo. "Tenemos una nueva casa de Lorca y está sin desprotegida", destacó el profesor, quien consideró muy necesario poner en duda y revisar la construcción cultural que se hizo en la transición de la figura de Lorca. "Hasta ahora habíamos dado por indiscutible el relato de la presencia física de Lorca realizado con el amparo de la familia, por lo que urge analizar con mayor rigor histórico y amplitud de perspectivas los lugares que aun quedan con presencia del poeta".

En esta línea consideró importante analizar qué papel tuvo Lorca en el edificio del Hotel Montecarlo aunque nunca viviera allí. "Habrá que investigar si estaban allí sus primas o no. Se tendrán que revisar las cuatro casas que se mantienen en esta zona porque tienen un gran valor dada la presencia de Lorca que merecería paralizara el derribo del hotel hasta que se clarifique". Sobre esto, destacó que existen vías para paralizar la demolición. "Cultura, con su capacidad de supervisión, podría paralizar la obra de demolición teniendo en cuenta la protección de su casco histórico".