Granada

La mitad de los ahogamientos se producen en piscinas particulares

  • Con el inicio de la temporada de baño se debe aumentar la vigilancia, sobre todo de los más pequeños

Con la llegada del verano, al que le quedan pocos días para entrar oficialmente, comienza la actividad en playas, piscinas y pantanos. Una alternativa para el calor que también sirve de diversión o para realizar deporte. Pero el cuidado debe ser extremo ya que lo que se inicia como una buena jornada puede terminar en tragedia.

Golpes de calor en verano y sobre todo ahogamientos en el agua son el principal riesgo para la salud en verano. Por lo que hay que extremar las precauciones, sobre todo entre los más pequeños, los niños.

La temporada de baño obliga a tomar medidas de seguridad en piscinas tanto públicas como privadas ya que los ahogamientos suponen la tercera causa de muerte infantil en el mundo, con una especial incidencia en niños de uno a cuatro años.

Según los datos aportados en la VI Campaña de Seguridad Infantil en la Piscina publicada estos días por Abrisud, el pasado verano fallecieron 38 menores de 17 años en espacios acuáticos, 11 de ellos en Andalucía. Un 56% de estas muertes ocurrieron en piscinas privadas y un 10% de ellas en instalaciones municipales. "Los fallecimientos en ríos o parques registraron una incidencia del 8%, en el mar del 2% y el 20% restante tuvo lugar en distintas ubicaciones como balsas de riego o canales. En los primeros cinco meses de este año han fallecido seis niños por ahogamiento en distintos entornos acuáticos como piscinas o ríos", recalcan.

Porque no hay que olvidar que "un menor puede ahogarse con tan sólo 20 centímetros de agua, en menos de dos minutos".

Andalucía, por el calor extremo que se registra en verano, es de las comunidades autónomas con mayor número de piscinas, con unas 180.000 aproximadamente. En Granada están alrededor de un 15%.

Salud lleva el control de las piscinas públicas y de uso comunitario. Sólo en el Cinturón informó en su día que había más de 300, cifra que creció exponencialmente con el boom urbanístico pero que con la crisis se quedó paralizada.

En las inspecciones, que se realizan a las piscinas públicas y de uso colectivo (comunidades de más de 20 viviendas, restaurantes, hoteles...) se miran tanto las instalaciones, las características del vaso, los ciclos de depuración, escaleras y vestuarios así como la calidad del agua, los controles obligatorios de partículas, cloro y PH, que se realizan semanal, quincenal y mensualmente.

Los que realizan dichas inspecciones son farmacéuticos.

Las piscinas privadas de uso familiar o plurifamiliar de menos de 20 viviendas están exentas de inspección y el control deben realizarlo los propios dueños.

Entre las condiciones del agua, se mira el pH, que tiene que estar entre 6,8 y 8. En cuanto a la temperatura, en las piscinas cubiertas el agua tiene que estar entre 24 y 30 grados. El aporte de agua nueva diaria deberá ser, al menos, el 5% del volumen total de la piscina.

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