"La mochila de crear gobierno no puede cargarse sobre el PSOE"
Teresa Jiménez. Secretaria general del PSOE de Granada
La dirigente socialista argumenta en el "voto del miedo a Podemos" la victoria del PP en el 26-J. Llama a una "reflexión profunda" en los procesos congresuales del próximo otoño
-El cónclave socialista dice que hay que quedarse en la oposición y que nunca pueden repetirse unas terceras elecciones, ¿hay salida para Pedro Sánchez?
-El PSOE tiene muy claro el papel que nos asignaron los ciudadanos el 26 de junio, que es ser la oposición. Somos el segundo partido más votado y lo que nos corresponde es ejercer una oposición contundente, leal con este país, constructiva y, sobre todo, una oposición que planteé unas políticas radicalmente diferentes a las del PP. A quien le toca conformar una mayoría que permita gobernabilidad, la investidura y evitar unas terceras elecciones no es al PSOE, sino el PP que ha ganado las elecciones, que ha incrementado su número de escaños y de votos, y que tiene dedicarse a dialogar y a hablar con los distintos grupos para obtener una mayoría parlamentaria porque es un escenario distinto al del 20 de diciembre.
-Si al final hay terceras elecciones, ¿cree que la sociedad considerará responsable al PSOE?
-La responsabilidad la tiene quien tiene que conformar una mayoría y sigue durmiendo una siesta política en lugar de estar hablando con distintos grupos políticos para conseguir una mayoría afín a sus propuestas y a sus ideas. Esa mayoría y esa responsabilidad no pasa por el PSOE. En cualquier caso, si en última instancia no hubiera gobierno, seremos todos los grupos políticos los que tendremos la responsabilidad compartida de decidir si vamos a unas terceras elecciones o si ponemos un granito de arena para que existe un gobierno. Pero no creo que esa mochila de responsabilidad pueda cargarse en el PSOE.
-En la noche del 26-J celebraron, en parte, haber salvado la hegemonía de la izquierda, ¿les faltó autocrítica ante el que era el resultado más bajo de la historia?
-Creo que somos un partido muy autocrítico. Lo que pasa que es verdad que los resultados necesitan tiempo no sólo para hacer una autocrítica, sino para buscar una salida y unas soluciones que nos vuelvan a situar como lo que siempre hemos sido, un partido con vocación mayoritaria y vocación de gobierno. Es verdad que la ciudadanía nos castigó porque no entendió la gestión que hicimos de la crisis, sobre todo en los últimos tiempos del presidente Zapatero y, desde entonces, nuestros resultados electorales no han sido buenos. Aunque también es cierto que el panorama político ha cambiado mucho y la crisis ha hecho que surjan nuevas fuerzas políticas y cambie el mapa del bipartidismo tradicional a un espectro de cuatro partidos políticos que empiezan a tener un espacio electoral importante. Tenemos que ser capaces de adaptar nuestras políticas a este espacio nuevo y comprender que vivimos en un tiempo en el que mucha gente lo está pasando mal, y cuando la gente lo pasa mal económica y socialmente también lo pasamos mal los socialistas.
-Entonces, ¿por qué el PSOE no ha sido capaz de recibir el llamado voto del miedo?
-Una cosa muy clara es que ha habido una voluntad compartida de PP y Podemos de ir en contra del PSOE, de hacer del Partido Socialista el enemigo común a batir. Podemos no ha entendido que cuando la izquierda está dividida, siempre gana la derecha y es a lo que contribuyó el 20-D, a que hoy tengamos una mayoría más amplia del PP. Esa es su responsabilidad histórica, podíamos tener un gobierno progresista y, sin embargo, por estrategia electoral decidió ponerse al servicio del PP, haber tenido durante siete meses un gobierno interino y que los ciudadanos hayan decidido que su voto tiene que ser útil. Se lo han dado al PP, que es el partido que claramente representa esa voluntad temor que te traslada la gente en la calle de que Podemos no sea un partido mayoritario.
-Aquí en Granada, aunque con cierta autocrítica, también se felicitaron por mantener a raya a Podemos, ¿entiende que a pesar de todo, los dos escaños son un resultado malo para el PSOE?
-Nuestros resultados son malos, los peores de la historia. Lo son en España, en Andalucía y en Granada. Creo que tenemos que reconocer esa realidad, sin maquillarla sin ponerle ningún tipo de paliativo. Y, a partir de ahí, ver esos resultados como una oportunidad de repensar cuál es nuestra política, nuestro trabajo y nuestra relación con la gente para volver a tejer alianzas sociales con colectivos que en otro tiempo estuvieron con nosotros y en los últimos años nos han ido dando la espalda. Reconocer que los resultados son malos es fundamental. Asumo los resultados como secretaria general en primera persona, y creo que a partir de esos dos escaños tenemos la oportunidad de volver a repensarnos y ser ese PSOE con un legado democrático de 137 años al lado de los españoles. Que vean que somos un partido útil.
-En la provincia surgieron algunas voces críticas hacia la ejecutiva provincial en los días siguientes al 26-J, ¿le molestó?
-No. Nosotros somos un partido democrático de verdad, no como otros que se dicen democráticos de boquilla, amordazan a sus militantes y tienen una voz única. Somos un partido democrático en el que cada militante puede expresar libremente su opinión. Es normal que después de un resultado haya voces que lo reconozcan. No lo entiendo como una crítica a la gestión de esta ejecutiva provincial, sino como parte de esta autocrítica que tenemos la obligación de hacer.
-Algunos de sus compañeros granadinos hablaban de la necesidad de hacer un cambio de caras. ¿Es ese el problema real del PSOE?
-Tenemos que hacer un análisis global, más profundo, no tan simplista. El problema no es una cuestión de cambio de caras. Hemos ido cambiando de caras en los últimos procesos electorales y nuestros resultados no han mejorado. Creo que tenemos una oportunidad, una vez que haya gobierno que será posiblemente en otoño, de abrir nuestros procesos congresuales y hacer una reflexión profunda que parta de la crítica. Tenemos que definir un cambio de rumbo, nuevas estrategias de hacer y de entender la política, y tenemos que decidir también qué caras queremos que lideren ese tiempo nuevo. La voluntad democrática de nuestros militantes será quien decida todo eso.
-¿Se presentará a la reelección?
-Para ser respetuosa con lo que digo, cuando llegue ese momento lo anunciaré públicamente. Ahora mi reflexión es que en estos últimos tiempos, que han sido difíciles, hemos conseguido ser la primera fuerza en las elecciones europeas, en las autonómicas y en las municipales. Hemos ganado 104 ayuntamientos, hemos recuperado el gobierno de la Diputación y también el Ayuntamiento de Granada, donde no había un alcalde socialista desde hace trece años. No es un mal balance, a pesar de que nos hubiese gustado refrendar esa gestión también en las elecciones generales todos esos resultados que hemos tenido en los procesos anteriores.
-¿Envidia el cierre de filas tradicional por el que se rige el PP?
-No envidio la unidad de los silencios, ni la unidad de esa gente que habla y ataca por atrás. Prefiero un diálogo mucho más sincero y democrático, que es el que planteamos nosotros porque cada uno puede expresarse libremente. Esa es la esencia del socialismo, somos un partido democrático en el que ejercemos nuestro trabajo orgánico en libertad. No creo que sea buena ni la paz ni el silencio de los cementerios.
-¿Cómo le sentó y cómo explica que la operación Nazarí no influyera en el resultado del 26-J?
-En todas las elecciones, pero en estas especialmente, hemos aprendido que el electorado es maduro y en todo momento sabe qué vota, a quién vota y para qué lo vota. Y en este momento no estaba eligiendo a su alcalde ni a su equipo de gobierno, sino que estaba votando en unas generales en un momento muy complicado para este país después de seis meses en los que Rajoy ha estado escondido y otros hemos asumido la responsabilidad de intentar formar gobierno. Un intento que ha sido fallido en seis meses que han hecho olvidar cuatro años de gestión que han hecho mucho daño a esta provincia con mucho paro, mucho ninguneo, mucha mentira y pocos elementos que nos permitan avanzar y salir de este furgón de cola en el que nos ha situado el PP. Esto se ha difuminado, y la gente ha votado pensando en la estabilidad y al partido que le daba las garantías de dejar a un lado el miedo a un gobierno populista de Podemos.
-Aún así, el PSOE ha recortado cerca de 1.000 votos en la capital tras dos meses de gobierno de Paco Cuenca, ¿lo ve suficiente?
-Esos 998 votos de alguna manera nos responden a ese clima nuevo que se vive en Granada, esa ilusión que despierta el nuevo equipo de gobierno y el buen trabajo que están haciendo. Hemos roto esa tendencia del resto de España de bajar el número de votos. ¿Es suficiente? Para mí no lo es porque me gusta siempre que mi partido obtenga los mejores resultados, pero desde luego sí creo que este resultado abre un camino de recuperación del PSOE en la ciudad y espero que no sea solo sea fruto de un momento puntual, sino que sea el inicio de una etapa diferente en la que venimos trabajando con Paco Cuenca desde hace cinco años.
-Otra lectura del 26-J es la derrota de los socialistas andaluces, ¿le preocupa que se inicie un cambio de tendencia?
-Más que preocuparnos, lo que tenemos es que asumir nuestros resultados y aprender un poco del pasado. Es verdad que el PP ha ganado estas elecciones en Andalucía, pero también las ganó con Arenas y cayeron en picado. Es una tendencia que responde a un momento puntual y estoy segura de que en cuanto la gente tenga que votar quien va a presidir el Gobierno andaluz o a sus alcaldes, votará al PSOE porque es el partido que ha defendido siempre, contra viento y marea, los intereses de Andalucía y de Granada.
-Sin embargo, el PP les critica porque dice que han actuado caprichosamente en el proyecto de la candidatura de la Alpujarra a Patrimonio de la Humanidad.
-La Alpujarra es mayor de edad y no necesita, como en otros tiempos, que alguien venga desde arriba y sin escuchar su voz decida su futuro. El PP actuó como la derecha de siempre y decidió lo que era bueno para la Alpujarra sin oír a su gente ni a sus legítimos representantes. Por eso, los alcaldes de la Alpujarra de distinto color político, incluidos los del PP, dijeron que no al PP y dijeron que no a Sebastián Pérez. Nosotros compartimos que si la comarca lo quiere, tenemos que trabajar para que la Alpujarra porque creemos que la comarca se lo merece. Pero tenemos que trabajar de otra forma, tenemos que trabajar informando a la gente y siendo y dejando que la Alpujarra sea la que decida su futuro. Desde el respeto y la democracia, y no desde la imposición que desde los tiempos de Natalio Rivas no debiera volver a estar en pie.
-¿Qué le está pareciendo la gestión de José Entrena (Diputación)?
-José Entrena ha conseguido un objetivo fundamental que era devolver la Diputación a todos los pueblos y hacerlo sin sectarismo. Ha acabado con el sectarismo, el autobombo y la propaganda con la que gestionó Sebastián Pérez.
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