Hay mucha vida tras la jubilación

El Centro de Participación Activa Buenos Aires ha atendido a 23.000 usuarios en 18 años

En 2018 se ofertan 20.000 horas de talleres en 23 sedes de Granada

Hay mucha vida tras la jubilación
Hay mucha vida tras la jubilación
Carmen Sánchez

Granada, 27 de julio 2018 - 02:34

El Centro de Participación Activa Buenos Aires es el más concurrido de la capital. Un lugar de encuentro que demuestra que llegar a la vejez no es obstáculo para disfrutar. Si ayer países como España o Portugal celebraron el día del abuelo, en este espacio lo que se celebra cada día es la vida. Pasillos llenos de gente que charla, o espera a entrar a las aulas. Jardines con usuarios que juegan a la petanca, o el sonido de las fichas del dominó que resuenan junto a la cafetería forman parte de la banda sonora que tiene este espacio situado junto a la rotonda del Neptuno., risas y vida. Porque en este "cole" de mayores se palpa el buen ambiente: Aquí no hay soledad, solo tiempo compartido y personas con intereses similares. La directora, Ana María Rey, es la encargada de que esta maquinaria funcione y de un servicio adecuado a todo el mundo.

Según relata la presencia mayoritaria es femenina pues ellas son más participativas, hacen amistades rápidamente y se apoyan. A los hombres, señala Ana María, "les cuesta más venir, tienen ideas preconcebidas y dicen … yo no soy viejo para ir ahí". Pero, una vez que se animan ya no faltan porque, liberados de las obligaciones laborales, detectan que es bueno llenar su tiempo con algo de actividad.

Los servicios del centro son gratuitos, solamente es necesario tener 60 años cumplidos y vivir en la zona, o tener 55 años y ser consorte de una persona con 60. La idea es que los usuarios se vayan preparando para la jubilación, esa etapa de la vida que puede ser positiva o negativa, según se afronte. Se les ofrece un amplio programa de actividades para que escojan y se integren, como parte de las estrategias de envejecimiento activo de la Junta de Andalucía. Una vez inscritos se les hace un seguimiento y, tanto los monitores como la trabajadora social y la directora se encargan de que sean constantes.

Uno de los programas que prepara a los mayores para su vida futura de jubilados es la iniciativa denominada "Cerrando agenda". Se trata de un proyecto que les da pautas para aprender a "negociar su tiempo con la familia". Muchas veces, al dejar de trabajar, se ven desbordados por querer ayudar a hijos y nietos y asumen un "exceso de responsabilidad". Este proyecto les anima a gestionar de forma relajada su tiempo, "aprendiendo a decir no", si es preciso, a las familias que pretenden que hagan cosas que ni buscan ni desean.

En el Centro Buenos Aires se puede comer a diario por 2,40 euros, ir a la peluquería y al podólogo. La oferta de talleres es muy amplia: pintura, inglés, francés, rondalla, solfeo, encuadernación, manualidades, taracea, talleres de salud, informática, móviles, fotografía, yoga, tai chi y muchos más. Algunos de los profesores son voluntarios y también son usuarios del centro.

Hay situaciones curiosas porque comparten espacio padres e hijos. Es lo que le ocurre a Mari Carmen Callejas, una de las vocales de la Junta de Gobierno, que acude con su padre Miguel, de 89 años, monitor del taller de rondalla y una persona entusiasta para la que ir a diario al Buenos Aires es su mayor felicidad.

El monitor voluntario más veterano es Constantino Valero, de 90 años, que enseña encuadernación desde hace 27, con la misma ilusión del primer día "y mucha paciencia". Sus alumnos destacan jocosos que, "vaya si la tiene", al tiempo que nos señalan en la pizarra los "diez mandamientos" de la encuadernación que siempre tienen a la vista para no cometer fallos, entre ellos "quitar grapas, hacer agujeros, coser cuadernillos …" así hasta el último. Uno de los alumnos se afana en encuadernar un librito digno de formar parte de una casa de muñecas.

Los cursos de actividad física están impartidos por profesores titulados en INEF, y se les da mucha importancia, porque es bueno que los mayores tengan activa la mente, y también el cuerpo con disciplinas variadas como yoga, tai chi, gimnasia y otras más artísticas, como las clases de baile que llenan de música el salón de actos.

Parte del éxito del centro es que las relaciones sociales funcionan muy bien, se ven corrillos y muchas ganas de vivir. Las actividades incluyen viajes, como el que preparan para finales de mayo a El Escorial, tres días a un hotel de cuatro estrellas por 155 euros. "Aquí todos somos iguales y nuestra misión es trabajar por el centro y sus socios", apunta Francisco Morillas. El Centro Buenos Aires es accesible para las personas con movilidad reducida, ya que algunos usuarios acuden con sillas de ruedas y andadores. Además, cuenta con un desfibrilador y todo el equipo está preparado para hacer uso de él.

Recorte de pensiones

El descontento por el recorte de las pensiones este año es un tema de conversación frecuente entre los jubilados. Muchas de las personas que llevan años acudiendo al Centro Buenos Aires son mujeres viudas, que no han cotizado nunca. Es el caso de Rafi Moreno, de 85 años, madre de once hijos, veintiún nietos y 3 bisnietos. Su pensión de viudedad es de 625 euros al mes. Opina que no es lógico, "los jubilados sostenemos una parte del país, llenamos los hoteles cuando están vacíos, yo ayudo a varios de mis hijos que están separados, es injusto", apostilla.

Magdalena Cano, otra viuda de 83 años, se muestra tajante "lo que recibo es poco, cuando ves lo que se llevan unos y otros … y para los viejos hay menos". A ella le haría ilusión, por ejemplo, contar con la ayuda de alguna persona que le eche una mano con las tareas del hogar pero "no puedo pagarlo".

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