Domingo, 26 de abril. Otra jornada de confinamiento, esta vez con la diferencia de que, por primera vez después de más de 40 días, las calles volverán a llenarse de niños. Sin embargo, la labor policial esta vez se torna diferente cuando comienza a caer la tarde. Primero, un aviso desde el barrio de Haza Grande: hay un hombre que yace sin vida tendido en la calle en mitad de un charco de sangre. Hora y media después un segundo aviso, esta vez en el Zaidín: un varón herido por arma blanca en una azotea tras una reyerta. Dos hechos que, pese a no tener relación entre sí, dejan una jornada negra por apuñalamientos en Granada capital.

Homicidio en Haza Grande

Sobre las siete de la tarde, la Policía Nacional recibió varias llamadas provenientes de la zona cercana a la calle Marina del barrio de Haza Grande. Había un hombre, de edad mediana, tirado en la calle en mitad de un charco de sangre. La víctima no se movía y presentaba diversas heridas de arma blanca. De forma rápida, los agentes se desplazaron hasta la citada vía, junto con efectivos sanitarios, donde encontraron el cuerpo ya sin vida de un hombre de 56 años, vecino de la zona.

El crimen no parecía haber ocurrido en la calle. De hecho, había quienes aseguraban que le habían visto salir de una vivienda y caer desplomado en la vía, un hecho que propició que la investigación policial activara de forma rápida la recogida de declaraciones de testigos, que habrían escuchado una fuerte discusión en el interior de la casa de la que salió el finado.

Un segundo aviso, esta vez desde el Zaidín

Los agentes se encontraban recabando pruebas sobre lo ocurrido en la calle Marina de Haza Grande, en la que ya habían comprobado que vivía la víctima, cuando otro aviso entró en la central de la Policía Nacional. Esta vez no era desde la zona Norte, sino que llegaba del lado opuesto en el Zaidín. Otra persona, también un hombre de mediana, había sido apuñalada en la azotea de uno de los edificios del barrio. Sin embargo, a diferencia de la escena que habían encontrado hora y media antes en el otro extremo de la ciudad, esta vez la víctima, de 53 años, aún seguía con vida, pese a presentar heridas por arma blanca en un costado. 

Ante ello, los agentes le prestaron una primera asistencia sanitaria tras lo que fue trasladado hasta un centro hospitalario de la capital -permanece ingresado a consecuencia de la gravedad de las heridas- e iniciaron una investigación para esclarecer lo sucedido.

Dos investigaciones simultáneas y dos detenidos

Mientras los efectivos de la Policía Nacional desplazados hasta el Zaidín tomaban declaración a los vecinos del edificio en el que se había producido este intento de homicidio, como ha sido catalogado el hecho según fuentes Policiales, los agentes que horas antes habían acudido hasta Haza Grande continuaban recabando pruebas sobre el homicidio de la calle Marina y hablando con los vecinos, cuyos testimonios, en ambos casos, fueron clave para conocer lo ocurrido.

Por un lado, los agentes de la zona Norte lograron identificar al homicida: un sobrino del fallecido, de 34 años de edad; por otro, los efectivos del segundo suceso, lograron hacer lo propio con el agresor del Zaidín: un hombre de 46, vecino del edificio, que subió a la azotea y, sin mediar palabra, asestó a la víctima varias puñaladas en el costado con un cuchillo y abandonó el lugar.

Los desencadenantes

Según la información recopilada por la Policía Nacional, un problema por ruidos habría desencadenado el apuñalamiento del Zaidín, hecho que sigue bajo investigación policial para esclarecer la totalidad de lo ocurrido y por el que el agresor fue detenido y el arma empleada durante el apuñalamiento recuperada.

Sin embargo, lo sucedido en Haza Grande era más complejo, algo que no impidió que la labor policial lograse también la detención del agresor, algo que ocurrió unas tres horas y media después de que ocurriese este crimen cuya investigación sigue abierta y del que, de momento, se desconocen más detalles.

Según han confirmado fuentes policiales, los detenidos por ambos sucesos pasaron la noche en los calabozos de la Jefatura Superior de la Policía Nacional, donde aún permanecen a expensas de pasar a disposición policial, algo que, previsiblemente, no ocurrirá hasta este martes.