Granada

La hija de la mujer asesinada en Cúllar pide 25 años de cárcel para su agresor

  • Atribuye a su padrastro un delito de asesinato y otro de violencia en el ámbito familiar

La hija de Antonia Latorre, la vecina de Cúllar asesinada el año pasado presuntamente por su marido de un disparo de escopeta, ha solicitado que el acusado -su padrastro- sea condenado a 25 años de prisión como autor de un delito de asesinato y otro de violencia en el ámbito familiar.

La hija, que ejerce la acusación particular en la causa que se sigue en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Baza, ya ha formulado acusación contra Antonio G.B., al que reclama también una indemnización de 150.000 euros.

Además, su abogado pide que se prohíba al procesado residir en Cúllar durante el tiempo de la condena y comunicarse con la hija, hermanos y demás familiares de Antonia, así como que se le impida vivir en el pueblo durante 10 años una vez cumplida la pena que se le imponga.

Granada Hoy ha tenido acceso al escrito de conclusiones provisionales que esta parte ha presentado en el juzgado, que está tramitando el crimen machista de Antonia como un caso de jurado. El documento relata cómo supuestamente sucedió todo en la casa del matrimonio, ubicada en el número 39 de la calle Barranco Segundo de Cúllar la noche del 4 de septiembre de 2014.

Según el escrito, el hombre, "tras mantener una breve discusión" con Antonia y "sin mediar violencia física entre ambos", entró en el dormitorio de la pareja, "sacó una escopeta de caza, la cargó y se dirigió al salón", donde se encontraba la mujer, que estaba "desprevenida y sin sospechar o ser alertada de la pretensión de su verdugo". Allí, según prosigue la calificación, "realizó un primer disparo contar ella en el salón", pero erró "involuntariamente". Por ello, recargó el arma y procedió a "perseguir a Antonia hasta la salida de la vivienda para, en la calle, ya en campo abierto, a una escasa distancia y sin ningún tipo de obstáculo, apuntarle y dispararle cuando ésta se encontraba de espaldas". La mujer, según esta parte, intentaba pedir auxilio cuando recibió el disparo, que le impactó en el costado derecho.

A continuación, el procesado volvió a entrar en la vivienda y cerró la puerta tras de sí. Una vez dentro, "sin interesarse por el estado en que había dejado a Antonia ni intentar prestarle auxilio" -como llamar a emergencias o a alguna persona para que ayudase a la mujer-, volvió al dormitorio y realizó varios disparos. Uno de ellos le impactó en la cara, "produciéndole las heridas cuyas secuelas quedan patentes en el actualidad".

El abogado de la hija de la víctima sostiene en su escrito que "nada ni nadie pudo hacer nada por Antonia", que murió desangrada "por el disparo a bocajarro que le efectuó su marido a escasa distancia". La muerte de la granadina se produjo entre las 22:00 y las 22:30 horas, por lo que se cree que la "agonía" pudo alargarse hasta treinta minutos. Esta parte planteará además en el juicio que en otras situaciones anteriores al crimen Antonia fue víctima de insultos y, al menos en una ocasión, de amenazas.

Según otros datos que trascendieron en su día del suceso, el hombre, de 59 años entonces, fue intervenido de sus heridas en el Hospital de Traumatología, donde permaneció ingresado bajo custodia policial hasta que recibió el alta. Antonia tenía 62 años. El teléfono contra el maltrato es el 016.

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