día de la mujer | situación laboral y empresarial

Las mujeres han cuadruplicado en 33 años su presencia en el mundo laboral

  • Casi 150.000 mujeres se han sumado a la población activa desde el año 1981 La tasa de parcialidad del colectivo de trabajadoras es del 27,3%, diecisiete puntos superior a la de los hombres

En tres décadas, la situación de la mujer en el mercado de trabajo ha experimentado un avance indiscutible. En 1981, recién estrenada la democracia, la presencia de la mujer en el mundo laboral todavía era muy limitada. Por aquel entonces, apenas había 50.300 mujeres granadinas que se consideraran activas, es decir, que aseguraran estar en edad y disposición de trabajar. Según los datos históricos recogidos por el Instituto de Estadística de Andalucía, apenas un 22,4% de la población activa de la provincia (compuesta por 224.000 miembros) eran mujeres, frente a la apabullante presencia masculina, que conformaba el 77,6% de la masa laboral granadina.

Tres décadas más tarde, la situación ha cambiado sensiblemente. La progresiva incorporación de la mujer al mundo laboral -derivada también de la creciente población universitaria femenina- y la 'conquista' de sectores de actividad que tradicionalmente se consideraban masculinos han reconfigurado el mercado de trabajo de la provincia. De arriba a abajo. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), al cierre de 2014 el peso de la mujer en la población activa había crecido hasta un 44,9%. En las últimas tres décadas, casi 150.000 mujeres se han incorporado al mercado de trabajo, lo que significa que han multiplicado por cuatro su presencia en lo que antes se consideraba un mundo 'de hombres'. En la actualidad, Granada cuenta con 200.030 mujeres activas, una cifra cada vez más cercana a los 245.260 hombres que se consideran en edad y disposición de trabajar.

Este paso de gigante también ha tenido su traslación en los datos de ocupación. En 1981, Granada contaba con 35.000 mujeres ocupadas, frente a las 123.700 que hoy, después de siete años de crisis, desempeñan su actividad profesional. En estos 33 últimos años, el número de mujeres ocupadas se ha multiplicado por 3,5, un dato que contrasta con el avance registrado por los trabajadores, que sólo han experimentado un crecimiento del 20,8%.

Se ha avanzado, no hay duda, pero todavía queda mucho por hacer para conseguir la igualdad plena en el mercado laboral, el reequilibrio entre hombres y mujeres en el mundo del trabajo. La reivindicación del Día Internacional de la Mujer sigue siendo necesaria, habida cuenta de que, aunque sea mucho menor que hace unos años, continúa habiendo una brecha laboral enorme entre hombres y mujeres. Son muchos los datos que lo demuestran: la tasa de actividad entre las mujeres, del 52,19%, es quince puntos inferior a la de los hombres (67,27%); la tasa de paro, sin embargo, alcanza todavía el 38,4% y supera en casi seis puntos a la masculina (32,46%); y la tasa de empleo apenas llega a un tercio de la población (32,15%), frente al 45,45% de los hombres.

Los datos de la Encuesta de Población Activa todavía arrojan más evidencias de las grandes diferencias entre hombres y mujeres en el mercado laboral. Uno muy claro es la composición de la población inactiva: en Granada hay 184.000 mujeres que no se encuentran ni en edad ni en situación de trabajar, frente a los 121.600 hombres. Hasta aquí todo podría ser normal y justificable por una cuestión demográfica, pero la clave está en el número de granadinos inactivos y dedicados a labores del hogar. Frente a las 62.800 mujeres que no trabajan por dedicarse a las labores domésticas, apenas hay 5.100 hombres. Y sí, es cierto que la cifra de amas de casa con dedicación exclusiva ha caído considerablemente con la irrupción de la crisis (en 2007 había 90.000 inactivas por estas circunstancias, lo que significa que desde entonces el colectivo se ha reducido un 30,2%), pero sigue siendo un número doce veces superior al de hombres dedicados a las labores del hogar.

Los sindicatos llevan años alertando de que la llegada de la crisis ha supuesto una irrupción en el avance de la igualdad en el terreno laboral. Las mujeres, aseguran, continúan llevando las de perder en un mercado de trabajo que tiende hacia la precarización y la temporalidad y que cada vez pone más trabas a la conciliación.

Las colas del paro, por ejemplo, son cada vez más 'femeninas'. Según la última EPA, en Granada había 77.100 mujeres en situación de desempleo al cierre del año 2014, un 48,7% del total de parados de Granada. Desde el año 2007, cuando empezaron a torcerse las cosas en el terreno económico, las listas del Inem han sumado en Granada 46.100 desempleadas, un 148,7% más. Eso sí, entre los trabajadores la situación ha sido todavía más grave, fruto de la estrepitosa caída de uno de los sectores de actividad más masculinizados de todos: la construcción. El paro entre los hombres ha crecido un 216,8%, pasando de los 25.600 del último trimestre de 2007 a los 81.100 del cierre de 2014.

Sin embargo, las mujeres sí que lideran el ranking de los puestos de trabajo precarios. Según los datos recogidos por el Instituto de Estadística de Andalucía, del conjunto de mujeres asalariadas, alrededor de 100.100, hay 66.700 que tienen un contrato indefinido, frente a las 33.400 que ejercen su actividad con un contrato temporal. La tasa de temporalidad es, por tanto, del 33,4%. En el caso de los hombres, este índice es más bajo, ya que apenas llega al 31,9% que arrojan los 40.300 asalariados con un contrato con fecha de caducidad.

Más evidente aún es el peso de los contratos parciales en el colectivo de trabajadoras granadinas. La tasa de parcialidad en el caso de las mujeres que ejercen su actividad en la provincia es del 27,3% (es decir, que prácticamente un tercio de las trabajadoras tiene un contrato de jornada reducida), mientras que en el caso de los hombres esta tasa apenas llega al 9,7%.

Pero la gran brecha, la más sangrante de todas, es la salarial. Según un estudio elaborado por CCOO a raíz de los datos de la Agencia Tributaria, el salario medio anual de las mujeres trabajadoras es de 12.985 euros, un 19,8% menos que el de los hombres. Además, el 50,4% de las trabajadoras se tienen que contentar con una retribución inferior al Salario Mínimo Interprofesional, a todas luces insuficiente para ser independientes.

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