sociedad | día internacional de la mujer y la niña en la ciencia

"Se necesitan ingenieras"

  • La falta de visibilidad y de referentes lastran la presencia de mujeres en las titulaciones técnicas

  • Las investigadoras destacan las dificultades en sus trayectorias científicas

A Josefa Masegosa, investigadora del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), una compañera le comentó hace años que nunca podría hacer carrera científica en Cambridge... por sus pendientes. Demasiado grandes y vistosos. A Nuria Rico, profesora del Departamento de Estadística e Investigación Operativa de la Universidad de Granada (UGR), le comentaron hace unos meses, tras entregar una reseña sobre su trayectoria, que no había incluido que era madre de tres hijos.

El 11 de febrero celebra que haya mujeres como Rico y Masegosa en la ciencia. Las dos estarán el día 15 en la mesa redonda bautizada Mujeres en la Ciencia, en la sala de conferencias del Instituto de Matemáticas IEMath-GR, que forma parte del extenso programa de actividades previstas para celebrar esta fecha. La jornada se postula como una reivindicación para que haya más, y, además, que estén mejor. "Se necesitan ingenieras en el mundo", señala Rico, que se remite de este modo las palabras con las que cada año el director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática y Telecomunicaciones, Joaquín Fernández Valdivia, inaugura el Campus Tecnológico para Chicas, iniciativa financiada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y que en las cuatro ediciones celebradas ha ganado músculo para promocionar las vocaciones científicas en las mujeres. El objetivo es que haya más chicas en las carreras englobadas en las áreas STEM, siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. El problema se plantea con varias aristas. "Quien inventó el cinturón de seguridad, un ingeniero hombre, no pensó en las mujeres embarazadas", apunta Rico. Hubo que inventar otro complemento para que ese sistema de seguridad se adaptara a las mujeres encintas. Que no haya ingenieras implica -además de perder su talento- que haya una "visión sesgada" de los problemas y sus soluciones.

Rico y Desireé Romero, también profesora del Departamento de Estadística de la UGR, participan estos días en la Semana de la Ciencia en el CEIP Fuentenueva de Granada capital. Están convencidas de que "lo importante es que, les hables de lo que les hables, se trate de una mujer". Que los escolares "vean a mujeres que son protagonistas. Que hacen ciencia y que trabajan. Son algo más que mamás". La falta de referentes es uno de factores a los que se achaca la falta de vocaciones femeninas en las carreras STEM, según coinciden Masegosa y Rico. "Lo que no se ve, no se cree", resume la profesora de Estadística.

"El asunto es cuando intentas identificarte y entonces llegas a la conclusión" de que la ciencia y la tecnología "no es tu lugar", señala la investigadora del IAA Josefa Masegosa, que hasta hace unos días ha sido presidenta del nodo andaluz de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT). Cala el mensaje de que los científicos son varones. Es más, Rico indica que cuando hay referentes femeninos, éstos suelen ser inalcanzables por ser absolutamente extraordinarios. Un ejemplo es Hedy Lamarr, bellísima estrella de Hollywood y coinventora del precursor del wifi. "No hay referentes normales", indica Rico.

Lo que se pretende desde la iniciativa del 11 de febrero, el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, es que se visibilice esa presencia. Preocupa sobre todo la escasísima presencia de mujeres en el mundo de la informática, que puede propiciar que la brecha digital sea también una brecha de género. En el grado de Informática que se imparte en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática y Telecomunicaciones (ETSIIT) de la UGR, según datos del pasado curso, había 141 mujeres matriculadas de un total de 1.328 estudiantes. El 'factor friki' es uno de los argumentos que el director de la Escuela, Joaquín Fernández Valdivia, ha empleado para explicar esta situación en las aperturas de los Campus para Chicas. Hay un estereotipo del informático y ellas no se identifican con éste. Rico añade que la ausencia de las mujeres en estas titulaciones es una cuestión que se gesta "poco a poco. La sociedad es así". Para Desireé Romero todo parte de que a los niños "se les inculca" el juego con videojuegos, lo que despierta su interés por la tecnología, mientras que en las niñas no es así. Ellas son las cuidadoras, las que atienden. Las que tienen vocación de servicio y capacidad de ternura, resume Rico sobre lo que ocurre en las etapas más tempranas y que termina por materializarse en las titulaciones universitarias. Ellas son mayoría absoluta en Ciencias de la Educación y en Ciencias de la Salud.

La investigadora del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (IACT), centro mixto de la UGR y el CSIC, Francisca Martínez Ruiz explica a un grupo de escolares del Fuentenueva qué es una glaciación. Lo hace de forma sencilla. Hila desde lo más cotidiano -qué es lo que estos niños encuentran cuando van a la playa- hasta el uso de los sedimentos de los glaciares para el estudio del cambio climático. Martínez recuerda, poco antes de comenzar su charla, que durante los años de la carrera había paridad en el aula. La proporción varió en favor de una mayor presencia masculina conforme esta mujer avanzó como investigadora. Sus compañeras en la licenciatura abandonaban. Elisa Cabrera, técnico de laboratorio del IACT, también participa en la charla escolar. En el escalafón de los técnicos hay una mayor presencia de mujeres. Inés Pascual, que también está en el aula, trabaja como administrativa en el Departamento de Mineralogía de la Facultad de Ciencias. Ellas son mayoría entre el personal de administración y servicios de la UGR.

"Cuando asciendes en la pirámide, lo que quedan son hombres", señala Martínez. Ellas son mayoría en los puestos de administración y minoría en la gestión. Dentro de la carrera investigadora se da una situación similar. Este fenómeno se ha bautizado como la tubería que gotea. "Por la tubería entran el mismo número de mujeres que de hombres", explica Josefa Masegosa. Es lo que ocurre en los primeros niveles de la investigación. Existe una proporción similar entre ellos y ellas. Sin embargo, las mujeres abandonan. Son como un fluido que se pierde por los agujerillos de la tubería. El fluido más denso -ellos- llega hasta el final de la tubería con menos pérdidas por el camino.

¿Por qué abandonan? Masegosa plantea una primera cuestión. "Las mujeres necesitan 2,5 más currículo que un hombre para llegar a ser catedráticas". No existe paridad en los tribunales, añade Francisca Martínez. "¿Quién renuncia a la familia? Es lo que hemos vivido", apunta Desireé Romero. "Sigue existiendo un techo de cristal, que yo llamo de acero blindado", resume Masegosa, que aboga por medidas de discriminación positiva para garantizar la paridad. "En los premios Maimónides, no ha habido ninguna mujer premiada en 20 ediciones" de estos galardones andaluces a la investigación, recuerda la astrónoma. Pese a todo, se ha avanzado "muchísimo". "Yo no tuve ninguna profesora" en la Facultad, indica Masegosa. "Cuando empecé a ir a congresos, era frecuente que fuera la única mujer. La sensación era de que ése no era mi lugar". Cuando estudió Física, "éramos cinco chicas en la Facultad. Hoy andan ya por el 50%". "Se ha conseguido mucho, pero los logros no son para toda la vida. Los derechos, igual que se consiguen, se pierden".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios