Granada

Una noche iluminada por las Perseidas

  • Más de 600 personas invaden Borreguiles para ver los meteoros hasta la madrugada

Las lágrimas de San Lorenzo invaden los cielos del Hemisferio Norte cada año por estas fechas. La Tierra, en un momento de su traslación, hace visible las partículas que van depositando los cometas en su recorrido por el espacio. Esas luces brillantes, momentáneas y únicas abrazan varias noches de agosto en un deseo de cruzar el oscuro cielo. Cada año, cientos de interesados y curiosos de este fenómeno suben a Sierra Nevada, especialmente a Borreguiles, para compartir una noche de las 365 del año con las estrellas.

La madrugada de ayer fue la noche señalada por el cielo para observar la lluvia de meteoros, más conocida como Perseidas. Este fenómeno es visible entre el 16 de julio y el 24 de agosto, en plena época estival, pero Cetursa, la empresa encargada de la explotación turística de Sierra Nevada, fijó los días 9 y 13 de agosto como los mejores para esta observación.

Aún siendo día lectivo la explanada de Borreguiles acogió a cerca de unas 600 personas, tal y como aseguraron fuentes de Cetursa. "Esta vez el día ha caído en miércoles, es decir, un día entre semana. Hemos tenido un número de asistentes muy similar al de 2013, y eso que entonces la lluvia cayó en sábado. Eso quiere decir que la actividad está consolidada y que la gente viene incluso aunque sea entre semana; claro, tú no eliges la fecha, sino que la eligen las estrellas", detallaron.

El otro fenómeno astronómico que se podía contemplar durante estos días era la Súper Luna que durante las últimas madrugadas brillaba en su punto más álgido. El esplendor de esta estrella era un 14% más que en su estado normal, provocando menos visibilidad de las Perseidas. Pero no impidió disfrutar de una noche a cerca de 3.000 metros de altura llena de fugaces luces.

La cita con la astronomía se presentó acompañada de familias y románticas parejas que compartieron un momento bajo esa estrellada noche cargada de actividades.

Más de 100 personas quisieron ser puntuales para asistir a la charla divulgativa dada por el investigador René Duffard. Al mismo tiempo, los más pequeños estaban entretenidos con otro tipo de actividades adecuadas a su edad. Por último, el espectáculo se cerró con un taller de orientación para niños y la ya famosa observación del cielo. Además, un trío de música clásica inundó la zona con su leve ritmo, para acompañar las vistas una vez concluidas todas las actividades. La velada estaba servida. Desde las 21:00 horas el telecabina de Borreguiles estuvo disponible para todos los interesados hasta las 1:45 de la madrugada, momento en el que el frío de la sierra entraba por todo el cuerpo, con casi una temperatura en torno a los 5 grados centígrados.

Algunos disfrutaron de una noche tranquila, como Bea y Santi, una joven pareja que tras ver la noticia a través del periódico decidió subir y ver las estrellas. "Nos gustó la idea y nos desplazamos hasta aquí para pasar la noche". La pareja dejó claro que estarían allí "hasta que nos entre frío".

También los hubo más aventureros. El espectáculo de anoche no era exclusivo de familias y enamorados. Marisa vino con su marido y un grupo de amigos. El matrimonio subió en coche pero los amigos lo hicieron andando desde la Olla de la Mora, esto es, recorrieron algo más de 4 kilómetros a pie. Otros corriendo. "Son muy deportistas, así que no tardan demasiado porque están acostumbrados", reconoció Marisa. Además, este grupo de amigos prefiere montárselo por su cuenta: "traemos nuestra propia cena y sólo venimos a observar las estrellas, no participamos en el resto de actividades". Según uno de ellos, "ahora hace muy buena temperatura para venir corriendo; basta con vestir ropa adecuada e ir provistos de luces"; además, declaró que le gustaría repetir, pues "es una forma de pasar el rato y hacer algo distinto".

Y es que poder ver la lluvia de Perseidas es un fenómeno que gracias a Cetursa, es posible vivirlo en Sierra Nevada. La consejera delegada de Cetursa, María José López Sánchez, aseguró que "el verano de 2009 pusimos en marcha la observación de estrellas. Esta actividad se ha ido consolidando a lo largo de todos los veranos posteriores, se ha convertido en un clásico" y, efectivamente, la afluencia cada año es mayor.

Además, la empresa realiza varias actividades como charlas de personalidades del Instituto de Astrofísica de Andalucía. Este año, por cuarta vez, el astrofísico de este Instituto, René Duffard, compartió sus conocimientos sobre el fenómeno. "Como la actividad está centrada en la lluvia de meteoros de las Perseidas, enfocaba la charla en explicar qué es esta lluvia de meteoros, en qué consisten y, como están producidas por un cometa (el Swift-Tuttle). La última novedad de la semana es que la nave Rosetta se puso en órbita alrededor del cometa 67P y va a quedarse todo un año. Entonces, durante la última parte de la charla contaba los últimos resultados que se conocen sobre este cometa", expresó el científico, que por otra parte aseguró que acuden personas con mucho interés: "Es el primer año que se han separado actividades para los más peques (hasta 11 o 12 años), que ha dirigido mi compañero Marcos, y actividades para adultos, con esta charla más seria y formal donde se muestran cosas más científicas. Sí que se ha hecho evidente el interés realizándose muchas preguntas. Al principio de la charla exijo que me interrumpan. Yo prefiero que las charlas sean así, con mucha interacción. Además, esta vez al mostrar imágenes sobre el cometa, la gente ha preguntado mucho más sobre este tema, y menos sobre la lluvia de meteoros".

Por otro lado, María José López añadió que gozan de más actividades: "Tenemos un taller para los más pequeños sobre observación de las estrellas. Se trata de un taller muy entretenido, muy divertido y muy divulgativo. O talleres de orientación, también enfocados a los niños".

Aún rozando la media noche, la Luna todavía no había "entorpecido la visibilidad de las estrellas. El astrofísico es quien determina la fecha: él trata de compaginar que haya nocturnidad suficiente sin que hubiese interferencia de la Luna. De momento todavía está menguante", aclaró López. Cientos de personas durante la noche subieron y bajaron. Para los interesados, había un puesto de venta de mantas. Asimismo, un 'picnic' con bocadillos, chocolatinas y bolsas de patatas amenizó la noche. Para calentar la estancia, el chocolate caliente y un bollo fueron bien recibidos en el cuerpo, que después de media noche, fue invadido por el frío.

María Eugenia Mittelbrum decidió subir a ver las Perseidas con su pareja e hijos: "es la primera vez que venimos; nos enteramos por el periódico y a mi marido, que es físico, le llama la atención todo esto". David Pozo, comentó que habían participado en todas las actividades, eso sí: "los niños por un lado y nosotros por otro". Además, dijo que el entorno es "muy bonito" y la observación, "espectacular". A Pozo, que da clases de Física y asegura "entender bastante", le gusta mucho cómo lo han organizado. La pareja reconoció que era la primera vez que subían a Borreguiles para realizar esta observación; no obstante, "ya habíamos venido otros años a pasar el día, e incluso a dormir".

Las lágrimas de San Lorenzo no solo atraen a granadinos. A Borreguiles también subieron turistas, incluso internacionales. Yuri es un buen ejemplo. Este ruso confesó que ya había estado en España en otras ocasiones; sin embargo, era la primera vez que visitaba la ciudad de la Alhambra. Aprovechando su estancia en la capital granadina, decidió visitar Sierra Nevada y "qué mejor día para hacerlo que hoy; así aprovecho para ver este espectacular cielo", confesó Yuri, quien se mostró muy ilusionado.

No cabe duda de que Sierra Nevada es un lugar especial para compartir estos días del año. Unas madrugadas únicas que se aprecian en momentos de agosto en los que el calor del centro granadino contrasta con el frío de las montañas. La actividad no cesa: año tras año son cientos las personas que gozan de las Perseidas. Cada cual a su gusto: se puede optar por un plan romántico, familiar o vivir la aventura de subir andando. El modo varía, pero el objetivo es el mismo.

El año que viene San Lorenzo volverá a abrir el cielo para contemplar una lluvia brillante de rastros de cometas, y ahí estarán miles de cabezas mirando hacia arriba, con la esperanza de pedir un deseo por cada estrella fugaz que se cruce en sus caminos.

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