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Documentan por primera vez en el mundo romano un nuevo nombre propio, Subulcus, en una inscripción de Granada

Lápida con el nombre.

Lápida con el nombre. / R. G.

Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han documentado por primera vez en el mundo un nuevo nombre propio de la época romana, Subulcus, en una inscripción de una estela funeraria hallada en el año 2020 por casualidad en el municipio granadino de Domingo Pérez.

Este término aparece recogido en las famosas Etimologías de Isidoro de Sevilla, donde indica que hace referencia a un “pastor de cerdos”, es decir, un porquero, pero hasta la fecha no había evidencias de que se también se usara como nombre propio, indica la UGR en un comunicado.

El próximo número de la prestigiosa revista Epigraphica, que edita la Universidad de Sassari (Italia), recoge el estudio que han realizado los profesores del departamento de Historia Antigua de la UGR Ángel Padilla Arroba y Eva Morales Rodríguez sobre esta inscripción romana.

El hallazgo de la estela funeraria se produjo en el año 2020 y los autores han efectuado un estudio completo de la pieza, que se encuentra depositada en el Museo Arqueológico Granada, donde actualmente está en proceso de restauración.

Data de finales del siglo I y el siglo II dC

La inscripción es una estela funeraria de piedra caliza de buena factura, con la superficie pulimentada, de forma rectangular y con la parte superior suavemente redondeada. No presenta ningún tipo de motivo ornamental y las caras posterior y laterales sólo muestran signos del corte de la piedra. Tiene unas dimensiones de 64’8 x 40 x 17 y el texto se distribuye a lo largo de doce líneas, once de las cuales se conservan en buen estado, y una, la última, sólo muestra el ápice de lo que pudieron ser las dos primeras letras de la misma. Los autores, por el tipo de letra empleado y por las fórmulas funerarias representadas, la fechan entre finales del siglo I y el siglo II dC.

En la inscripción se relaciona el nombre de seis personas, libertos de condición, con vínculos familiares entre algunos de ellos, en la que únicamente se menciona su nombre y la edad a la que fallecieron. En el mundo romano, los libertos eran antiguos esclavos que había sido liberados de su servidumbre y se habían convertido en ciudadanos libres, pero aun así no tenían el mismo estatus ni los mismos derechos que un ingenuo, es decir, alguien que nunca había caído en la esclavitud, y serían considerados para siempre como antiguos esclavos.

La lápida hallada en Domingo Pérez debía estar colocada en un monumento funerario de unas ciertas dimensiones, que es probable que se especificaran en la última línea, que se ha perdido. De los seis individuos que aparecen en ella, tres son hombres y tres mujeres. Los tres varones y una de las mujeres pertenecen a la gens Pomponia, familia de origen plebeyo, cuya presencia en el sur peninsular no está atestiguada hasta momentos relativamente tardíos.

“De entre los nombres que se recogen en la estela destaca especialmente uno, Quintus Pomponius Subulcus -explican Padilla y Morales-. Su particularidad e importancia radican en que se trata del primer testimonio documentado en todo el mundo romano del término Subulcus formando parte de la onomástica de un individuo, que, en este caso, falleció a los 55 años de edad”.

Dicho nombre no está recogido en ninguno de los grandes repertorios, ni en las principales bases de datos epigráficas, “por lo que se trata de un hallazgo excepcional que viene a enriquecer el ya extenso repertorio de nombres romanos documentados no sólo en Hispania, sino en todo el Imperio”, apuntan los investigadores de la UGR.

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