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La nota heavy de la minería de datos

  • Alberto Fernández, con 35 años, está entre los investigadores más citados a nivel internacional gracias a su visión innovadora y rompedora en el área de Inteligencia Artificial

Alberto Fernández, junto a su despacho de la Escuela de Ingeniería Informática y Telecomunicaciones.

Alberto Fernández, junto a su despacho de la Escuela de Ingeniería Informática y Telecomunicaciones. / carlos gil

Resulta sorprendente ver a Alberto Fernández hablar de sus alumnos universitarios. "Vienen muy fuerte", subraya una y otra vez. Fernández (Cádiz, 1982), patillas tan espigadas como su propia figura, dedica su tiempo libre a tocar el bajo en un grupo heavy y a las dos peñas deportivas. Aficiones de lo más normales para su edad. Es, además, uno de los investigadores más citados a nivel mundial. Eso es más excepcional. Se nueve entre las aulas y su Departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática y Telecomunicaciones -reconoce que le gusta tanto la docencia como la investigación- para plantear problemas y buscar soluciones, "prácticamente desde cero. Esto no es como un Lego, que tienes las piezas y las montas para dar con la solución". Y lo hace a ritmo de heavy, la música que le acompaña en las horas de trabajo.

"Estar en el ranking [en referencia a la lista de Investigadores Altamente Citados del año 2017, realizada por la compañía estadounidense Clarivate Analytics] no era el objetivo". Pero ahí está. Fernández lo ha conseguido con apenas 35 años "recién cumplidos" por "tratar temas novedosos". La minería de datos es una de las claves. Fernández se esfuerza en aplicar ejemplos prácticos para explicar qué es y por qué se ha convertido en una prioridad en el mundo informático y, sobre todo, para las empresas, que han hecho de los informáticos de este perfil una profesión sin paro. Los datos son poder. Con una vocación didáctica encomiable, explica su trabajo con un ejemplo muy sencillo. Cuando cualquiera de ustedes navega en la web, aparecen en su pantalla anuncios de productos de los que quizá nunca había buscado información. Están relacionados con otras búsquedas. Empresas como Amazon o Netflix emplean justamente esa minería de datos para cruzar millones de, justamente, datos y dar con una conclusión, como puede ser plantar en su pantalla información de tal o cual producto, que quizá no conozca pero le puede interesar. "Por ejemplo, nos han pedido analizar patrones de consumo de agua para predecir cuál será el consumo". Eso, crear un software capaz de analizar información muy diversa y crear patrones de forma automática, fue el proyecto de fin de grado de Fernández, que ha creado una aplicación capaz de aplicar la minería de datos a cualquier problema. "Por eso ese trabajo está entre los más citados, porque todo el que quiere utilizar minería de datos" recurre a esa investigación.

Aquella idea surgió "en el momento justo". El departamento de Francisco Herrera -otro de los más citados y mentor de Fernández- vio claro que ahí estaba el futuro. En el desarrollo de la minería de datos y también en el machine learning, o cómo crear sistemas que pueden aprender. También en clasificaciones no balanceadas, sistemas capaces de 'destacar' los casos raros o anomalías pese a que proporcionalmente sea información residual -y por lo tanto puede perderse en un 'océano' de datos- para un sistema informático. En ese ámbito, que tiene aplicación tanto en ciberseguridad como en diagnósticos médicos, planteó su tesis, tras la que estuvo seis años en la Universidad de Jaén, con la que la UGR ha fortalecido sus vínculos gracias a la creación del Instituto Andaluz Interuniversitario de Investigación Carlos I de Física Teórica y Computacional.

"Siempre vamos donde está lo nuevo e intentamos abrir líneas de trabajo", apunta el investigador, que se reconoce que "somos muy curiosos". El mejor sustrato para que haya ciencia.

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