A las nubes por dos euros

EL cielo nublado y la amenaza de lluvia no fue impedimento. Los granadinos salieron ayer en masa a mediodía para disfrutar del Corpus, de los columpios, los rebujitos y de las casetas. Todo en un día de precios populares en el que los columpios son low cost y muchos padres aprovechan para comer en el recinto ferial para luego montar a los pequeños en las atracciones. Eso sí, hasta las 17:00 de la tarde, ni un alma en los columpios, seguramente por aquella mítica frase de: "Niño, luego vamos que se te puede cortar la digestión", o lo que es lo mismo, "espera que me termine esto".

Ya a partir de esa hora comenzó a verse más movimiento en las atracciones, hora en la que algunos propietarios de tiendas itinerantes colocaban las barretas de caramelo, el algodón de azúcar, el helado o las mazorcas asadas. Mientras, los más pequeños acompañados por sus padres y también muchos grupos de niños en pandilla paseaban por la zona más baja del Real decidiendo, en grupo, en que columpio se iban a montar.

Los gustos varían bastante en función de la edad de los niños. Los más pequeños prefieren los ponys, la nube o los caballitos, mientras que a los grandes les gustan las atracciones más fuertes, como el martillo, la rana, la noria o la montaña rusa. Los sobrinos de Juan Francisco Fernández, un hombre que visitó ayer la feria se decantaron por los toritos infantiles. Sin parar de reírse, este grupo de pequeños disfrutaron a lo grande en una atracción donde el objetivo básicamente es no caerse. Algo casi imposible, pues los troncos donde hay que sentarse no paran de girar. Aun así, si se caen, no pasa nada. A sus pies hay blandas colchonetas.

Según Fernández, su pareja y él decidieron ir a la feria con los niños ese día por cuestiones de tiempo y no tanto por los precios. De hecho dijo que no sabía que era el día popular, y que le pareció bien encontrarse los columpios a uno y medio o dos euros. Primero habían ido a comer a las casetas y luego llevaron a los niños, de entre cuatro y ocho años de edad, a las atracciones, donde todos lo pasaron en grande.

En otra atracción, en la que te metes en el interior de un rosco de plástico y caminas sobre el agua, Nicolás Fernández, de nueve años explicó que, a su juicio, los mejores columpios son la montaña rusa y el gusano loco. Dos de las míticas atracciones que siempre se han instalado en el recinto ferial.

Justo enfrente, los hermanos Samuel y Lolo Linares, disfrutaban de los ponys, una atracción muy clásica que siempre gusta a los niños. Su madre, Desiré Ruiz, explicó que había elegido este día para ir al recinto ferial porque sabía que los precios eran más baratos, algo que en estos tiempos, siempre se "agradece". Aun así, reconoció que tienen intención de llevar a los pequeños otro día. Los coches de choque infantiles, los quads son sus columpios favoritos.

En otro punto del recinto, Miguel Ángel Martínez y Juan Ramón Carvajal, hacían tiempo para subir a la Rana. Mientras, con su familia jugaban a encestar la pelota en un anillo para conseguir un premio. Actividades muy características de estos días, a las que se suman los sorteos, caracterizadas por las voces de los propietarios de las tómbolas o los juegos de "tira de la cuerda", en los que siempre toca premio.

Por otra parte, entre los más mayores, las atracciones favoritas son muy distintas. Isabel Robles, de quince años, que fue con dos amigas ayer al recinto ferial se montó en primer lugar en la Montaña Rusa, aunque la intención de la tarde era montarse en "todos los que son peligrosos". La noria, la montaña rusa, La rana, El ratón vacilón eran los siguientes en los que tenían previsto subir. Las cataratas de agua también tuvieron ayer afluencia de público, aunque con un cielo predominantemente encapotado, las ganas de mojarse eran mínimas.