Las ofertas vencen a la lluvia

Las bajas temperaturas y las tormentas perjudicaron ayer a los pequeños comerciantes y beneficiaron a las grandes superficies, donde los compradores podían adquirir artículos más resguardados del frío

La apertura de puertas de El Corte Inglés abre también las rebajas de invierno.
Belén Rico / Granada

08 de enero 2010 - 01:00

La imagen típica, la misma que todos los años puede verse en todos los telediarios del día 7 de enero, volvió ayer a ser el pistoletazo de salida de las rebajas de invierno de 2010: la jauría de compradores atravesando las puertas de El Corte Inglés a la caza del artículo con descuento. Todo un espectáculo que no sólo llama la atención de los periodistas, porque entre la manada de madrugadores clientes también hay alguna rara avis, como Amparo Villescas, que acude todos los años "pero no para comprar sino para ver el ambiente".

A parte de algún otro espíritu inquieto que acuda atraído por la sociología, el resto del grupo empuja las puertas acristaladas de la Carrera de la Virgen y de la Acera del Darro con la precisión de un sicario con un plan meditado porque la pieza a abatir tiene ya sección y planta o con el frenesí de dar rienda suelta a sus instintos consumistas.

La ola de frío de ayer, y sobre todo el diluvio torrencial que cayó durante la mañana, enfrió más a los aficionados a las rebajas que los excesos hechos con la tarjeta de las navidades. "El tiempo no nos ha acompañado. Con los paraguas y estas temperaturas los que se beneficiarán serán los centros comerciales y las grandes superficies", se quejaba José Santaella, de la zapatería Roselli.

Pero, como Dios da la llaga y la medicina, por lo menos este año cuenta que en la campaña de navidad "la gente se ha decantado por el regalo útil, como los zapatos, en lugar de los divertimentos". Y ahora, en rebajas, espera que se siga comprando los artículos que no se han adquirido antes, al principio de temporada.

En efecto, la mayoría de los que ayer se atrevieron a salir por gusto a la calle dispuestos a luchar contra los elementos cargados de bolsas eran consumidores en potencia que querían renovar su fondo de armario con algún básico a mitad de precio o darse los caprichos cool que ven en las revistas de moda.

Las maritendencias, los sibaritas que buscan la atemporalidad, los underground con ganas de llamar la atención... todos se mezclaban por las calles más comerciales como Zacatín, Mesones o Recogidas, cargados con artículos de distintas marcas.

Pero no hay dos compradores iguales. Hablar con unos cuantos demuestra lo interesante que es la psicología del consumidor. Los hay que salen de rebajas para no comprar salvo que encuentren algo "muy, muy especial que les haga picar", como es el caso de María Vílchez . "Con los Reyes no hay ni un céntimo y algunas, tirando de tarjetas de crédito, van a acabar en la cárcel", ironizaba Vílchez.

Para evitar remordimientos, arrepentimientos y, en el peor de los casos, lamentaciones, la Unión de Consumidores de Andalucía (UCE-Andalucía) ha elaborado un listado denominado Decálogo del Consumidor en Rebajas, donde se muestran ideas "para no poder ni tiempo ni dinero" en este período de rebajas.

Según dicho decálogo, es "muy conveniente comprobar en los establecimientos los artículos y sus precios" y realizar una lista de lo que se necesita o se desea adquirir "para evitar comprar de manera impulsiva".

Además de estas normas, que pueden muchos errores pero parece que van a enviar a comprar al protagonista de El turista accidental, el decálogo sigue dando consejos de carácter más legal que de intendencia. "En las prendas de vestir hay que comprobar la talla, la composición y las instrucciones de lavado y planchado. Y en los productos perecederos, no hay que olvidar mirar la fecha de caducidad o consumo preferente", aconsejan.

La UCE reconoce que los comerciantes "no tienen la obligación de devolver ningún artículo a no ser que éste esté defectuoso, pero si durante el año un establecimiento anuncia que admite devoluciones, tendrá que aceptarlas también en época de rebajas salvo que señale expresamente lo contrario". Por eso el decálogo recomienda preguntar al encargado del local si las devoluciones se cambian por dinero, por la entrega de otro producto o por vales y advierte que el producto adquirido antes de las rebajas y devuelto en este periodo "puede ser una trampa", porque "los establecimientos tienen la obligación de reembolsar el precio que el artículo tenía cuando fue comprado y no el de las rebajas".

Además, cuando un establecimiento luce el distintivo de que acepta pago con tarjeta, "debe aceptarlo siempre, salvo que se indique de forma visible que queda excluido en época de rebajas", Los comerciantes "no pueden anular la garantía de un producto con la excusa de que está rebajado" y la etiqueta debe contener el precio anterior a las rebajas y el precio rebajado.

Por último, la Unión de Consumidores recomienda a los usuarios que "no olviden exigir y guardar el ticket de compra por si surge algún problema e incluso deben conservar la publicidad, ya que tiene valor contractual".

Y algunos compradores de Granada seguían ayer casi al pie de la letra todos los puntos del decálogo: iban con listas cerradas y a establecimientos donde ya habían visto previamente. Tanto es así que, a las once de la mañana, sólo una hora después de que abriera el comercio, la madre y la abuela de dos pequeños ya habían comprado todo el vestuario que lucirían el próximo invierno. A esa hora, Gema Ruiz también estaba batiéndose en retirada por la calle Mesones. Venía de Mango, donde había comprado la chaqueta que ya tenía fichada antes de las rebajas. "Antes valía 115 euros y la he comprado a 69".

Pero los descuentos del 30%, 50% o hasta el 75% podían servían ayer de señuelo para atraer a los cientos de compradores que habían salido sin rumbo ni listas fijas, dispuestos a deleitarse con el placer de encontrar gangas.

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