"Sierra Nevada no es una estación de esquí, es algo mucho más grande que eso”. Esa dimensión mayor, que supera lo puramente tangible, lo que se ve, es la que se puede asociar a la propia figura del autor de la frase, Manuel Ferrer Muñoz, párroco, escritor, apasionado de la montaña y más conocido en Granada como padre Ferrer. Su figura rebasa la propia existencia de este granadino, nacido el 4 de diciembre de 1920 en Padul y fallecido a los 88 años en Málaga. Ahora, en su centenario, se anuncia un ciclo de conferencias, excursiones guiadas y una exposición con parte de su legado en la Biblioteca de Andalucía, que se inaugurará el jueves 30 de septiembre (19:00 horas). Quince días antes de fallecer en la capital de la Costa del Sol, el padre Ferrer acudió a una ceremonia en un seminario de Granada, donde se le hizo entrega de la Medalla de Honor del Centro Unesco de Andalucía.

Si Sierra Nevada es más grande que una estación de esquí, el padre Ferrer fue y es algo más que un religioso. “Para los jóvenes de aquella época [los años 50] había dos opciones, o bien entrar en la Organización Juvenil Española de Falange o en las Congregaciones Marianas del padre Ferrer”, apunta Manuel Titos, autor de la biografía de esta figura esencial para conocer la historia del macizo, El padre Ferrer SI: Iglesia, educación y montaña, editado por Comares precisamente en diciembre de 2020 –con motivo del centenario del nacimiento del religioso– en colaboración con el Ayuntamiento de Padul y la Diputación provincial de Granada.

Ordenado sacerdote en 1952, comenzó con la formación en las Congregaciones Marianas en el 54. Primero pasó por Málaga, estuvo tres años en Almería y llegó a Granada en el 57. Por sus manos pasaron “miles y miles y miles de jóvenes”, reseña Titos, catedrático de Historia en la Universidad de Granada y presidente del Consejo de Participación de Sierra Nevada. “El padre Ferrer pensaba que la mejor manera de formar la personalidad de los jóvenes era mediante la actividad física”, planteamiento en el que las excursiones a Sierra Nevada eran un elemento clave. De aquella intensa actividad se alimentó una generación entera de montañeros y jóvenes que hoy son “catedráticos en Zoología, Geología, Botánica... se formaron con el padre Ferrer”.

En los años 70 comenzó a documentar con imágenes los cambios que sufrió la Sierra y en el 71 publica Sierra Nevada, “una joya de la bibliografía” del macizo. Fue de hecho el regalo con el que Cetursa obsequió a los reyes de Suecia, Carlos Gustavo y Silvia , en 2006, cuando vinieron a Granada en viaje privado y disfrutaron de una jornada de esquí en la estación granadina.

En el 72 la Compañía decide cerrar las Congregaciones Marianas y el padre Ferrer, “incapaz de estar en la sede” pidió incorporarse a la vida parroquial. Pasó diez años en Piedras Redondas, en Almería, y 20 más en Granada. “Siempre estuvo en contacto con Sierra Nevada”. Fruto de esa relación es la extensa obra escrita por el jesuita, los 20 álbumes de clichés fotográficos “que son una joya”, las 10.000 fotografías tomadas desde los 50 hasta finales del siglo XX y los dibujos a plumilla. Parte de ese legado –“La exposición se podía haber hecho en la Catedral”, bromea Titos sobre la cantidad de material– se podrá ver desde el jueves en la Biblioteca de Andalucía.

El 7 de octubre, en la misma Biblioteca, arranca la serie de conferencias, mientras que este viernes se prevé la primera excursión, por la Carihuela, Otero de Ferrer, Cerro de los Machos y Corral del Veleta. Para participar es necesaria la inscripción. La información sobre el procedimiento y fechas se puede consultar en www.fedamon.es.