Granada

Seis países con un pie en Granada

  • Los estados de Suecia, Chipre, Reino Unido, Francia, Italia y Bélgica cuentan con representación institucional en la ciudad, ya sea en forma de consulados o viceconsulados honorarios

Cuando hay papeles de por medio y se está en un país extraño, que a uno le echen una mano siempre es bien recibido y si puede ser en tu propio idioma, mucho mejor. Esa es una de las funciones que cumplen los seis consulados y viceconsulados honorarios que hay en Granada. Si un francés sufre un robo o un sueco necesita renovar su documentación, pueden recurrir a estos representantes de las administraciones públicas de sus países para que les ayuden.

Seis son los países que ya han estrechado sus lazos con Granada a través de estas figuras de representación, que en ocasiones también se preocupan por organizar actividades culturales o participar en actos públicos. No en todos los casos se trata de algunas de las nacionalidades más comunes entre la población granadina, como son las de Francia, Reino Unido o Italia, sino también de otras no tan frecuentes, como son las de Suecia y Bélgica. Incluso existe un consulado honorario chipriota, pese a que no es una comunidad que esté muy presente en la provincia. De todos modos, aunque estén localizados en Granada, algunos tienen un ámbito más amplio, por ejemplo, el de Chipre, cumple funciones para toda Andalucía.

El crecimiento de la población extranjera en la provincia, principalmente en la Costa y la capital, y sobre todo con procedencia de otros países de Europa, es uno de los factores que ha influido en que se creen estas instituciones. Algunos de estos consulados honorarios llevan funcionando desde la década de los noventa, aunque otros son incluso anteriores.

Su trabajo consiste básicamente en ayudar a sus compatriotas con los problemas que les puedan surgir o con los trámites habituales. No obstante, las personas que cumplen con esta labor también cuentan que con frecuencia la gente recurre a ellos para cualquier cosa y también que en muchas ocasiones lo que acaban haciendo es tender un cable entre las diferencias no sólo de burocracia, sino también de cultura y de formas de ver y hacer las cosas.

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