tribunales | el fútbol, en el punto de mira

Del palco al banquillo

  • Quique Pina es el último presidente de fútbol que entra en la cárcel, un 'club' al que también pertenecen Jesús Gil, Sandro Rosell, José Luis Núñez o 'Sandokán'

José María del Nido y Pina, en un partido entre el Granada y el Sevilla.

José María del Nido y Pina, en un partido entre el Granada y el Sevilla. / g. h.

Del palco a la celda. Es el camino que han seguido los icónicos Jesús Gil o José Luis Núñez y que ahora también ha recorrido el expresidente del Granada CF Quique Pina. Es la maldición del palco, que en la ciudad también han sufrido otros dirigentes deportivos como José Julián Romero, expresidente del CB Granada, o Roberto García Arrabal, que lideró el proyecto del Granada Atlético. Ambos están investigados en el marco del caso Nazarí junto al excalde Torres Hurtado, en su caso víctima de la maldición del balcón después de recibir en el Ayuntamiento en olor de masas a Pina y Romero tras los ascensos del fútbol y del baloncesto.

La táctica del pelotazo que puso en práctica Fabri en el terreno de juego parece que fue copiada en los despachos de Los Cármenes, a tenor de las investigaciones de la Policía. De hecho, el que los presidentes de fútbol se hayan convertido en sospechosos habituales está en la génesis del caso Líbero, que ha puesto en tela de juicio casi una década de gestión en el equipo rojiblanco. Tras la denuncia presentada por Omar Zeidan por presuntas irregularidades cometidas por Quique Pina y Gino Pozzo, la Policía investigó la compra del club en 2009. "Las cifras no son altas y las personas vinculadas a este negocio parecen quedar suficientemente acreditadas", según la Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF). Pero las alarmas saltaron porque en la parte vendedora figuraba el expresidente y exjugador de fútbol Francisco Sanz. "Tanto él como su padre, Lorenzo Sanz [expresidente del Real Madrid] habrían estado implicados en actividades delictivas vinculadas con el blanqueo de capitales investigadas por funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía". Y la parte compradora, propietaria del Udinese, también había sido objeto de investigaciones en Italia por su presunta vinculación con actividades ilícitas "como el delito fiscal o el blanqueo de capitales". Esta mezcla, agitada en la coctelera del fútbol, puso a los investigadores en estado de alerta.

En la declaración de Zeidan aparece otro nombre 'ilustre' en la nómina de presidentes bajo sospecha, José María del Nido. Al igual que Pina, el que fuera máximo dirigente del Sevilla CF tuvo una gestión deportiva exitosa y durante su mandato el club llegó a conquistar dos Europa League, pero acabó con sus huesos en la cárcel por sus minutas en el Ayuntamiento de Marbella, donde llegó de la mano de Jesús Gil, alcalde de la localidad de la Costa del Sol, presidente del Atlético de Madrid, dueño de Imperioso y huésped en las cárceles de Alcalá-Meco y Alhaurín de la Torre por el caso Camisetas o el caso Atlético. En su denuncia, Zeidan mencionó supuestos negocios conjuntos de Pina con Manuel Vizcaíno, actual presidente del Cádiz CF, y José María del Nido, que habrían detraído más de un millón de euros del club mediante el inflado de las facturas de construcción de la nueva Ciudad Deportiva del Granada CF. De los 3 millones reales, los costes que aparecían eran de 4,5 millones. Otro expresidente del Sevilla, José María González de Caldas, condenado en el caso Malaya y que en su momento fue portada de las revistas del cuore por su idilio con la modelo Sofía Mazagatos, también aparece en los pinchazos telefónicos de Pina, al que le preguntó si estaba interesado una peluquería low cost en Marbella para sumar a su emporio de centros estéticos.

Quique Pina fue puesto en libertad con cargos por el juez De la Mata después de su declaración, una situación que no disfruta desde hace más de seis meses el que fuera presidente del FC Barcelona entre 2010 y 2014 Sandro Rosell, que pasó del palco del Nou Camp a una celda de Soto del Real por los delitos de blanqueo de capitales y organización criminal al apreciar la jueza indicios de que entre 2007 y 2011 'lavó' junto a otros socios casi 15 millones de euros procedentes de comisiones ilícitas obtenidas de la venta de los derechos audiovisuales de 24 partidos de la selección de fútbol brasileña.

También en el presidio se encuentra Rafael Gómez Sandokán, presidente del Córdoba CF en dos etapas, 1993-1998, y 2001-2002. Sandokán es otro presidente malayo y está condenado por este caso a cinco años y tres meses de prisión, además de a una multa de cerca de 112 millones de euros, como autor de dos delitos contra la Hacienda Pública que no están relacionados con su gestión futbolística.

La lluvia de millones que ha caído con los derechos audiovisuales y los traspasos millonarios ha llevado al mundo del fútbol a pasar página de una época en la que la mayoría de los dirigentes eran constructores, caso de Lorenzo Sanz en el Real Madrid o José Luis Núñez en el Barcelona, este último en tercer grado en la actualidad tras su condena por el caso Hacienda. Aunque los seguidores del Barca hubieran preferido encarcelarle por fichar a Winston Bogarde, Núñez fue condenado por el caso Hacienda por un delito continuado de cohecho tras haber concedido "generosas dádivas" a funcionarios de la Agencia Tributaria a cambio de trato de favor en los procesos de inspección de sus empresas.

De los gloriosos noventa también data el caso Lopera, el carismático presidente que en su cúspide dejó una frase para la historia: "Estoy muriendo por el Betis". El caso está visto para sentencia y, tras diversos vaivenes, la asociación Béticos por el Villamarín pide 14 años para el ex máximo mandatario y seis millones de indemnización por un delito societario y de apropiación indebida continuado en el club verdiblanco, que en 1997 era el PSG de la época tras fichar al brasileño Denilson por 5.300 millones de pesetas.

Agapito Iglesias, expresidente del Real Zaragoza, además de causas de todo pelaje relacionadas con la construcción, se enfrenta estos días a una petición de cárcel de 4 años por parte de la Fiscalía Anticorrupción por amañar supuestamente un Zaragoza-Osasuna en una temporada en la que el club maño se salvó de forma milagrosa en el último tramo de la temporada. En este sentido, Quique Pina también fue acusado de amañar un Granada-Las Palmas en 2016 y el propio Omar Zeidan señaló en su declaración que el murciano usaba el dinero en efectivo de las taquillas para la compra de partidos.

Y dejando de lado los escándalos que han salpicado a la FIFA, que suspendió por ocho años a los expresidentes Blatter y Platini por cobros desleales y conflicto de intereses, el caso más representativo en España es el de Ángel María Villar, el que fuera eterno máximo dirigente de la Federación Española de Fútbol (FEF). Después de una estancia de doce días en la cárcel de Soto del Real por el caso Soule, en el que se le acusa de montar una trama mafiosa en la Federación, en su primera entrevista Villar afirmó de forma rotunda: "En el mundo del fúrbol (sic) apenas hay corrupción".

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