Con papá y mamá hasta los 30 y más
Sólo el 20,3% de los jóvenes andaluces consigue la independencia residencial antes de llegar a la treintena El mercado laboral y el bajo poder adquisitivo, los motivos para no salir de la casa familiar
"¿Ya vivirás solo, no? Que va, sigo con mis padres". Esta conversación se repite en la mayoría de los hogares andaluces con hijos jóvenes de entre 18 y 30 años. Y cada vez son más los que la secundan, ya que en el primer trimestre de 2014 sólo el 20,3% de los menores de 30 años de Andalucía ha conseguido la independencia residencial, es decir, salir de casa de sus padres y emanciparse. Por contra, ocho de cada diez permanecen en el hogar familiar. Los jóvenes tienen cada vez más difícil salir de sus casas y ya son varios años en esta situación por los efectos de la crisis. "El frágil posicionamiento en el mercado laboral y su reducida capacidad adquisitiva" son las principales dificultades de los andaluces, y granadinos, para poder mantener su propia casa.
Las perspectivas laborales no facilitan que un joven tenga garantía de trabajo y decida afrontar una hipoteca o un alquiler largo. La frecuencia de la temporalidad, la subocupación (afecta a uno de cada cuatro jóvenes) y la sobrecualificación son la causa. Los jóvenes tienen que soportar contratos temporales, ocupar puestos por debajo de su cualificación o compaginar varios trabajos para poder sumar un sueldo digno. Y así no se puede dar el paso a la independencia.
Según el observatorio, "el nivel adquisitivo de las personas jóvenes asalariadas y de los hogares constituidos por jóvenes" en Andalucía "es uno de los más reducidos de España. Primero porque la mayor parte de la población joven no ha logrado la independencia económica: el 70,8% de los menores de 30 años no percibe salario y le 28,2% de los hogares formados por jóvenes no tienen ninguna persona ocupada; y segundo porque el poco dinero que entra se gasta también el alquileres, hipotecas y gastos corrientes, con lo que el endeudamiento de los jóvenes que se emancipan es superior al recomendado.
Con todo, hay diferencias por sexos. Las mujeres se emancipan mucho más pese a que sus condiciones laborales y sus salarios no suelen ser mejores que los de los hombres y pese a que incluso la tasa de empleo es menor entre las mujeres. Pese a todo, la población de 16 a 29 años emancipada en Andalucía el primer trimestre del año era casi del 25% entre las mujeres y del 16% entre los hombres.
Según el informe, los jóvenes andaluces están sujetos a una mayor exclusión del mercado laboral que en otras comunidades. Andalucía es la segunda comunidad autónoma con menor tasa de empleo entre la población de 16 a 34 años y la segunda con mayor tasa de paro. No obstante, en el último año el número de personas de menos de 30 años ocupadas ha aumentado un 8,54%.
Pero la inestabilidad no mejora. El 26% de la población menor de 30 años ocupada tiene una jornada a tiempo parcial y el tiempo medio de permanencia en la empresa de un joven es de 30,1 meses, el índice más bajo registrado por comunidades autónomas. Sólo uno de cada tres jóvenes lleva trabajando en su empresa actual tres años o más. En el primer trimestre del año, el 96,9% de los contratados lo fueron mediante contratos temporales.
Ante esta difícil situación laboral, los jóvenes andaluces tienen una capacidad adquisitiva por debajo de la media española. El 70,8% no recibe ningún salario y los que tienen, reciben un sueldo medio de 11.009,16 euros anuales. Los ingresos netos de los hogares jóvenes se han visto reducidos en el último año un 3,26% y son los terceros más bajos de España.
Así, el precio de la vivienda o el alquiler -aunque han bajado- también es un motivo para pensarse lo de la emancipación. Un joven tendría que dedicar entre el 50 y el 70% de sus ingresos a pagar un vivienda en propiedad, un porcentaje excesivo que llevaría a muchos jóvenes a no poder pagar. De hecho, los sueldos actuales sólo tolerarían una vivienda con un precio de unos 80.000 euros y menos de 60 metros cuadrados. En Granada, el precio medio de una vivienda libre es de 110.420 euros, lo que supondría un coste del 49,5% del sueldo del asalariado y un 36% de los ingresos de un hogar joven.
El porcentaje del 20% de emancipados en Andalucía es dos puntos inferior a la media española. Con todo, hay diferencias respecto a otras comunidades autónomas: "aunque el número de personas emancipadas ha disminuido en un año, el descenso ha sido menos pronunciado que el registrado en el conjunto de España; y la tasa de emancipación residencial entre la población de 16 a 24 años, aún siendo muy escasa, es superior a la del conjunto de España (7,8% frente al 7,2%)".
Los datos absolutos son claros. Andalucía cuenta con 1.987.795 jóvenes de entre 16 y 34 años de los que sólo 739.045 están emancipados. La mayor reducción en la búsqueda de la independencia del hogar familiar se ha dado en el grupo de edad de los 25 a los 29 años (-5,47%), seguido de los 16 a 24 y de 30 a 34 años. En total hay en la comunidad 396.916 hogares jóvenes, de los que sólo 86.559 son unipersonales. Y es que los jóvenes también contemplan la opción de ir a vivir en grupo para poder afrontar los gastos de la vivienda y reducir el endeudamiento.
Con esta radiografía, los jóvenes resisten cada vez más en el hogar familiar, una tendencia que cambia la tendencia social de las últimas décadas.
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