Dos de cada tres españoles ya no recibe ni envía cartas particulares según el reciente Panel del Hogar de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC). Los buzones amarillos han pasado a ser una reliquia en las calles y las cartas manuscritas se han convertido en objeto de coleccionista. También se reducen cada vez más las facturas y comunicaciones de empresas, entidades eléctricas, telefónicas y bancarias notificadas a través del servicio postal, aunque el 63,3% de los españoles sigue recibiéndolas. Ante este panorama, al ente público de Sociedad Estatal Correos y Telégrafos ha encontrado su mejor aliado en la paquetería y la mensajería procedente del comercio online.

Por el edificio central de Correos para el reparto de Andalucía Oriental, situado en el barrio de Almanjáyar, se mueven diariamente entre 7.000 y 9.000 paquetes, una cifra que durante la campaña navideña se duplicará y hasta se triplicará en las fechas clave. El cambio de modelo se evidencia en que la sede granadina de Correos adquirió el año pasado una máquina diseñada para clasificar los paquetes por la que se mecanizan unos 1.200 a la hora cuando está en marcha.

El jefe del Centro de Tratamiento Automatizado de Correos en Granada, José Medina, explica que Correos sigue copando la comunicación en el 90% del volumen de cartas que se envían, pero que la paquetería supone ahora mismo casi el 100% del volumen de trabajo. "La paquetería por internet empezó a repuntar hace tres o cuatro años y cada vez va a más", detalla Medina, que atiende a este periódico en los días de más ajetreo del año. El primer acelerón fue el Black Friday en el "que se notó mucho cómo subió la cantidad de envíos", y ahora Correos ya está inmersa en una campaña de Navidad que este año coincide con las primeras elecciones de la historia en medio del Adviento, lo que provoca un incremento considerable del trabajo: "Se hace contratación, el personal hace horas extraordinarias y se refuerza el turno de noche", resume Medina, que señala que prácticamente se triplicará la actividad en la central del servicio postal en Almanjáyar, donde hay movimiento de entrada y salida durante las 24 horas del día.

Para este jefe de área serán sus últimas elecciones y una de sus últimas campañas navideñas tras cuarenta años dedicados a Correos. "He visto todas las etapas, desde cuando sólo se enviaban cartas, hasta cuando llegó internet y empezó a decaer", relata sobre la trayectoria de un servicio que, por ahora, se ha mantenido como público pese a que está sometido constantemente al debate de la privatización, la productividad y la competencia. "Al bajar las cartas, la empresa se ha enfocado más en los paquetes", indica y apunta que Correos se está adaptando bien a este cambio de modelo.

Todo se enfoca en un Plan de Acción empezado hace tiempo con el que los directivos han decidido transformar la estructura del servicio postal en 1.500 días. "Estamos a mitad de camino", señala Medina, que ve a Correos en una posición superior respecto a sus competidores. "Tenemos algo que no tiene nadie, somos un cuerpo humano con puntos en todo el territorio nacional, tenemos nervios que nos conectan con cualquier parte de España. El que viva en Pampaneira, por ejemplo, necesita a Correos para recibir sus cartas y sus paquetes", enfatiza. Este proceso de adaptación de una empresa con siglos de historia se entiende en noticias como que se hayan empezado a utilizar drones en algunos puntos del país que tienen un difícil acceso para los carteros.

Este trabajo coral se hace visible en el edificio de Almanjáyar, punto neurálgico desde el que se reparte a las tres provincias de Granada, Almería y Jaén, y que recibe camiones diariamente desde Madrid, Barcelona y Valladolid -central de Castilla y León-, la mayoría de ellos en horario nocturno. Posteriormente, esos envíos salen en hasta 19 trailers y numerosos furgones para repartir por Andalucía Oriental el millón de cartas que se producen diariamente y los bultos de los paquetes que no dejan de crecer.

Hace ya un año que Correos firmó un convenio de colaboración con Amazon, la empresa líder en el mundo de comercio electrónico. De esta manera, el servicio público postal se ha convertido en una especie de tienda de física de Amazon y otras plataformas parecidas. Entre los objetivos, mejorar el proceso de devolución de los productos y la rapidez de las entregas, pues la mayoría de entidades virtuales basa su competitividad en los precios y en la celeridad con la que los envíos llegan al domicilio del usuario en cuestión.

El auge del comercio electrónico en España se puede constatar cuando la moderna máquina de clasificación de paquetes que hay en la central granadina se pone en funcionamiento. Hasta cinco trabajadores se necesitan para encender una clasificadora por la que pasan todo tipo de productos de diferentes plataformas de venta por internet. La tecnología, los productos culturales (libros, películas y discos) y la ropa-especialmente las zapatillas- lideran gran parte de los envíos, aunque también aumentan últimamente pedidos de otro tipo como alimentación y las baterías electrónicas.

En definitiva, la paquetería online es el último reto de un sector que se ha tenido que enfrentar a cada uno de los avances de las telecomunicaciones y las formas de consumo. En todo caso, Medina vaticina que las cartas y otros formatos todavía tienen un largo recorrido en la sociedad. "En Navidad se siguen mandando christmas y cartas de felicitación y en los puentes nos llegan muchas postales", aclara. Son los últimos vestigios del pasado en un mundo que mueve sus impulsos a golpe de ratón.