La pasarela Fuente de la Bicha
Como la Pasarela Cibeles, también la nuestra tiene nombre de fuente mitológica, aunque en nuestra ciudad los modelos son más originales, más variopintos y muy sanos, ademásHoy la ruta se ha convertido en una popular pasarela-gimnasio · A mí me recuerda al antiguo 'tontódromo' desde Puerta Real hasta el quiosco de Las Titas
CUENTAN nuestros mayores que la Fuente de la Bicha o de la Culebra, que también así se llamaba, era lugar de meriendas domingueras. El agua de la tímida fuente llegaba por filtración y era rica en magnesio manteniendo siempre una temperatura media en torno a los 15 grados, lo que la hacía especialmente agradable en verano. El paraje no puede ser más bonito, aunque amenazas no le faltan.
Arranca en el Puente Verde y llega hasta más allá del Asadero de Cenes, y si sigues puedes acabar en Pinos. El río Genil te acompaña engordado por el Aguas Blancas. El paseo es precioso y relajante hasta que pasa el de la furgoneta de siempre y lo convierte de pronto en un vulgar andurrial rociero con el polvo del camino incluido.
Hoy la ruta se ha convertido en una popular pasarela-gimnasio; a mí me recuerda al antiguo "tontódromo" desde Puerta Real hasta Las Titas. Lo que pasa es que entonces íbamos con el pantalón bien planchado y los zapatos Gorila medio lustrados.
El paseo de la Fuente de la Bicha es un espectáculo que no hay que perderse; constituye el más variopinto desfile de modelos sin competencia posible con ninguna pasarela conocida. Yo he visto allí las más pintorescas indumentarias: gorras, chandals, camisetas, sudaderas, bufandas, pañoletas y deportivos de todas las variedades y mezclados en rara evocación de los cuadros de Mondrian o de los polícromos diseños imaginados por la ingeniosa Agatha Ruiz de la Prada.
No hay pereza en mezclar tonos y matices; da igual el marrón carmelita con el azul marino, el verde pistacho con el gris marengo o el fucsia con el naranja butano. Los anagramas y leyendas impresos tampoco tienen desperdicio; igual se luce el Nike en la media, que el letrero de la Rural en la sudadera o el de Cepsa en la gorra. Algunos de estos modernos atletas no atinan, porque quieren que su equipación sea al mismo tiempo juvenil, de moda, original y bonita. Por eso se ve cada adefesio que clama al cielo
Los paseantes tanto masculinos como femeninos concurren con absoluta libertad; van desde el flaco fibroso y descarnado al obeso barrigudo y bien nutrido sin distinción alguna. Todos tienen derecho a lucir tipo y ponerse en forma en la popular Pasarela Fuente de la Bicha; pero les puedo asegurar que algunos no desentonarían en un festival de chirigotas gaditanas o de cualquier carnaval de barrio en un día de vino y rosas.
El modelo ejecutivo
El último modelo con el que me crucé ayer no tiene desperdicio y lo peor es que el notas lucía su palmito sin rubor; tenía pinta de ejecutivo recién ascendido e iba como queriendo ser mirado, tal vez admirado. O no sabe nada de colores o es daltónico. Éste que les cuento frisaría los cuarenta aunque su generoso buche lo podría situar en diez más; lucía chandal talla XXL, a la moda camerunés, en verdes, rojos y amarillos gritones, recién comprado porque de la bocamanga pendía aún la etiqueta en la que se señala que es de rebajas, con el precio antiguo tachado en rojo.
Se cubría la calva con una gorrilla en la que se lee "beba Fanta" y de las orejas le sobresalen los cablecillos de algún mp3 que debía memorizar una selección musical muy divertida, porque le vi reír solo y hacer gestos raros con la cabeza.
Maneja sus manos con habilidad, pues mientras con una come pipas con la otra sujeta un caniche algodonoso tocado con lacito rosa y una cadenita a juego.
Su paseo es muy espectacular porque a duras penas camina en línea recta, ya que el caniche olisquea los mastranzos a diestra y siniestra y los tirones de la cadena le obligan a ir haciendo meandros en forma de S, cual beodo cargadito de Don Simón. Pero no deberíamos ser tan criticones y tomar ejemplo, porque voluntad no les falta a estos sanos preolímpicos de la "ruta del colesterol". Aunque como esto siga así pronto se oirá hablar más de la Pasarela Bicha que de la Pasarela Cibeles.
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