Antonio López Hidalgo. periodista

"El periodismo de inmersión conlleva a veces poner en riesgo la propia vida"

  • El periodista y profesor de la Facultad de Comunicación de Sevilla, presenta hoy en Granada libros por partida doble: una novela y un ensayo

El periodista, escritor y profesor de la Facultad de Comunicación de Sevilla, Antonio López Hidalgo, presenta hoy en Granada la novela El peligro y su memoria y el ensayo Periodismo de inmersión para desenmascarar la realidad, una lectura obligada para todo el que quiera conocer en qué espejos tiene que mirarse la información que se elabora actual.

López Hidalgo (Montilla, Córdoba, 1957), analiza el periodismo de inmersión, una modalidad muy alejada de lo que se hace habitualmente en las redacciones y que salva las trabas que el periodista tiene para acceder a la información infiltrándose directamente en el medio en el que puede acceder a los datos.

Esta modalidad de periodismo de investigación es la primera vez que se aborda en un estudio. "Existe una variedad que es el periodismo encubierto, aquel en el que el periodista no desvela su identidad", explica el profesor de Redacción Periodística de la Universidad de Sevilla.

Como en el libro, mechado de ejemplos y anécdotas, López Hidalgo saca a colación el caso de la periodista y escritora mexicana Lydia Cacho, quien ha dedicado cinco años a trazar el mapa de la prostitución en Esclavas del poder. "Se ha disfrazado de monja, de prostituta...", cuenta sobre el proceso de esta investigación, que ha terminado provocando su exilio de México.

Otra variante del periodismo de investigación y de inmersión que aborda el ensayo -escrito en colaboración con la también profesora de la Universidad de Sevilla Ángeles Fernández Barrero- es el periodismo gonzo, un término acuñado por Hunter S. Thompson. "La importancia no está en la noticia sino en cómo llegar a ella", explica López Hidalgo, quien señala que en este género "el periodista se convierte en protagonista".

El polémico escritor y periodista Hunter S. Thompson se infiltró en el famoso grupo de motoristas durante varios meses para publicar Los Ángeles del Infierno, una de las obras más importantes de la narrativa estadounidense de la segunda mitad del XX.

"En España no se practica mucho esta modalidad de periodismo pero sí en Estados Unidos o Hispanoamérica, donde tiene mucho público, tanto como la propia ficción", comenta el periodista, que fue autor junto con Juan Emilio Ballesteros del libro El sindicato clandestino de la Guardia Civil" (1990), fruto de cinco años de investigación y por el que fue procesado -y posteriormente absuelto-.

Uno de los ejemplos citados en el libro de este periodismo gonzo es el de Gabriela Wiener, una escritora peruana, cronista, poeta y periodista, afincada en Barcelona desde el año 2003. En Sexografías, un libro entre el periodismo narrativo y las memorias sexuales, la autora cuenta como se insertó en una red de swinger para describir como eran sus casas.

El autor también cita ejemplos como el de Leila Guerrero, responsable del ya mítico Los suicidas del fin del mundo. Crónica de un pueblo patagónico, o Günter Wallraff. "Es un periodismo de investigación con calidad y estilo. Los suicidas del fin del mundo es la mejor crónica del siglo XXI", cuenta López Hidalgo, quien añade que estos relatos "cuentan la realidad de una forma comprometida, que a veces conlleva poner en riesgo la propia vida".

Quizás el caso más conocido por el gran público sea de del Roberto Saviano, el periodista italiano que ha declarado en alguna ocasión que se ha arruinado su vida por publicar su célebre libro sobre la mafia titulado Gomorra. En España, el caso más popular es el de Antonio Salas, seudónimo del periodista que firma, entre otros, el célebre Diario de un skin. "Se trata de un paso más del nuevo periodismo, pero este estaba más centrado en las cuestiones narrativas", explica el profesor sobre este nuevo género en el que pesa tanto la forma como el fondo.

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