Los plazos para revertir la fusión ponen en peligro 300 negocios

Más de 300 negocios ubicados en los barrios de Pajaritos y Plaza de Toros viven pendientes de los movimientos de la Junta de Andalucía para revertir la fusión hospitalaria. El traslado del Clínico y de Traumatología al hospital del PTS el pasado dos de julio ha causado graves estragos en estas áreas tradicionalmente comerciales gracias a la gran cantidad de personas que cada día acudían por motivos sanitarios o educativos cuando la Facultad de Medicina estaba ubicada en la Avenida de Madrid antes de su traslado al PTS. Sin embargo, poco a poco, y tras el cierre de este último edificio empezó a mascarse la tragedia. Al traslado de la facultad, que provocó una caída significativa del número de estudiantes que elegían esta zona para vivir, se sumó el descenso de pacientes y de familiares como consecuencia del cierre parcial del Clínico y de Traumatología.

"Las pérdidas son incalculables", explica Santos Gómez, de la asociación de comerciantes de Plaza de Toros-Pajaritos. Según explica, desde el dos de julio ha habido pérdidas en la facturación superiores a los 30 millones de euros así como un descenso de 2,5 millones de visitas tras el cerrojazo hospitalario. "Solo el Clínico generaba una media de 5.000 visitantes", remarca Gómez. Aunque consideran que la reversión de la fusión es un logro, los empresarios exigen a las administraciones la máxima celeridad teniendo en cuenta que el horizonte marcado para lograr los dos hospitales alcanza, como mínimo, el verano. El cierre de los negocios está en juego.

"Lo preocupante es que hay más de 300 comerciantes pendientes de echar el cierre. Tienen que darle una solución ya", destaca Gómez, que forma parte de una comisión que tiene como objetivo presionar para poner en marcha los dos complejos cuanto antes así como darle vida a la antigua Facultad de Medicina.

Los comerciantes de la zona han vivido todo el proceso con incertidumbre. Para algunos el final ha sido satisfactorio. Otros, sin embargo, se lamentan por haber hecho inversiones para montar un negocio frente a edificios donde, finalmente, no albergarán las carteras de servicios previstas.

Nora Khalloufi, que tiene una tienda de moda infantil, trajes de comunión o cochecitos de bebé respiró tranquila cuando supo que la Junta revertía la fusión. Su negocio, Dina Din Don, está ubicado al lado del Hospital Materno, que finalmente se queda en su sitio. "El cierre de Trauma ya nos estaba afectando. Ha bajado el paso de la gente, que ya no era el mismo. Y teníamos mucha inquietud porque estaban a punto de llevarse el Materno", destaca la propietaria Khalloufi.

Finalmente, la Junta derogó la orden de fusión y, tanto esta comerciante como el resto de quienes tiene un negocio ubicado al lado del Materno, respiraron tranquilos. No ha pasado lo mismo a quienes abrieron un comercio situado frente al antiguo hospital de Traumatología que ahora recuperará sus antiguos servicios. En esta zona cerraron dos ortopedias y abrieron tiendas de bebé ante la supuesta llegada del Materno, que nunca será efectiva. Rafael Boza, por ejemplo, decidió invertir y abrir una ortopedia especializada frente al hospital del PTS, donde se trasladó este área. Ahora vive con nerviosismo la distribución de las carteras.

Pese a la incertidumbre, la reversión de la fusión hospitalaria es vista positivamente por los comerciantes que, incluso, han participado en las movilizaciones. Así lo asegura Marisol Polo, de la Droguería Alberto. "La alegría ha llegado otra vez al barrio", exclamó esta mujer vecina de la zona desde hace 33 años. A su juicio hay que estar contentos porque Granada ha conseguido volver a tener dos hospitales, lo que devolverá al barrio la vida que históricamente ha tenido.