La mitad de los porteros de discoteca tendrán que formarse para mantener su trabajo

Los porteros de discotecas y de los locales de ocio granadinos tendrán que ponerse las pilas si quieren mantener sus puestos de trabajo. La modificación y ampliación del decreto del servicio de admisión de estos establecimientos establece tres nuevas premisas que se tienen que cumplir a rajatabla: No tener antecedentes penales; hablar y escribir español y contar con una formación específica para realizar su cometido.

Teniendo en cuenta sólo la segunda de estas premisas, la mitad de los porteros granadinos tendrán que formarse (en aspectos tan básicos como el idioma) si quieren mantener su puesto de trabajo. Así lo asegura Antonio García, secretario general de Federación de Hostelería de Granada. García añade que los empresarios ven con buenos ojos la modificación del decreto y que ya están trabajando en las propuestas para los cursos de formación que se tendrán que impartir a final de año.

Según el secretario de la Federación, en Granada pueden estar trabajando actualmente un centenar de porteros de los cuales la mitad no son nacionales. "Algunos de ellos saben español pero pueden tener lagunas a la hora de escribir o expresarse", apunta. Por este motivo los cursos formativos se centrarán además de en capítulos jurídicos, de inteligencia emocional e intervención en situaciones delicadas, en impartir clases para que dominen el idioma en todos sus aspectos. "Hay que tener claro que a partir de que se apruebe la normativa los trabajadores tiene que superar estos exámenes si quieren seguir en puesto de trabajo", señaló García.

La formación se impartirá en centros homologados tal y como afirmó ayer en Granada la consejera de Gobernación de la Junta de Andalucía, Clara Aguilera. Aguilera detalló qué cualificación especial se obtendrá a través de módulos informativos cuyos contenidos están por definir y están estudiando hosteleros, sindicatos y técnicos. En Andalucía hay unos 3.000 establecimientos que cuentan con el servicio de admisión, de los que aproximadamente la mitad cobran una entrada para permitir el acceso.