Hermandades Cuotas para salir en los pasos

El precio del fervor cofrade oscila entre 30 y 1.500 euros

  • Las cofradías granadinas suelen hacerse cargo de los costes de los trajes de los nazarenos, que sólo deben abonar la cuota de hermanos y la tarjeta de sitio

La fe, como virtud teologal, se tiene o no se tiene pero no cuesta dinero. El fervor cofrade sí. La gracia de salir en una procesión no suele encerrar más misterio que abonar más o menos dinero a la cuenta de una hermandad en función del puesto del cortejo en el que se quiera salir. No cuesta lo mismo salir de penitente, de capataz, de aguador, de costalero o de mantilla. Hay una cuota anual mínima, un plus en función del sitio y un desembolso para adquirir las piezas de ropa o complemento que se necesitan. La cuantías que invierten los cofrades difieren mucho: los nazarenos pueden gastarse entre 20 y 300 euros. Las mantillas, más presumidas a la vez que adineradas, pueden dejarse más de 1.500 euros antes de decir amén.

Las cifra que se gasta una mantilla puede oscilar tanto como la calidad del producto que quiere lucir durante el recorrido. Además de que el traje de chaqueta negro puede ser de Zara o de una firma exclusivísima, una mantilla hecha a máquina puede costar sólo 60 euros y una de confección completamente artesanal puede superar rápidamente los 1.500 euros. Y tres cuartas con las peinetas, según cuenta Francisco Castro, hermano mayor de la Cofradía del Rosario y responsable de uno de los pocos establecimientos especializados en el género de Semana Santa: la mercería Viuda de Sáez.

Si una mantilla que se apriete el cinturón se gasta un mínimo de 150 euros en su atuendo, los penitentes tienen su ropa y su sitio en la procesión por 20 o 30 euros. Al menos en Granada, donde la mayoría de los nazarenos alquilan los trajes a las hermandades y éstas se encargan de su confección para luego alquilarlos con la tarjeta de sitio en la procesión. Depende de si optan por un taller de sastrería o los confeccionan las propias mujeres que forman parte de la cofradía, de la nobleza de los paños (hay de terciopelo, merino, brocado, con capa, sin capa...) y de lo refinado de los complementos (hay zapatos con hebilla de plata, cíngulos con escudos de oro...) los atuendos oscilan bastante, aunque nunca tanto como los de mantilla.

Por ejemplo, Encarnación Rodríguez, una de esas mujeres que confecciona trajes para la hermandad a la que está vinculada, la de Los Favores en este caso, detalla que los trajes que los penitentes lucirán en unos días cuestan alrededor de los 80 euros. Sin embargo, el año que viene se tiene previsto hacer unas túnicas nuevas con capa que costarán entre 200 y 250 euros cada una.

La hermandad correrá con estos gastos y los nazarenos siguen pagando la misma cuota por el alquiler. Pero todos los puestos en la procesión tienen un coste. Incluso el de un monaguillo: 36 euros la cuota de hermano y 15 euros la tarjeta de sitio.

Tampoco cuesta lo mismo salir de penitente raso que de penitente con farol, por ejemplo. Y cuanto más cerca se quiera ir del paso más se pagará. Todo está tasado en una procesión.

Que la pecunia haga posible la levantá no resulta óbice para el fervor cofrade. Y menos en los tiempos de crisis. Todo lo contrario. Según cuenta Encarnación Rodríguez este año han confeccionado veinte trajes más para los Favores, y han faltado. "Se ve con la crisis hay más promesas", apunta. El responsable de Viuda de Sáez se muestra menos optimista: "Este año hemos vendido menos cordones para las medallas que se entregan a los nuevos hermanos que otros años". Y el presidente de la Federación de Cofradías, Gerardo Sabador, se muestra cauto. "No tenemos datos". Habrá que esperar al domingo para empezar a ver las filas y saber si la crisis económica comporta un repunte del fervor cofrade.

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