El inicio del curso escolar es, cada año, un motivo de tensión entre la Administración, sindicatos y padres. La gestión de esas críticas ya forma parte de la rutina del mes de septiembre para la delegada de Educación, Ana Gámez, que en las últimas semanas intercala en su discurso la defensa de lo que se hace desde la Junta con la feroz crítica al Gobierno central.

-Quisiera que completara el balance que ya hizo hace unos días ahora que se conocen las críticas de sindicatos y quejas de algunos padres.

-El balance del inicio de curso es muy positivo, teniendo en cuenta la envergadura de la maquinaria que se pone en marcha. Son más de 91.000 alumnos, miles de docentes, cientos de colegios -si hablamos de centros públicos fueron 334-, cientos de comedores, cientos de aulas matinales. Todas, todas estaban en condiciones de abrir sus puertas a los escolares. Quiero señalar que no es una tarea sólo de la administración, sino que intervienen muchas personas, como los equipos directivos y los maestros y maestras que estaban el 1 de septiembre preparando el colegio precisamente para acoger a los niños y sus familias. Incidencias hubo en Ítrabo tengo que aclarar que la escuela infantil en la que hubo quejas de los padres es de titularidad municipal, así que no depende de nosotros. En El Chaparral también estaba todo preparado. Es verdad que hay una plataforma de padres que reivindica un colegio nuevo para El Chaparral, un colegio que la administración andaluza tiene, por supuesto, entre sus necesidades desde hace muchos años, un colegio y un instituto en Albolote. Tengo que decir que no disponemos de suelo. Está el proyecto redactado para el instituto, en un cajón, y tenemos en nuestra planificación un colegio nuevo. Para hacer un colegio las competencias son compartidas entre el Ayuntamiento que tiene que ceder el suelo y la Administración andaluza, que construye el colegio. Sólo voy a dar un dato, en los dos últimos años Granada ha tenido más de 50 millones para construir centros educativos y modernizarlos. Si hubiéramos dispuesto de suelo, nadie quiere tener un conflicto en la puerta, y no hay ninguna razón para que no se haya hecho. Puedo poner muchos ejemplos de pueblos gobernados por el Partido Popular y se han construido centros educativos, porque desde la Junta lo que se atiende son las necesidades de los escolares. No miramos el signo político del ayuntamiento. Puedo poner el ejemplo del colegio de Belicena, donde se han empezado las obras del colegio nuevo este verano. Lamento profundamente esta confrontación con el Ayuntamiento de Albolote. Es más, si el Ayuntamiento considera que ha entregado toda la documentación, que se la presente a los padres. Hay una documentación muy importante que no está entregada, como es el registro catastral. No está clara siquiera la superficie de ese suelo, que, sobre todo, tiene una parte urbana y otra urbanizable. Para convertir esa zona urbana en urbanizable hace falta una serie de modificaciones que son tarea del Ayuntamiento. En fin, lamento mucho la polémica, supongo que durará algún tiempo más, pero al Ayuntamiento de Albolote le queda trabajo por realizar. Lo más conveniente hubiera sido trabajan conjuntamente en lugar de confrontar.

-También ha habido quejas en Fuentenueva, donde critican el retraso en las obras.

-Tengo que decir que el plazo de ejecución de la obra no ha terminado todavía. Es el 19 de octubre. No hay retraso. Por otra parte, es una obra en el exterior y esas obras no están afectando al desarrollo de las clases.

-También se han quejado los padres del Alcabaza, donde han empezado con un comedor provisional.

-Son cientos de obras las que tenemos en los colegios, y creo que eso es un motivo de alegría, aunque es cierto que son muy engorrosas. En el caso del Alcazaba mientras se construyen las aulas se están utilizando otros espacios, pero tampoco hay retrasos. Entendemos las complicaciones que generan las obras en los colegios, pero son intervenciones que no se hacen en dos meses y necesariamente tienen que convivir con el uso docente. Por otro lado, las empresas están muy habituadas a trabajar con actividad en el colegio, con las debidas medidas de seguridad.

-¿Cuántos niños van a empezar el curso en aulas prefabricadas?

-El número de alumnos no lo puedo dar. Con las aulas prefabricadas pasa igual que con las obras. Le pongo el ejemplo de Belicena, donde acaban de comenzar las obras de un colegio nuevo. Si el Ayuntamiento dispone de espacios ahí se desarrollan las clases, y si no hay espacios instalamos las prefabricadas, mientras que otras se han quitado, como las de Trevélez, una zona rural donde estamos haciendo también infraestructuras, en este caso con una inversión de más de un millón de euros. La mayoría de las prefabricadas tienen una fecha de retirada que es en junio de 2015, cuando termina el plazo de ejecución del Plan OLA. Hay otras prefabricadas que sí me preocupan, porque empiezan a tener carácter estable, como ocurre el Albolote. Las prefabricadas del instituto llevan ya demasiados años. Es verdad que hay otras que no tienen fecha de retirada y que normalmente se relacionan con la falta de suelo, como es el caso de Monachil, donde llevamos muchos años esperando suelo. Le puedo poner otros ejemplos de prefabricadas que se han retirado o que se retirarán cuando se terminen las obras. Y esas prefabricadas se llevarán donde vayamos a hacer otra obra.

-Entenderá que para los padres es algo preocupante empezar el curso en un aula así...

-En ocasiones utilizamos palabras como barracones o similares, pero las prefabricadas tienen a veces una calidad superior al edificio construido. Por eso cuando los padres lo ven se tranquilizan. Las casas prefabricadas las vemos mucho por Europa, aunque aquí todavía nos sorprenden. Son aulas con aire acondicionado y con calefacción. En ocasiones cuando se terminan las obras nos dicen que no nos llevemos las prefabricadas, como en Benamaurel, donde tienen una muy bonita, de madera, a la que llaman La Casita, y cuando visitamos las obras la petición del colegio es que, por favor, no nos llevemos La Casita. Y de hecho se va quedar.

-El pasado curso terminó con quejas de padres por cómo se había desarrollado el proceso de admisión... Hubo frentes abiertos en Generalife, Loja, Santa Fe...

-Voy a devolver la pregunta. ¿Hay algún padre de Santa Fe que se haya quedado sin plaza? ¿A qué se debió la protesta? Ahí lo dejo. Mi percepción de las cosas puede ser distinta, pero estamos en unos momentos de disgusto por parte de la ciudadanía, en un año de elecciones sindicales... Respeto todas estas cosas, porque las considero dentro del juego democrático. El tema de Loja es igual, había un problema con un colegio y con un instituto, y lo que había detrás de esa protesta, nos duela o no, tiene que ver con que los padres no quieren llevar a sus hijos a esa zona. Hablamos de la igualdad de oportunidades y lo de Loja era un problema más social que de escolarización. Había una oferta sobrada y amplia de plazas escolares. En Motril también había un problema social. Ofertamos 50 vacantes más que nacimientos. El problema era que no se quería una zona con determinados problemas. La noticia en educación no es, desgraciadamente, lo mucho y bueno que se hace cada día en las aulas, sino estos pequeños conflictos. Entran 91.000 alumnos en clase con total normalidad, pero la noticia es El Chaparral. Me preocupa porque es no reconocer el trabajo de los miles de maestros que tenían sus aulas preparadas.

-Aparte de ser noticia las quejas de los padres, este curso también lo es la introducción de la Lomce. Hace un par de años usted ya dijo que la FP Básica era volver al modelo de que los que valían iban a Bachillerato y los que no a la Formación Profesional...

-El Gobierno de Andalucía ha decidido que la ratio de la Formación Profesional Básica sea de 20 alumnos, y no de 30 y van a tener 100 horas más de docencia para paliar la dificultad que van a tener estos chicos dentro de dos años. Si quieren obtener el título de Secundaria, tendrán que hacer un examen. Recuerdo la época en la que la escuela llegaba hasta los 14 años y hasta los 16 no se tenía la edad legal para trabajar. Había muchos chicos en tierra de nadie. Vamos a volver a encontrarnos con chicos que después de terminar el instituto no van a tener la titulación básica. No se les da acceso a los ciclos formativos y esos chavales van a tener trabajos poco cualificados y mal remunerados, en lugar de tener lo que haga falta para que el que más dificultades tenga pueda obtener esa titulación que le van a pedir en todas partes. Incluso para ser jardinero. Y que conste que me gusta la jardinería.

-A pesar de esas medidas que acaba de desglosar, el ministro Wert señaló recientemente que el gasto por alumno en Andalucía es el menor en toda España...

-Según lo que tomemos como referencia. Si tomamos como referencia el Producto Interior Bruto de Andalucía, somos de las comunidades que más destina a educación. En términos relativos es verdad que no somos de las que mejor paradas salen. Es fácil de entender. Si una familia tiene 1.000 euros al mes y destina 200 a educación, hace un esfuerzo mayor que la que tiene 2.000 y destina 250 a educación.

-Parte de ese esfuerzo ha ido destinado a la contratación de 250 docentes en toda Andalucía para este curso. Los sindicatos critican que a Granada apenas llegará una veintena de profesores... ¿Es suficiente?

-Suficiente no es. Y nosotros no vamos a decir que tenemos suficientes recursos en Andalucía. Necesitamos más profesores, necesitamos mejores infraestructuras... Educación no tiene techo. Nosotros no hemos subido la ratio, la tenemos en 25, pero si la pudiéramos bajar a 20... sería mejor todavía. El Gobierno de la Junta tiene muchísimas dificultades, y dentro de esas dificultades hemos intentado preservar la educación pública y la cartera de servicios. Y hay temas ante los que soy muy sensible, como son las escuelas rurales. Hay 44 en la provincia de Granada y algunas con 15 niños. Y eso hay que seguir manteniéndolo. Pero por supuesto que queremos más recursos y que tenemos dificultades.

-Hay menos dinero y eso ha obligado a priorizar... por ejemplo, en la idea de la Escuela TIC parece que son los centros privados y concertados los que sí pueden asumir el uso de esas tecnologías en el aula.

-Se escucharon muchas cosas cuando nació la Escuela TIC. Cuando una Administración apuesta por las nuevas tecnologías, es algo que lo aplaude todo el mundo. Y en la escuela era algo necesario. Ahora, cuando hemos visto el fenómeno de las tabletas se ha cambiado el modelo. Se siguen mandando tabletas, que llegarán en octubre, pero en lugar de asignársele al alumnado se le da al colegio, y el colegio decide el uso de esas tabletas.

-De vuelta a los privados y concertados, Escuelas Católicas ya ha manifestado su temor a que haya retraso en los pagos... ¿Se está al día? ¿Se prevé

-En el capítulo de otros gastos se les adeudaba y se les abonó antes de que comenzara el curso escolar. Es verdad que la Junta acumula retrasos, negarlo sería absurdo. Acumula retrasos en el pago de escuelas infantiles, transporte escolar, las empresas de cátering... etcétera. Nosotros no queremos suprimir servicios, y aunque tenemos dificultades, lo vamos afrontando. Estos retrasos tienen que ver con la liquidez de la Tesorería, con los anticipos que tienen que venir del Gobierno central... hicimos esfuerzos antes de iniciar el curso. Por ejemplo, se ha abonado el 80% de los gastos de los centros... la previsión es que ojalá se termine la crisis y que mejore todo.

-El Soto de Chauchina planteará una nueva batalla legal ya que la Lomce le abre las puertas a mantener la subvención...

-Habrá batalla legal y la Junta está dispuesta a darla. Sobre todo teniendo en cuenta algunas sentencias que han sido favorables. No se cuestiona el modelo, sino que se sufrague desde la Junta.