El prêt-à-porter llega a las uñas

El interés por cuidar el físico de cara al verano va mucho más allá de la famosa operación biquini. En esta época también quedan al descubierto las uñas de manos y pies, por lo que cada vez más personas se acercan a los centros de estética que tanto han proliferado por la ciudad en los últimos años.

Cristina Cruz es la dueña de uno de ellos. Su local abrió sus puertas hace ya 29 años, cuando aún no había ningún otro local enfocado a los tratamientos de belleza en Granada. "Últimamente se han abierto más estéticas porque hay técnicas fantásticas para tener las uñas siempre bien arregladas", comenta Cristina, que admite que la mayoría de sus clientes son mujeres pero que también hay algunos hombres "sobre todo guitarristas, les viene muy bien ponerse uñas en la mano con la que rasgan las cuerdas de la guitarra". Entre los tratamientos más solicitados en su centro está el maquillaje permanente, una nueva técnica que permite que el esmalte pueda "durar perfectamente un par de meses", y sirve tanto para las uñas de las manos como para las de los pies, aunque suele utilizarse más estos últimos.

Lo que menos piden los clientes de este centro de estética son las uñas de gel, que según Cristina "dan peor resultado que las uñas de porcelana" y son más baratas, "pero no porque el tratamiento sea menos costoso, sino porque los otros locales están tirando los precios y tenemos que hacer frente a la competencia".

Antonio Borja regenta un establecimiento que se encarga de vender a los profesionales de la estética todo el material necesario para su trabajo, desde productos para uñas hasta cera y bronceadores. "Lo que más vendemos son los stics decorativos de uñas, los polvos acrílicos y los geles", comenta Antonio. Pero tampoco se quedan atrás los esmaltes semipermanentes, que "se están poniendo muy de moda y duran entre quince y veinte días, por lo que son más caros que los esmaltes comunes". Este comercio también está abierto para aquellos que no son profesionales, ya que según Antonio "viene gente de la calle, aunque lo normal es que vendamos a esteticistas. Si viene alguien a comprar algo en concreto se le vende, pero la tarifa es más cara que para los locales". Este comercio fue creado en el año 2000 y desde entonces los clientes no hicieron más que crecer hasta 2008, coincidiendo con la crecida de este tipo de centros en la ciudad. Antonio explica que "en estos últimos años, con el comienzo de la crisis, tenemos muchos menos clientes que antes, concretamente este año hemos notado especialmente mucho el bajón".

El tratamiento que cada vez con más frecuencia se solicita durante el verano es la pedicura, según la esteticista Alba María Cuesta, que señala que "el cuidado de las manos sí se suele mantener durante todo el año". La pedicura completa comienza con la eliminación de las durezas y el corte de uñas. Después se limpian los bordes de las mismas y por último se maquillan, a lo que se pueden añadir otro tipo de técnicas como la hidratación que, según Alba, "vienen muy bien para los que padecen dermatitis, aunque puede hacérselo cualquier persona para evitar problemas de piel".

El cliente medio de la estética Marles, el local de Alba, es "una mujer entre 35 y 50 años", aunque también atienden a hombres, y cada vez con más frecuencia. "Algunos vienen a hacerse la cera y cuando descubren que también hacemos manicura y pedicura, deciden probarlo".

Para los que se pregunten si este tipo de cuidados están al alcance del bolsillo de todos, lo principal es tener en cuenta que el precio depende del producto utilizado. Por ejemplo, la manicura de uñas naturales ronda los diez euros, pero las uñas de porcelana alcanzan con facilidad los treinta. También hay que tener en cuenta el local al que se acuda ya que, mientras que en el centro Cristina Cruz el precio de las uñas de gel era más barato que el de las uñas de porcelana, Alba afirma que en el suyo ambas tienen el mismo precio porque "la finalidad de los dos tratamientos es la misma, solo cambia el producto".