Tras el revuelo generado por el secretario general de Infraestructuras durante su visita a Granada, donde reconoció que Renfe podría ampliar hasta febrero el contrato del servicio de autobuses a Antequera para coger el tren en la estación de Santa Ana, apenas 24 horas después entró en Granada el primer tren AVE. Lo hizo remolcado por un tren laboratorio Séneca y el convoy ocupó desde la cabecera de la estación de Andaluces hasta el puente del camino de Ronda. Aunque se trata de un tren de Renfe, la presencia del AVE de 'prestado' no implica que el operador haya comenzado las comprobaciones de la línea y, de hecho, el tren volverá hoy a Madrid para cubrir el trayecto comercial que tiene asignado.

Tras terminar las pruebas de carga en los viaductos, el actual escenario de las pruebas de la línea de alta velocidad entre Granada y Antequera incluye en los próximos días la circulación de trenes a velocidad máxima y varios trenes en sucesión, así como cruces en diversos escenarios de explotación comercial, para realizar a continuación las pruebas de fiabilidad, que tienen por objeto someter a las instalaciones a un grado de uso y estrés suficiente de modo que permitan comprobar que su funcionamiento es óptimo. Estas pruebas correrán a cargo de Adif y será en este momento cuando la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria tenga que autorizar las pruebas a cargo de Renfe y el periodo de formación de los maquinistas, según especificaron ayer fuentes de Renfe a este periódico, lo que implica que el periodo de comprobaciones aún no ha pasado a la fase final con el operador circulando en la línea de alta velocidad.

Los trabajos de ayer con el primer AVE que pisa la estación de Andaluces se centraron en mediciones manuales para comprobar que la máquina y los vagones se ajustan al andén. Además, según Adif el convoy llegó a alcanzar los 200 kilómetros por hora entre Antequera y el límite con la provincia y Tocón de Íllora y Granada. En mitad del trayecto se sitúa el túnel de San Francisco de Loja, donde los trenes se vieron obligados a reducir drásticamente la velocidad.

De hecho, los trenes sólo podrán circular a 200 kilómetros a la hora hasta que no entre en funcionamiento el sistema ERTS de control de la circulación y que en todas las líneas de alta velocidad inauguradas en España ha comenzado a funcionar una vez inaugurada la línea. De hecho, en el AVE a Valladolid, inaugurado en 2015, se están desarrollando en la actualidad las pruebas de este sistema.