Manuel López lleva años con su impresora y ya tiene experiencia y maña en usarla. A través del grupo de Telegram consigue las pautas y las medidas de lo que se necesita. “Un visor tiene cuatro partes distintas: la visera que hacemos con la impresión 3D, la lámina de acetato que cubre la cara, el elástico que la sujeta a la cabeza, y una almohadilla de foam que va pegada a la visera por la cara interna para evitar rozaduras con la piel”. Cada componente de la visera se imprime por parejas en un proceso que tarda cuatro horas, por lo que “al día puedo hacer seis”. Otro caballo de batalla es hacerse con materiales para hacerlas. López cuenta que empezó con los que ya tenía en casa de otros proyectos personales que “ahora estoy gastando en esto”. “En cuanto a las láminas de acetato quedé un día con una empresa de prevención de riesgos laborales que se llama Segumas Prevención, que está en el grupo de Corona Makers de Telegram, y nos dijeron que iban a estar en el Alcampo repartiendo material a todos los que lo necesitáramos. Quedé con ellos y me facilitaron varias planchas de acetato. También daban elásticos y espumillas”, explica López.