"No se prohibirá la Toma pero sí mostrar símbolos fascistas"

Ilusionado pero cauto. La actitud del portavoz de la Oficina de la Vicepresidencia de la Junta de Andalucía en Granada hace entrever cierta esperanza con la posible puesta en marcha de la Ley de Memoria Democrática. "Dignificar" a las víctimas de la represión franquista es el objetivo. Con la tranquilidad habitual de la que hace gala en sus comparecencias públicas, ofrece su opinión sobre una materia bastante controvertida para muchos.

-¿Qué puede suponer, si se aprueba, la futura ley?

-Puede suponer que, por primera vez en toda España, se aplique de verdad una ley de este tipo. Aunque Navarra y Cataluña tienen algunas normas que hablan de los mismos temas, aquí sólo con algunos decretos y con cuatro 'cosillas' hemos hecho un trabajo muy serio en cuestión de dos años. Puede suponer que, especialmente, los andaluces podamos saber qué pasó durante la Guerra Civil, qué pasó durante el franquismo. Recuperar toda esa parte de nuestra historia.

-Con ella se amplía el concepto de 'víctima'...

-La ley dice que no sólo se trata de dignificar a los muertos represaliados durante la contienda civil y la posguerra, sino también a familiares, exiliados... También se consideran víctimas, por primera vez, gitanos, homosexuales y una serie de colectivos ante los que se ha estado mirando para otro lado hasta ahora.

-¿Uno de sus puntos fuertes es la obligación de la retirada de simbología fascista?

-Eso ha sido una constante nuestra, el que toda la simbología franquista y de la dictadura desapareciera de lo público. Lo único que hacemos es recoger una directriz que marcan los Juicios de Nuremberg respecto al nazismo, algo que ocurre en Italia en relación al fascismo y que, aquí en España, no sucede. Seguimos llamando a lugares Licinio de la Fuente, Ruiz de Alda... Hospitales con nombres de gente como Carlos Haya, que masacró con el avión a las personas que huían desde Málaga, y se jactaba de ello. Encima de todo, le ponemos una avenida y su nombre a un hospital... Eso no puede seguir así, había que corregirlo. Ahora tenemos aquí una escultura... ¿Qué puñetas simbolizan las manos si no es un recuerdo al fascismo y a la dictadura? Quitémoslo, por favor. No se trata de no reconocerle al autor de la obra su labor. Esta ley dice que los méritos artísticos no son suficientes para mantener el recuerdo de la dictadura.

-El alcalde declaró que si el Parlamento andaluz aprobaba la ley quitaría ese monolito dedicado a Primo de Rivera de Bibataubín, ¿le tranquiliza?

-Ni me tranquiliza ni me preocupa. Si hay una ley, hay que cumplirla, y ya está. Es grato escucharlo pero bueno... El otro día, el director general de Memoria Democrática decía que no se conoce a ninguna dictadura que haya beneficiado al arte y la cultura; lo mismo era una exageración pero yo me sumo a esa reflexión que hacía Luis Naranjo.

-También contempla multas a quienes exhiban simbología anticonstitucional y franquista. En Granada la polémica es constante con el Día de la Toma. ¿Puede estar en peligro esa celebración?

-Una cosa es el Día de la Toma y sus problemas, lo que pueda simbolizar y cómo se desarrolla esa jornada; y otra cosa es lo que allí ocurre. Allí se dan cita una serie de grupos nostálgicos, fascistas, paramilitares... con una serie de simbología, eso es lo que se prohíbe, no el día de la Toma.

-¿Y la del 20 de noviembre?

-Me imagino que ocurrirá igual. Tú podrás solicitar una misa de difuntos en honor de José Antonio, Franco (y no sé si alguno más) ese día, pero eso será una cuestión. Otra cosa es el utilizar banderas o símbolos de manera pública. Yo espero que eso se reprima.

-El anteproyecto descarta instaurar una nueva asignatura en los institutos pero se adaptarán nuevos contenidos a las ya existentes.

-Me parece muy importante. Pretendemos que se conozca la verdad de lo que ocurrió en Andalucía durante los días de la República, la Guerra Civil, la posguerra... Es asombrosa la cantidad de cosas que sabemos y que, sin embargo, no se pueden contar. Queremos que la historia diga, de verdad, lo que ha pasado. Hay que contarle a la gente joven qué paso de verdad en Andalucía en 1936 o 1937, el daño que ha supuesto el franquismo para los andaluces.

-¿Qué le parece el revuelo que se ha formado ante las posibles expropiaciones de terrenos en los que haya constancia de la existencia de restos?

-Hay un miedo terrible. Es verdad que proponemos expropiaciones temporales y puntuales para realizar una excavación. Si tú quieres meter una tubería de agua o cables por una propiedad que no es tuya y te lo prohíbe el dueño, tú puede expropiar ese espacio temporalmente para hacer ese trabajo porque se entiende que es algo que beneficia a la comunidad. Lógicamente, una vez hechas las funciones, la propiedad vuelve a su dueño. Aquí es igual, no proponemos quedarnos con las tierras ni con las parcelas.

-Hace poco más de un mes anunciaron que iniciaban el estudio cerca de Puerto Lope de un posible enterramiento con hasta diez víctimas. Se encontraron restos de tres. ¿Se confirma que hay una fosa de la Guerra Civil?

-Entendemos que son de la Guerra Civil, tres cuerpos fusilados. Allí mismo hay gente que nos explica cómo se produjo ese fusilamiento: los ponen a andar y les disparan, no los colocan en un paredón. Lo que pedimos es que venga el juez pertinente y dé el visto bueno para que esos cuerpos que hay allí se puedan retirar y estudiar. Eso es lo que confirmaría, precisamente, que corresponden a la época de 1930, 1940 o a la de 1950.

-Dice que tienen contabilizadas 87 fosas en la provincia, ¿descartan que haya más?

-Todo lo contrario. Consideramos que el trabajo para crear el mapa se hizo con muchas dificultades y se quedó la zona del altiplano granadino -Huéscar, Baza, Cúllar- sin trabajar. Podemos llegar perfectamente a las 100.

-¿Por qué el horizonte temporal de la norma abarca desde la Segunda República hasta 1982?

-Porque antes de la muerte de Franco entendíamos que los andaluces ya luchábamos por nuestra identidad y autonomía, y en ese período se producen muchas luchas, muertos, detenciones... Por eso la llamamos Ley de Memoria Democrática.