La Guardia Civil ha puesto a disposición judicial en calidad de "imputado no detenido" al propietario de una grúa como presunto autor de un delito continuado de hurto de vehículos por haber sustraído en las provincias de Granada y Jaén vehículos que posteriormente acabaron en un desguace para su destrucción. La Guardia Civil de Granada ha descubierto que el imputado ha entregado cientos de coches a lo largo de estos tres últimos años, según él mismo ha reconocido posteriormente, en cuatro desguaces granadinos.
De estos cientos de vehículos la Guardia Civil se ha centrado en la investigación de ochenta de ellos, setenta y seis de los cuales supuestamente han sido destruidos sin que hayan sido dados de baja administrativa definitiva.
De hecho, entre estos ochenta vehículos investigados había siete cuya sustracción había sido denunciada ante la Guardia Civil o el Cuerpo Nacional de Policía, y los agentes que llevan a cabo la investigación han comprobado que realmente habían sido retirados por la grúa del imputado. De estos siete vehículos han sido recuperados tres, mientras que los otros cuatro fueron supuestamente destruidos.
La Guardia Civil asegura que este emprendedor ganaba entre 100 y 150 euros por cada uno de ellos, que es el precio que le pagaban por cada coche que entregaba en los cuatro desguaces a los que acudía.
El Seprona de la Guardia Civil de Granada comenzó a seguir los hechos en julio de 2010 después de que los agentes investigaran la aparición de un vehículo con placas de matrícula falsas y supieran que alguien se había puesto en contacto con el propietario de un vehículo, el que portaba las placas originales, para gestionar su baja y éste le dijera que su coche estaba en el garaje y que, por lo tanto, el coche del que le hablaban no era el suyo.
Las pesquisas por estas placas de matrícula falsas ha permitido a los agentes descubrir que el dueño de la grúa recorría diariamente la provincia de Granada, fundamentalmente el Área Metropolitana, y también pueblos limítrofes de Jaén, y retiraba "cualquier coche estacionado en la calle que a él le diera la impresión de que pudiera estar abandonado". Después, los llevaba al desguace.
El imputado utilizaba como uniforme de trabajo uno muy similar al que utilizan las policías locales, con la inscripción Grúa Municipal, por lo que no levantaba sospechas.
De hecho, algunos ayuntamientos, creyendo que la empresa era legal, han contratado al imputado en algunas ocasiones para que retirase vehículos de la calle y se los llevase al depósito que decía poseer .
Esta apariencia de legalidad se deriva de que el imputado había impreso en sus albaranes y en su publicidad los logotipos oficiales de la Junta de Andalucía y de la DGT sin estar autorizado para ello y también llevaba impreso en dichos albaranes un número de Gestor de residuos que no le pertenece. Por último, la Guardia Civil ha constatado que el camión grúa del imputado no cuenta siquiera con la preceptiva tarjeta de transportes.
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